FUENTE: 20 Minutos
La microbiota, esto es, el conjunto de microorganismos que se localizan en nuestro cuerpo se describió por primera vez en el año 2001 para destacar su importancia en los estados de salud y en el desarrollo de enfermedades. Por tanto, resulta imprescindible para el adecuado funcionamiento del organismo.
Por su parte, el microbioma hace referencia a todo el espacio o hábitat, incluyendo a los diferentes microorganismos, sus genomas y las condiciones ambientales. En este sentido, las investigaciones sobre la microbiota intestinal se han estudiado durante los últimos años al ser la más abundante pero, ¿qué sucede con la microbiota respiratoria? ¿Cuál es su papel?
La microbiota respiratoria se ha comenzado a investigar más tarde porque se consideraba que el pulmón era un órgano estéril y resultaba más complejo obtener muestras. Sin embargo, según un artículo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) sobre el conocimiento del microbioma, el pulmón no es estéril, sino que cuenta con su propia microbiota formada por diferentes bacterias que influyen en la salud y en la aparición de enfermedades.
¿Qué es la microbiota respiratoria?
"A partir de 2010 se confirmó que el pulmón sano no es un órgano estéril, sino con una microbiota pulmonar, mientras que antes se atribuía la presencia de bacterias en el tracto respiratorio inferior a enfermedades", destaca el doctor Juan Luis García Rivero, neumólogo del Servicio de Neumología del Hospital de Laredo, en Cantabria, miembro de SEPAR y autor del artículo publicado en la revista ASMA.
La microbiota respiratoria modula la inflamación a través del sistema inmunológico y por eso influye en la salud del organismo. La de la vía aérea inferior es diferente a la de la superior y los cambios en su composición se relacionan con el desarrollo de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o el asma. De hecho, se ha observado cómo la microbiota respiratoria tiene un papel esencial para evitar el desarrollo o el empeoramiento del asma.
Así, el microbioma intestinal y el microbioma respiratorio interactúan de manera específica con el sistema inmune del huésped y tienen un papel fundamental en el desarrollo de la inflamación de la vía aérea característica del asma.
“La dieta, la actividad física y seguir hábitos de vida saludables, han demostrado modificar la composición del microbioma intestinal, y es posible que puedan corregir el desequilibrio o disbiosis de la microbiota intestinal de enfermedades crónicas, como el asma, ayudando a mejorar el control, la gravedad e, incluso, su incidencia”, subraya el doctor García Rivero.
¿Cómo actúa en el desarrollo del asma?
Pero, ¿cómo actúa el microbioma respiratorio en la patogénesis del asma? Puede ocurrir de tres formas diferentes. En primer lugar, "mediante la implicación en el desarrollo del asma en la infancia, en segundo en el asma del adulto no asociado a un mecanismo T2, como ocurre en el asma de perfil neutrofílico, y en tercer lugar en el asma corticorresistente".
Por el momento se desconoce su implicación en la aparición o progresión del asma eosinofílico, "aunque podría estar implicada una activación prolongada del tejido linfoide asociado a mucosa bronquial (BALT)", explica el experto.
Diversos estudios han analizado cambios diferenciales en la microbiota de pacientes con asma que, al ser comparada con la de personas sanas, presenta más carga bacteriana, sobre todo del género Proteobacteria, así como una menor diversidad en su vía aérea inferior.
Además, "también se ha conocido la relación entre la microbiota y ciertas características del asma, como la gravedad de la enfermedad o la resistencia al tratamiento, así como la hiperreactividad bronquial. De hecho, algunas bacterias podrían potenciar la respuesta alérgica de la vía aérea", añade el doctor García Rivero.
¿Qué es la hipótesis de la higiene?
Esta hipótesis, según el artículo de SEPAR, sostiene que el contacto desde la infancia con el suelo, el polvo, los microbios o los animales, así como el tamaño de la familia, determinan la disminución del riesgo de desarrollar asma. En este sentido, la exposición a determinados microorganismos desde edades tempranas podría tener un efecto protector frente al asma.
"Algunos estudios han demostrado que la prevalencia de asma en niños residentes en granjas era mínima comparada con niños que no viven en ellas", destaca el artículo.
Respecto a las medidas de prevención, el doctor García Rivera asegura que "mientras no dispongamos de la evidencia suficiente sobre el uso de probióticos en la modificación del microbioma en enfermedades como el asma, nuestro papel tiene que consistir en fomentar medidas de prevención que sí han demostrado tener un impacto sobre el mantenimiento de la eubiosis bacteriana".
Estas recomendaciones incluirían una dieta saludable que reduzca o evite el consumo de azúcares, grasas animales o ultraprocesados, y que incluya un aumento de la ingesta de fibra y proteínas de origen vegetal. Además de practicar ejercicio físico de forma regular.