FUENTE: 20 Minutos
El consumo de las bebidas vegetales como sustitutas de la leche de vaca ha aumentado mucho en los últimos años. La intolerancia a la lactosa, así como el incremento de dietas veganas están detrás de esta tendencia. Sin embargo, estas bebidas no son recomendables si lo que buscamos es obtener los mismos nutrientes que con la leche de vacas, cuyos mayores atributos son su alto contenido en calcio fácilmente asimilable y proteínas de alto valor biológico.
No es que las bebidas vegetales sean más o menos sanas que la leche de vaca, sino que no son sustituibles porque su composición nutricional es muy distinta, además de que estas bebidas, puesto de provienen de alimentos distintos tipos de alimentos también son muy distintas entre sí.
¿Qué aporta la leche en comparación con las bebidas vegetales?
La leche es un alimento muy rico sobre todo en dos nutrientes esenciales, que son el calcio y la vitamina D, que son esenciales para la buena salud de los huesos, entre otras cosas. Si comparamos la cantidad de calcio y vitamina D de la leche con el que contienen las bebidas de origen vegetal, las diferencias son muy claras, pues el contenido de estas bebidas, a no ser que estén enriquecidas, es mínimo. Además, el calcio de la leche es más biodisponible que las que encontramos en las bebidas vegetales, incluso en las enriquecidas.
En cuanto a la cantidad de proteínas, las de la leche son de alto valor biológico, es decir, que contienen todos los aminoácidos esenciales y alrededor de 3,5 gramos por 100 ml. En el caso de las bebidas vegetales, aunque hay excepciones, como la de soja, que tiene una cantidad similar, lo normal es que con contengan más de dos gramos, y lo habitual, sobre todo en bebidas procedente de cereales, no llegue ni al 1%.
Una ventaja de las bebidas vegetales antes la de vaca es la cantidad de grasa, pues, salvo la de coco, todas tienen menos cantidad de grasa (menos de dos gramos), y además son grasas no saturadas. Si optamos por leche desnatada, esta cantidad de grasa desaparece, y si elegimos la semi, el contenido se reduce a la mitad y el contenido de grasa es más cercano al de la bebida vegetales. Con las calorías ocurre algo parecido. Aunque depende de con qué esté hecha la bebida, en general, las vegetales tienen menos calorías que la leche entera, y la energía que aportan se acerca más al de las leches semi e incluso la desnatada, como la de avena, almendra o las versiones ligeras de soja.
En el contenido de azúcar también ‘gana’ la leche de vacas, pues algunas de ellas -incluso a las que no se le añade- contienen más de cinco gramos de azúcar por 100 gramos. Las que más azúcar tienen, casi el doble que la leche, son la de avena y la de arroz.
Además, la leche contiene otros micronutrientes, como el fósforo, el zinc, el potasio y el selenio, sustancias que no están presentes, o de un modo muy residual, en las bebidas vegetales, que son en su mayoría más del 85% agua.
En cuanto a la digestibilidad, es cierto que la leche es más difícil de digerir, y si además tenemos intolerancia a la lactosa o alergia a la proteína de la leche, todavía nos dará más problema. En este caso, basta con optar por leches sin lactosa.
Puesto que no son comparables nutricionalmente, no debemos esperar que una bebida vegetal sustituya el consumo de leche. En caso de no tomar lácteos, deberemos buscar en otros alimentos los nutrientes que nos aportan. Solo la bebida de soja podría compararse en cantidad de proteínas completas, grasas y azúcar a la leche de vacas, pero siempre deberíamos elegirla enriquecida en calcio y vitamina D para que fuera un buen sustituto.
¿Son adecuadas para los niños?
Depende de la edad del niño, pero, en general, no son una buena opción si lo que buscamos es sustituir la leche de vaca y, según la AEP, nunca se deben dar antes del año. A partir del año, se pueden dar, pero siempre como un alimento complementario, no como una alternativa a la leche de vaca. Según afirmó el doctor José Manuel Moreno en del 64º Congreso de la Asociación Española de Pediatría, “estas bebidas vegetales no pueden compararse con la leche de vaca ni en su contenido proteico ni en el de minerales y vitaminas, por lo que no deben sustituir a las bebidas lácteas como principal fuente de calcio y fósforo entre otros nutrientes”.
Otros organismos, como la fundación Healthy Eating Research, van más allá y desaconsejan completamente su uso hasta los cinco años debido a que no contienen los nutrientes suficientes para satisfacer las necesidades del desarrollo temprano de los niños.
En caso de no tolerar la leche, se deberá consultar al pediatra sobre las alternativas que existen, y, siempre siguiendo sus indicaciones, se le podrá optar por bebida de soja enriquecida como la opción más parecida nutricionalmente a la leche.
La AEP, además, como dejó claro en su decálogo sobre la importancia de la leche en la etapa infantil, apuesta por que, salvo problemas de tolerancia y alergias, sea la primera opción una vez abandonada la lactancia materna.
Lo se deberá evitar siempre a toda costa, son las bebidas vegetales con un alto contenido en azúcar, sobre todo si es añadido.