FUENTE: La Razón
El curso escolar 2020-2021 será difícil de olvidar para los estudiantes. La atípica vuelta al cole, con mascarillas, gel y distancia social entre las asignaturas obligatorias, genera una gran cantidad de incertidumbres con la lupa puesta en minimizar el riesgo de infección por Covid-19. Pero, ¿qué pasa con los menores asmáticos o con alergias? ¿Son más vulnerables?
Los alergólogos quieren tranquilizar a las familias y ratifican que no existe evidencia de que los niños que padecen patologías alérgicas y asma tengan mayor riesgo de contagiarse por el virus SARS-COV-2. “Los niños que sufren estas enfermedades deben seguir las mismas precauciones que el resto para evitar contagiarse de coronavirus. De hecho, llevar a cabo la regla de las 3M reduce significativamente el riesgo de infección: Mascarilla, Manos limpias con solución hidroalcohólica/jabón y Mantener la distancia social”, explica el doctor Carmelo Escudero Díez, presidente del Comité de Alergia Infantil de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).
A pesar de que los menores con asma no deben llevar a cabo unas pautas especiales para evitar el contagio por coronavirus, los expertos inciden en que es necesario que tanto los pacientes como su familia sigan rigurosamente las indicaciones habituales del tratamiento pautado por el alergólogo para prevenir la pérdida de control del asma y las exacerbaciones. “En el caso de los niños con asma, se recomienda suministrar la vacuna de la gripe cuando se inicie la campaña de vacunación y la administración rigurosa del tratamiento de control o de base -por ejemplo, corticoides inhalados, inmunoterapia, tratamientos biológicos…- si así ha sido indicado por su médico.”, incide el experto.
Asimismo, los alergólogos insisten en que no existe evidencia científica de que los tratamientos para la alergia aumenten la susceptibilidad al virus SARS-CoV-2 o la gravedad de la enfermedad del Covid-19. “Los pacientes con asma alérgica, rinitis u otras afecciones alérgicas deben seguir las pautas habituales de tratamiento, sin restringir el uso de ningún medicamento específico. El adecuado tratamiento de estas enfermedades podría evitar visitas innecesarias al médico y, por lo tanto, reducir el riesgo de exposición al virus”, puntualiza el doctor Escudero Díez.
¿Y los niños con alergia a alimentos?
En cuanto a los menores que padecen alergia a alimentos, se deben extremar las precauciones -debido a su enfermedad - especialmente ahora, que en algunos colegios, debido al Covid-19, los más pequeños comerán en el interior del aula. Para evitar riesgos, se recomienda asignar al niño alérgico a alimentos un sitio determinado e identificar siempre su comida y su menaje para evitar errores. Además, deberá intentarse -en la medida de lo posible - que se ventile el espacio correctamente durante el momento de la ingesta, que es cuando los pequeños no llevarán mascarilla. Cuando termine el turno de la comida, los responsables deberán limpiar todas las mesas para evitar riesgos de contaminación y de contaminación cruzada en el material y en el mobiliario del aula debido a los restos de comida.
“El niño debe estar debidamente identificado y los responsables deben conocer cómo cuidar su alimentación, así como el resto de sus compañeros y comunidad educativa que participe en su alimentación en el colegio”, explica la doctora Mónica Antón Gironés, presidenta del Comité de Alergia a Alimentos de la SEAIC. La hora de la comida no es la única en la que se deben extremar las precauciones con los niños alérgicos. Cuando el profesor está impartiendo la clase se deben respetar unas normas básicas para evitar cualquier reacción alérgica. “Es importante que tanto alumnos como responsables del centro sepan que no se debe compartir el material escolar con otros compañeros. El objetivo es evitar la contaminación cruzada. Se debe tener en cuenta que hay materiales que no son alimentos pero que también pueden ocasionar alergia, como por ejemplo el látex o algunas tizas, en el caso de los niños alérgicos a la leche”, puntualiza la doctora Carmen Andreu, miembro del Comité de Alergia a Alimentos de la SEAIC.
Asimismo, hay una cuestión que va mucho más allá de la salud del niño y es que se sienta incluido en todas las actividades que se realizan en el colegio, y que no piense que su enfermedad le limita a la hora de formar parte de la clase. “Tanto la comunidad educativa como el resto de los compañeros deben conocer bien la enfermedad del alumno alérgico a alimentos para ayudarle en todo momento y crear una empatía beneficiosa para todos”, explica la doctora Antón. Por ese motivo es de vital importancia que los responsables, profesores y cuidadores sepan identificar una reacción alérgica y cómo actuar de forma precoz y adecuada en esos casos, ya sea en un niño diagnosticado previamente o de nueva aparición en esos momentos. Para conseguir estos conocimientos, la SEAIC recomienda utilizar diferentes materiales de formación de calidad científica aportados por la Sociedad, como el curso soyexpertoenalergia.es o los vídeos del canal de Youtube de SEAIC sobre el uso de la adrenalina.
Recomendaciones para prevenir reacciones alérgicas a alimentos
Desde la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) y en particular desde el Comité de Alimentos de la Sociedad, se han elaborado una serie de recomendaciones e instrucciones con el objetivo de prevenir reacciones en pacientes que sufren alergia a alimentos:
1. Identificación de los niños alérgicos a alimentos y a cuál o cuáles.
2. Realizar una entrevista con los familiares para conocer bien qué tipo de alergia padece el menor, qué síntomas pueden identificar una reacción en su caso y recomendaciones médicas para su tratamiento. Es recomendable que los padres aporten un informe médico explicando todos estos datos.
3. Solicitar por escrito un plan de actuación recomendado por su médico alergólogo en caso de contacto accidental con el alimento/s al/los que es alérgico.
4. Autorización firmada por parte de los padres permitiendo el uso de la medicación de rescate indicada en el plan de actuación de su médico alergólogo en cada caso. Conocer cómo se administra la medicación y en especial, la adrenalina precargada que debe administrarse ante una reacción grave o anafilaxia.
5. Disponer de una ficha con identificación y datos de contacto de los padres y/o otras personas de contacto en caso de urgencias. Además de seguir estas pautas, la familia, los profesores y los cuidadores de los niños que padecen alergia a los alimentos deben mantener el control de los etiquetados, evitar el contacto o ingestión accidental del alérgeno, disponer de un autoinyector de adrenalina tanto en el domicilio como en el colegio y asegurarse del conocimiento de su uso en el entorno del paciente.