FUENTE: Diario Médico
La recomendación que se ha hecho siempre de que durante el embarazo la mujer tiene que comer por dos ha pasado a la historia. “Hay que tener en cuenta que durante el embarazo se debe comer de forma que aseguremos que al bebé le llegan los nutrientes necesarios sin que eso signifique comer por dos, pero teniendo en cuenta que ahora las necesidades serán mayores”, recomienda Julio Maset, experto médico de Cinfa.
Tampoco hay que irse al otro extremo y tratar de coger el mínimo peso posible, haciendo restricciones. Y es que, como advierte el experto, “restricciones muy estrictas fuera de las aconsejadas (evitar alimentos peligrosos como carnes o pescados crudos, por ejemplo) pueden derivar en bajo peso en el bebé, pero, sobre todo, en estados de cansancio, deshidratación y desnutrición para la madre.”
Desde el mostrador de la farmacia, el mensaje que se debe transmitir es que “comer de forma sana y variada, hacer ejercicio adaptado a esta etapa y aceptar que existirá un aumento de peso que puede ser sano y dentro de límites es la mejor medida para tener un embarazo saludable”.
En el caso de que la gestante tenga que guardar reposo absoluto o parcial por indicación del especialista, Maset afirma que se producirá un menor gasto calórico. Por tanto, “se deberá seguir comiendo variado, pero reduciendo el número de calorías para adaptarlo a esa situación de menor gasto, haciendo hincapié en evitar el picoteo continuo y la toma de dulces, fritos o un exceso de frutos secos. Es importante, en estos casos, hidratarse adecuadamente y asegurar la toma de fibra para evitar el estreñimiento, más frecuente en esta situación”, declara.
No a ciertos alimentos
El portavoz de Cinfa recuerda que no existe una dieta específica para el embarazo. Las mujeres en esta etapa pueden comer prácticamente de todo, aunque sí hay algunas excepciones motivadas por la seguridad para el bebé. “Algunos microorganismos son capaces de atravesar la barrera placentaria y llegar al feto, cuya inmunidad aún no está desarrollada”, destaca. Por eso, y con el fin de prevenir infecciones e intoxicaciones alimentarias, como la listeriosis o la toxoplasmosis, “la embarazada ha de evitar el consumo de los considerados alimentos de riesgo, como carne, huevos y pescado crudos, embutidos, lácteos con leche cruda y no pasteurizada o frutas y verduras no lavadas”.
Además, para evitar los parásitos denominados anisakis o el metilmercurio, un metal tóxico, conviene no consumir pescados crudos, ahumados, en salazón, etc., ni pescados azules de gran tamaño -atún rojo, cazón, pez espada, lucio, anguila y emperador-.
A su juicio, parece que cada vez se conocen mejor los alimentos desaconsejados en el embarazo. Sin embargo, todavía queda mucha labor de concienciación en este ámbito, ya que, según reveló el VIII Estudio CinfaSalud. Percepción y hábitos de las españolas durante el embarazo, solo seis de cada diez (58,3%) mujeres en España evita estos productos conflictivos.
Respecto al alcohol y al tabaco, su consumo durante la gestación debe ser cero y parece que esto ha calado profundamente, como también refleja el estudio, que indica que nueve de cada diez embarazadas afirman evitarlos. ¿Y el café? Según Maset, el consejo farmacéutico debe insistir en que “se puede tomar con mucha moderación”.
Preguntado por otros suplementos que la embarazada puede tomar, más allá del ácido fólico, el médico menciona los suplementos vitamínicos o de omega-3, “que pueden ser adecuados si hay carencia de alguna vitamina o poca ingesta en la dieta, pero siempre con control de la ginecóloga y/o matrona. No es aconsejable tomarlos sin consultar”.
Asimismo, dice que es aconsejable el consumo de fibra para evitar episodios de estreñimiento y la aparición de las molestas hemorroides.
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