FUENTE: La Vanguardia
Viajes, bodas, cambios profesionales… Este año son muchos los que han visto como sus planes se paralizaban como consecuencia de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus. La buena noticia es que con la vuelta a la normalidad han regresado también las ganas por retomar estos sueños y proyectos de futuro.
Para algunas parejas estos planes incluían ampliar la familia por medio de la reproducción asistida. En circunstancias normales, este camino está marcado por la preocupación y las dudas, por ello es tan importante acompañar emocionalmente a quienes lo inician.
En la nueva normalidad se ha tenido que ir un paso más allá y reforzar este apoyo. La situación de pandemia que vivimos ha añadido la incertidumbre, la alteración de las rutinas y la presión económica a los retos que de por sí ya plantea este tratamiento y los pacientes necesitan más que nunca que les transmitan tranquilidad y sosiego.
Aunque no existe evidencia científica de que estos factores puedan llegar a impedir que se produzca el embarazo, “sabemos que la probabilidad de éxito es mayor cuanto mejor esté el estado emocional”, aclara la doctora Diana Guerra, directora de la Unidad de Psicología de IVI Barcelona.
Una asistencia psicológica que desde IVI consideran que debe llegar en la primera visita y ser transversal. De hecho, su Unidad de Psicología no solo se centra en reducir la ansiedad, trata de aportar soluciones a problemas tales como la mejora de la comunicación de pareja, manejar los pensamientos negativos que puedan surgir a lo largo del proceso de reproducción asistida -como la idea de abandonar el tratamiento en algunos momentos- o aprender a afrontar la larga espera hasta que llega el ansiado positivo.
Para mantener el equilibrio emocional bajo control es clave dejar espacio para la autocompasión y el autocuidado. La autocompasión entendida como la capacidad para ser sensibles ante el propio sufrimiento y tomar las riendas para cambiarlo. “Se trata de identificar lo que nos hace sufrir para aceptarlo sin regodearse en ello. Entender que este sufrimiento es compartido con muchos otros nos ayudará a no sentirnos aislados”, añade Guerra.
El autocuidado no es más que tratarnos de la misma forma que hacemos con nuestros padres, hermanos y amigos en los momentos que ellos lo necesitan. “Cuando vemos que lo están pasando mal por algo, nos gusta cuidarlos, ¿verdad? Pues ahora cada uno de nosotros necesita cuidarse. Preguntaros qué haríais por otros que estuvieran en vuestra situación y aplicároslo”.Que los futuros padres y madres presten atención a sus funciones básicas es obligatorio. Alimentarse de manera sana, realizar ejercicio físico moderado, mantener una buena higiene del sueño y practicar alguna técnica de respiración y meditación. Porque con la reproducción asistida ocurre como con cualquier otro tipo de tratamiento, hay que ser y estar fuertes.