Entrevista a Jaime Giner, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Valencia

FUENTE: Valencia Plaza

Este 25 de septiembre se celebra el Día Mundial del Farmacéutico. Unos profesionales que este año tienen mucho que conmemorar y también que reivindicar, tal y como asegura el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Valencia (MICOF), Jaime Giner. En cierto modo este Día va a ser un momento para «reflexionar y sentirse satisfechos por su respuesta durante la pandemia» y cómo «se ha hecho un esfuerzo sobrehumano para que no se resintiera la atención a los pacientes. Por supuesto que había preocupación y mucha inquietud porque estamos en primera línea, pero no podíamos dejarnos llevar por ello. Sabíamos y sabemos que debíamos estar ahí porque los pacientes son nuestra principal prioridad», apunta Jaime Giner.

Y por ello, para dar un buen servicio a los pacientes, desde el primer minuto, el Colegio de Farmacéuticos de Valencia se puso a disposición de la Conselleria de Sanidad para coordinarse con las autoridades sanitarias y poder garantizar una mayor eficacia y seguridad en tiempos de crisis. Sin embargo, su presidente asegura que solo han recibido silencio por respuesta. «Hemos ido adaptándonos lo más rápido que podemos. Eso sí, ha sido una adaptación autónoma, hemos tenido que hacerlo solos porque no ha habido una coordinación con las autoridades sanitarias. Desde el Consejo de Farmacéuticos de España y desde el Colegio de Valencia hemos ido dando instrucciones y consejos para que nuestros profesionales supieran cómo actuar, pero nos ha faltado el apoyo de la Administración», se lamenta Jaime Giner.

–Usted ha hablado del gran potencial que ofrece la oficina de farmacia y que ha sido desaprovechado por la Administración ¿qué podría haber aportado la farmacia comunitaria durante la crisis sanitaria y no pudo ofrecer?

–Los centros de salud permanecen cerrados. Ante esa situación muchas personas acuden a las oficinas de farmacia buscando respuestas. Pero nos encontramos encorsetados porque no podemos darles el servicio que requieren, debido a esa falta de coordinación con el sistema de salud. Una falta de coordinación que ya venimos denunciando desde hace años y que ahora la pandemia ha puesto en relieve. Por ejemplo, no hay una comunicación directa con los médicos de atención primaria, no tenemos acceso a la ficha farmacoterapéutica para conocer la medicación que está tomando el paciente y evitar interacciones que puedan perjudicar su salud y todo ello sería de gran ayuda para no colapsar el sistema y para dotarlo de más agilidad y dar un mejor servicio.

¿Qué podemos aportar? Si nos dejaran podríamos hacer mucho. Por ejemplo, durante el estado de alarma nos encargaron la entrega de medicamentos a domicilio, para que los colectivos más vulnerables al coronavirus puedan pedir que las farmacias lleven a sus domicilios los medicamentos que requieren, evitando así que tengan que desplazarse. De inmediato pusimos en marcha un programa informático para adjudicar por proximidad las farmacias a cada paciente, firmamos convenios con diversas entidades como Cáritas y Cruz Roja para que la entrega se hiciera a través de su personal voluntario de medicamentos… pero ahora lo han cortado, en lugar de potenciar este servicio de calidad asistencial.

Llevamos dos o tres años con un programa de coordinación farmacéutica para síntomas menores, que está consensuado con las sociedades médicas y farmacéuticas, con unos protocolos de actuación consensuados e integrados en los planes de salud de la Conselleria de sanidad. Una persona con síntomas menores como dolor de garganta o de cabeza, un catarro, resfriado… donde primero acude es a la farmacia, donde podemos aconsejar y dispensar medicamentos sin receta. Y si consideramos que es algo más que un síntoma menor lo remitimos al centro de salud y evitamos ese posible contacto de contaminación que pueda existir y descongestionaríamos esta avalancha.

También tenemos la preparación universitaria adecuada para hacer análisis, test y PCR. No se trata de vender, ni de hacer test masivos sino hacerlo de manera ordenada, siguiendo unas pautas, de forma protocolizada, registrando nuestras actuaciones y así dar un servicio y ayudar a reducir el colapso de los centros de salud. Pero para ello necesitamos cambiar la normativa o, al menos, contar con la autorización de la Administración.

–¿Qué reclaman desde el Colegio a la Administración?

–Reclamamos coordinación, que nos tengan en cuenta a la hora de planificar las acciones. Por ejemplo, nos hemos sentido ignorados porque se nos ha excluido (a los colegios de farmacéuticos de Valencia, Alicante y Castellón) de la Comisión para la Reconstrucción Social, Económica y Sanitaria de la Comunitat Valenciana y eso a pesar de estar en primera línea desde el primer día. Nosotros también formamos parte del sistema de salud y tenemos que trabajar unidos y coordinados para dar el mejor servicio posible a la población. La Administración debe tomar nota de lo que puede aportar la Farmacia Comunitaria porque, aunque algún colectivo intente arrinconarnos diciendo que somos un establecimiento sanitario privado, en realidad las farmacias ofrecen un servicio público y cercano. Durante esta crisis la oficina de farmacia ha demostrado su versatilidad y capacidad de reconversión.

Desde el Colegio hemos presentado varias propuestas como la coordinación con los centros de salud, ya que con la participación de los farmacéuticos comunitarios se podría aliviar la presión asistencial y, así, la sociedad podría estar mejor atendida y el sistema público menos colapsado y por tanto se podría gestionar mejor tanto el día a día, como la actual situación que estamos viviendo desde que se originó la pandemia.

Y al margen de la pandemia, también reclamamos a la Administración un cambio normativo sobre nuestra regulación para que se adapte a la realidad actual de servicio. Eso daría una mayor estabilidad a la profesión y también más eficiencia en el sistema.

–La pandemia ha centrado la atención y las acciones de todos, pero ¿en qué otras acciones está trabajando el Colegio?

–Estamos trabajando en diversos programas para poner en valor el papel del farmacéutico. Por ejemplo, el pasado año presentamos el estudio Indica+PRO, promovido por el MICOF junto con la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC) y el Grupo de Investigación en Atención Farmacéutica de la Universidad de Granada, donde se indicaba que se podría generar un ahorro de hasta 121 millones de euros anuales en la Comunitat Valenciana entre los pacientes que acudieran directamente a una farmacia comunitaria ante síntomas menores y de que casi un 70% de las consultas por síntomas menores podrían transferirse y tratarse en la Farmacia Comunitaria. Ahora, con la pandemia, estos datos resultan mucho más importantes.

La campaña de vacunación este año es esencial. Nosotros, como todos los años, nos hemos prestado a la Administración para hacer algo más que informar a la población con cartelería e infografías. Hay que tener en cuenta que en este contexto producido por la Covid-19, donde se espera que aumenten de manera significativa las personas que quieren vacunarse puede hacer que se desborde al sistema. En 2010 con la Gripe A ya hubo un gran incremento de vacunaciones, pero ahora se juntan otros factores como el miedo a ir a un centro de salud y la posible coincidencia de la vacuna de la gripe con la del Covid-19. Por ello, las farmacias podríamos contribuir a reducir la presión asistencial, vacunando en nuestras oficina que cuentan con un amplio horario y todas las garantías. Desde 2014 estamos trabajando en ello. De hecho, en 2016 presentamos un estudio a la Conselleria de Sanitat. Actualmente, y dada la situación, nos hemos ofrecido a la Administración para que nos tenga en cuenta, pero de momento no hemos obtenido respuesta. Está claro que habría que hacer un cambio normativo, como se ha hecho en otros países, y así se lo hemos propuesto al Ministerio y a la Conselleria. Desde el MICOF estamos trabajando para ofrecer soluciones a la Administración.

Además, con ese cambio normativo para que las farmacias fueran parte del sistema de vacunación permitiría a España cumplir con el objetivo de vacunación de la OMS situado en el 70% de la población de riesgo. Ahora solo se vacuna el 54%. Eso reduciría las muertes, los ingresos hospitalarios y en UCIs así como los recursos económicos y humanos que se destinan a luchar contra la gripe.

Otra acción que hemos llevado a cabo en los últimos meses es una campaña para resaltar la importancia del papel que desarrolla el profesional farmacéutico frente al cáncer de próstata, ofreciendo información personalizada a los ciudadanos sobre la prevención y detección de problemas relacionados con alteraciones prostáticas.

–El 25 de septiembre es el Día Mundial del Farmacéutico. ¿Qué pretende conmemorar este día? ¿Cuál es el objetivo?

–Como siempre es un día que esperamos con ilusión. El Día Mundial del Farmacéutico fue establecido por la Federación Internacional Farmacéutica en 2009 con el objetivo de promover y apoyar el papel que tienen estos profesionales en la prevención de enfermedades, promoción de la salud y seguimiento de tratamientos a nivel mundial.

En esta ocasión hemos celebrado un acto online bajo el lema “Transformando la salud global”, compuesto por dos mesas redondas. La primera bajo el título “Farmacia y covid. Cómo afrontar esta nueva etapa”, que ha contado con la participación de Pepe Martínez Olmos, Ex portavoz del PSOE en la Comisión de Sanidad de Congreso y Senado y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, Alejandro Orrico Sánchez, farmacéutico y Doctor e investigador del Área de Investigación en Vacunas de Fisabio y Salvador Alcázar, farmacéutico especialista en análisis clínicos. La segunda mesa ha abordado “Cómo contribuyen los servicios profesionales farmacéuticos a la mejora de la salud de los ciudadanos en una situación de pandemia”. Para ello, María Gil Peinado, farmacéutica del Centro de Información del Medicamento y Atención Farmacéutica del MICOF y Alicia Gago Prats, directora técnica del Laboratorio del MICOF, junto con Ricardo Fuertes González, farmacéutico del Centro de Información del Medicamento y Atención Farmacéutica del MICOF, han dado a conocer los diversos servicios que ofrece el Colegio como la plataforma de servicios a nuestros profesionales y los diversos programas que ponen en marcha el Colegio para la prevención y detección de problemas de salud.

A través de este evento queremos conmemorar con todos los colegiados del MICOF nuestro día y destacar todo lo que hace la profesión farmacéutica para contribuir de manera integral a la mejora de la salud, a través del acceso a medicamentos seguros, eficaces, de calidad y asequibles, pero también de los servicios asistenciales farmacéuticos, reivindicando que somos profesionales sanitarios. Por ello, hemos aprovechado esta efeméride para lanzar un manifiesto que muestre a la sociedad y a la administración nuestras necesidades para poder continuar trabajando por mejorar la salud de los ciudadanos.

–¿Cómo ha evolucionado el papel del farmacéutico en los últimos años? ¿Cómo ve el futuro de la profesión?

–En los últimos años la profesión ha evolucionado mucho, pero aún nos queda mucho camino por recorrer porque tenemos que salir de la zona de confort. Por ello considero que el futuro de esta profesión es apasionante. Por ejemplo, tenemos mucho que aportar al sistema sanitario, pero para poder contar con todo el potencial que ofrece la red de farmacias es necesario que se nos integre en las Políticas de Salud Pública. Vuelvo a repetir que no es una cuestión económica, sino de voluntades, de trabajar juntos para dar mejores soluciones a los ciudadanos. Que la administración se dé cuenta de que estamos para aportar, que somos necesarios.

Además, estamos trabajando en un proyecto estratégico de participación dentro del Colegio para saber qué quieren los colegiados de su futuro y contrastarlo con lo que quiere la ciudadanía a los que también vamos a preguntar. También vamos a escuchar las demandas de las más de 60 asociaciones de pacientes con las que tenemos convenio. Como Colegio Profesional debemos estar al servicio de la sociedad.

–El Colegio representa a un sector con muchos perfiles profesionales diferentes (comunitarios, hospitalarios, de atención primaria, salud pública, …) ¿Cómo se trabaja para coordinar a todos esos perfiles?

–Es cierto que la profesión tiene muchas facetas y muchas veces han ido en paralelo, trabajando por separado. Ya en 2014, cuando me presenté a las elecciones, abogaba por una profesión unida. Hay que unirse por el bien del paciente y de la profesión. Precisamente en ese proyecto estratégico de participación que comentaba antes queremos conocer las necesidades de cada uno de los perfiles y ponerlas en común, porque debemos trabajar juntos para aunar objetivos.

–La pandemia le ha pillado a mitad de su mandato, ¿qué balance hace? ¿Qué le queda por hacer?

–Está claro que la Covid-19 ha parado muchos proyectos, pero también ha sido un revulsivo para nosotros, porque nos ha dado la oportunidad de demostrar que somos unos profesionales sanitarios capaces, que hemos respondido de inmediato y que hemos estado al lado de los pacientes.

Además, tenemos muchos proyectos, como consolidar Atenfarma, la plataforma que lanzamos hace dos años para facilitar el desarrollo y la implementación de servicios profesionales. Creemos que registrar las intervenciones farmacéuticas es necesario para dejar constancia del trabajo asistencial que se realiza en la farmacia. Otro proyecto profesional que acabamos de presentar es MAGISTRA, un programa actualizado multipuesto y en la nube, con una base de datos potente, para potenciar la formulación magistral entre los colegiados y que está integrado en Atenfarma.

También este año ha sido el arranque del MICOF como centro de investigación, donde los colegiados puedan desarrollar proyectos. Este 21 de septiembre hemos presentado, junto con la universidad Cardenal Herrera-CEU, la Cátedra DeCo para la detección precoz del deterioro cognitivo desde las farmacias, esta Cátedra es una gran apuesta por el potencial investigador de los farmacéuticos y la financiaremos un mínimo de tres años, pero esperemos que sean muchos más. También desde la sede de Paterna estamos desarrollando otros proyectos importantes de investigación, que iremos haciendo públicos cuando llegue el momento. Y estamos impulsando las nuevas tecnologías, estudiando como introducir el comercio electrónico y las redes sociales porque es una realidad frente a la que no podemos cerrar los ojos.

Además hemos estado trabajando en la restructuración del Colegio, adaptándonos a los nuevos tiempos y las nuevas necesidades, respondiendo a lo que vamos detectando en el proyecto de participación que ya comenzamos en 2018 y vamos a presentar en unas jornadas en que organizaremos en noviembre o diciembre.

Trabajamos duro y con honestidad por mejorar este Colegio y los datos nos avalan. Hoy podemos decir que, para el farmacéutico valenciano, colegiarse no supone un coste e, incluso, puede serle rentable. Pero para que esto siga siendo así, hay que continuar trabajando e innovando día a día. En ello estamos.

 

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