FUENTE: EFE Salud
Esta insistencia en la importancia de la inmunización es debido a que, con la estación invernal, confluirán la gripe, la neumonía neumocócica y el coronavirus, lo que puede generar confusión, por presentarse con una sintomatología parecida, y favorecer el colapso del sistema de salud. Y junto a la vacuna de la gripe también la antineumocócica. Tanto la una como la otra se recomiendan a los mismos grupos: mayores de 65 años y adultos con ciertas patologías crónicas, como por ejemplo la diabetes o las enfermedades cardiovasculares.
También deberían vacunarse los niños mayores de 6 meses y adolescentes con enfermedades de base que supongan un riesgo aumentado de padecer complicaciones. Y se extiende la indicación a aquellos mayores de 6 meses que convivan con pacientes de riesgo, a las embarazadas en cualquier trimestre de gestación y a todos los profesionales sanitarios.
La gripe: una mortalidad no desdeñable
Hay que recordar también que la gripe tiene una mortalidad “no desdeñable”, refiere en entrevista a EFEsalud la doctora Elisa Cordero, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiologia Clínica (SEIMC). Se desconoce todavía si por el hecho de que gran parte de la población lleve mascarilla y guarde una adecuada higiene de manos, vaya a registrarse una menor incidencia de gripe. “Se trataría de una reducción teórica. En Australia por ejemplo, ha habido este año menos incidencia, pero no hay estudios que avalen esta conexión”.
No hay que olvidar, añade esta especialista en enfermedades infecciosas, que la gripe se transmite en distancias cortas por pequeñas gotas que las personas expelen al hablar, toser o estornudar o al tocar los ojos o la boca tras tocar algún objeto con el virus. “Por ello, en ámbitos donde no se mantengan las medidas como son los núcleos familiares, la transmisión es posible”, señala. “Nunca hemos tenido una situación en la que toda la población lleve mascarillas, y no sabemos qué va a pasar, y como no lo sabemos es muy importante que la población de riesgo se vacune de la gripe”, recomienda.
También se desconoce, indica, el riesgo y consecuencias que pueda sufrir un paciente que padezca gripe y COVID-19 a la vez. “Si es cierto que determinadas infecciones favorecen o predisponen a la aparición de otras, que la infección gripal favorezca la infección por COVID no está descrito”.
La gripe tiene aspectos diferenciales respecto a la COVID-19, se puede prevenir y hay tratamientos antivíricos claramente eficaces, y es muy importante prevenirla. “Y es importante, entre otros motivos, porque se puede tener un cuadro con síntomas similares a la COVID, y puede haber dificultades médicas a la hora de diferenciar de que infección se trata”, añade.
Amos José García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV), coincide en destacar esta última cuestión. “Si tenemos un perfil de población vacunada de la gripe, será más fácil descartar esta última dolencia en el caso de aparezcan síntomas sospechosos de COVID-19”. Para este especialista, el objetivo principal en estos momentos es aumentar la cobertura de la vacuna de la gripe en la población diana, conseguir aumentar la cobertura en los grupos de riesgo y que los que no se vacunaron en el pasado lo hagan ahora.
El Ministerio de Sanidad ha anunciado que la campaña de vacunación comenzará este año en la primera quincena de octubre, a mediados, pero podría adelantarse para personas mayores institucionalizadas y profesionales sanitarios y sociosanitarios.
Vacuna gripe:niños y adolescentes
La Asociación Española de Pediatría (AEP) también ha publicado ya sus recomendaciones de vacuna de la gripe en niños y adolescentes. Desde la AEP ya se advirtió en junio que la pandemia no ha tenido una incidencia importante en los niños hasta la fecha, pero se desconocen qué efectos puede tener la nueva afección si coincide en el tiempo con la gripe. Desde esta asociación avisan que esta coincidencia “podría generar un incremento de cuadros respiratorios y febriles en los niños y adolescentes”, haciendo difícil el manejo de estos pacientes, con la consiguiente sobrecarga que podría suponer para el sistema sanitario.
Como novedad, este año la AEP recomienda la vacunación de los niños con secuelas respiratorias o neurológicas por COVID-19, circunstancia que no estaba presente antes, y que se extiende también para secuelas por otras infecciones o enfermedades.
Una recomendación que se suma a la relacionada con la vacuna en los grupos de riesgo, es decir, niños a partir de los 6 meses de edad y adolescentes con enfermedades que supongan un riesgo aumentado de padecer complicaciones de la gripe.
Se extiende también la indicación a quienes convivan con menores de 6 meses, y aquellos mayores de 6 meses que convivan con pacientes de riesgo, a las embarazadas y a todos los profesionales sanitarios.
No obstante y desde la AEP se sigue defendiendo que las autoridades sanitarias fijen a corto o medio plazo la vacunación universal frente a la gripe, ya que proporciona al niño protección individual y favorece la protección familiar y comunitaria.
Algunos datos sobre la gripe
La gripe es una infección causada por el virus influenza, caracterizada por un inicio súbito de fiebre alta, dolor de cabeza, dolores musculares y articulares, y cansancio extremo.
De acuerdo con la Sociedad Española de Vacunología, existen tres tipos de virus de la gripe: A, B y C; los dos primeros son los causantes de la mayoría de los casos. El virus de la gripe de tipo A presenta gran variabilidad genética y se clasifica en subtipos en función de las diferentes combinaciones de dos proteínas de la superficie del virus: la hemaglutinina y la neuraminidasa.
Los animales, como las aves salvajes migratorias, pueden actuar como reservorio de los virus gripales de tipo A. En la actualidad circulan entre los humanos virus de los subtipos A (H1N1) y A (H3N2), y los linajes de virus B: Victoria y Yamagata.
En el pasado siglo ocurrieron tres pandemias de gripe, es decir, infección de gripe simultánea en diferentes países, causadas por un nuevo virus frente al que los humanos no tenían ninguna protección: 1918, 1957 y 1968. La primera pandemia de gripe de este siglo la declaró la Organización Mundial de la Salud (OMS) en junio de 2009 y fue causada por el virus de la gripe A (H1N1). Los virus del tipo B no tienen potencial pandémico, aunque sí epidémico. La gripe estacional es una enfermedad contagiosa (se transmite fácilmente de una persona a otra), con un periodo de incubación de entre 1 y 3 días. La transmisión es por vía aérea, por gotas o por contacto directo con personas infectadas.