FUENTE: Acta Sanitaria
El ejercicio físico induce efectos beneficiosos sobre el metabolismo y lo hace mediante un mecanismo por el cual los músculos liberan determinados microRNAs que, transportados en pequeñas vesículas (exosomas), permiten modular en el hígado la expresión de ciertos genes que mejoran la sensibilidad a la insulina, según lo confirma un estudio realizado por investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM) y del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS), que acaba de publicar la revista PNAS.
Los microRNAs son pequeñas moléculas que tienen la capacidad de regular la expresión de los genes. Los pueden secretar casi todas las células, y se distribuyen a través de la sangre por el organismo contenidos en los exosomas, unas pequeñas nanovesículas capaces de transportarlos que se revelan como un sistema potencialmente muy relevante para la comunicación intercelular.
Cambios en el perfil de los microRNAs circulantes en la sangre se asocian a varias enfermedades, incluyendo las metabólicas, por lo que son útiles como biomarcadores para mejorar el diagnóstico de las patologías y monitorizar la respuesta a los tratamientos.
Administración de exosomas
Este nuevo trabajo del CIBERDEM muestra que en respuesta al ejercicio se producen cambios en el patrón de los microRNAs que contienen estos exosomas. En este estudio, los investigadores administraron exosomas de ratones entrenados a ratones sedentarios y observaron que éstos son capaces de modular la expresión de ciertos genes en el hígado, lo que mejoró la sensibilidad a la insulina de los animales tratados.
“El estudio revela un mecanismo de comunicación entre diferentes órganos, en este caso músculo e hígado, poco explorado hasta la fecha, y proporciona una nueva diana terapéutica para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico”, destacan estos investigadores.