FUENTE: Diario Médico
Los datos de un estudio que se publica en The New England Journal of Medicine (NEJM) con el triplete lopinavir, ritonavir e interferón beta 1b muestran una reducción de mortalidad en pacientes con MERS, enfermedad causada por otro coronavirus similar al pandémico SARS-CoV-2. A los autores de este trabajo (llamado Miracle) no se les escapa las implicaciones que esta investigación puede tener en el tratamiento de la covid-19, y sugieren un potencial efecto sinérgico de los tres antivíricos, si se emplea en las fases iniciales de la infección.
La combinación de antirretrovirales lopinavir-ritonavir en monoterapia no ha dado frutos en los pacientes covid. El tratamiento se ha ido arrinconando en los enfermos ingresados por el coronavirus y en junio dejó de incluirse como un brazo del estudio Solidarity, de la Organización Mundial de la Salud, a la par que se conocían los datos preliminares del ensayo Recovery.
Ahora, los últimos resultados de este estudio también lo refrendan. Coordinado por Peter Horby y Martin Landray, de la Universidad de Oxford, el ensayo Recovery –que incluye a unos 12.000 pacientes de 176 hospitales del sistema nacional de salud de británico- ha publicado sus conclusiones en The Lancet. Los investigadores desaconsejan el tratamiento con lopinavir y ritonavir en pacientes ingresados en el hospital por covid, puesto que no se asocia a una disminución de la mortalidad a 28 días, ni en la duración de la estancia hospitalaria ni en el riesgo de progresar a la ventilación mecánica invasiva o muerte.
Sin embargo, la combinación antivírica de ribavirina, interferón y lopinavir/ritonavir, cuando se administra en la mediana de los cinco días desde los síntomas alcanzaba una reducción de la carga viral y una clara mejoría clínica, como demostró otro estudio publicado también The Lancet.
Este trabajo se alinea con la idea de que algunos medicamentos funcionan temprano pero no tarde (como parece que ocurre con el remdesivir), mientras que en otros ocurriría lo contrario (es el caso de la dexametasona).
Sobre la premisa de la administración precoz, los investigadores del estudio Miracle demuestran que tratar con interferón beta-1b recombinante y lopinavir-ritonavir reduce la mortalidad frente a placebo en los pacientes que habían sido hospitalizados con MERS-CoV confirmado por pruebas de laboratorio. El efecto fue mayor cuando el tratamiento se inició durante los siete días posteriores al inicio de los síntomas.
Así lo indican en este trabajo el Grupo saudí de Ensayos en Cuidados Intensivos. “Nuestro estudio mostró que el beneficio es probable con el tratamiento precoz, pero poco probable con un tratamiento posterior. Ensayos pequeños, aleatorizados y controlados de interferón beta-1a o interferón beta-1b han sugerido un beneficio clínico en pacientes hospitalizados con covid-19, y resultados preliminares de un estudio de fase II en el que participaron pacientes con covid leve a moderado han sugerido que el tratamiento con interferón beta-1a recombinante inhalado da como resultado un riesgo menor de enfermedad grave (que implica el uso de ventilación mecánica o que causa la muerte) frente a placebo. El interferón beta-1a recombinante y el interferón beta-1b se encuentran actualmente en estudio en pacientes con covid-19 en múltiples ensayos controlados aleatorios”, escriben.
A ello se añade las investigaciones que han determinado que SARS-CoV-2 causa un efecto similar al generado por la disminución del patrón de interferón tipo I y tipo III en células bronquiales humanas infectadas y en modelo experimental de hurón.
De hecho, según recuerdan estos investigadores “los pacientes con covid-19 grave presentan un deterioro en el patrón de interferón tipo I en comparación con los pacientes que tienen la enfermedad leve o moderada”, en alusión a otro trabajo que asociaba ciertas deficiencia en las respuestas de los interferones tipo I en la covid grave.