FUENTE: EFE Salud
Solo un dato: la introducción de 6 vacunas (neumococo, Hib, rotavirus, tosferina, sarampión y malaria) en 72 de los países más pobres del mundo salvaría 6,4 millones de vidas, evitaría 426 millones de infecciones y ahorraría 6.200 millones de dólares en gastos por tratamientos.
Así se refleja en el informe “El valor del medicamento desde una perspectiva social 2021”, realizado por la Fundación Weber, especialista en economía de la salud.
En la presentación, su presidente, Álvaro Hidalgo, ha destacado el caso de las vacunas como ejemplo paradigmático de ahorro de costes indirectos, ya que son una de las intervenciones de salud pública más coste-efectivas, “con unos beneficios que normalmente superan con creces a sus costes”.
Vacunas: costes y beneficios
Actualmente existen más de 40 vacunas para la prevención de 25 enfermedades evitables.
Hay evidencia de que las vacunas tradicionales (polio, viruela, sarampión…) generaron importantes ahorros netos, evitando al sistema sanitario y a la sociedad en su conjunto recursos directos e indirectos.
En cambio, las nuevas vacunas (hepatitis, papiloma humano, etc.) surgieron de procesos más complejos y son por tanto más costosas, si bien en su mayoría siguen siendo coste-efectivas, es decir, presentan un ratio de coste-efectividad incremental inferior a 30.000 euros por AVAC ganado (Año de Vida ajustado por Calidad).
Diez ejemplos citados en el informe:
1.- La erradicación de la viruela ha evitado 40 millones de muertes en el mundo y ha permitido un ahorro de 2.000 millones de dólares anuales.
2.- Por cada dólar invertido en Estados Unidos en un programa de vacunación infantil contra la difteria, el tétanos y la tosferina se ahorran a largo plazo un total de 27 dólares, de los cuales 9 dólares, son ahorros en costes sanitarios directos para el sistema.
3.- La vacunación contra el virus del papiloma humano en 58 millones de mujeres menores de 12 años (cobertura universal), en 179 países, evitaría 690.000 casos de cáncer cervical y 420.000 muertes a lo largo del tiempo, siendo coste-efectiva en el 87 % de los países.
4.- Un estudio realizado en Cataluña demostró que la vacunación contra la tosferina generaba unos ahorros promedio de 107,9 euros por cada caso evitado, y que los costes promedio directos de un paciente vacunado (191 euros) eran significativamente inferiores a los costes de un paciente no vacunado (3.551 euros).
5.- A lo largo de un periodo de 60 años, el beneficio neto de la vacuna contra la polio en Estados Unidos ha sido 6 veces superior a su coste.
6.- A nivel global, los programas de vacunación generan ahorros 5 veces superiores a otras medidas preventivas como, por ejemplo, la cloración del agua.
7.- Según un experimento controlado que consistió en no vacunar de sarampión a un determinado grupo de población en California, tratar un brote de sarampión le cuesta al sistema sanitario casi 10.400 dólares por caso.
8.- La introducción de la vacunación universal contra el rotavirus en 2013 en una región del sur de Italia ha generado ahorros anuales de 1,1 millones de euros, y reducciones de un 45 % en las hospitalizaciones por gastroenteritis causadas por este virus.
9.- En Finlandia, esta misma acción, realizada en niños menores de 5 años, resultó en beneficios netos anuales de 2,2 millones de euros (33 euros por vacuna) y reducciones del 93 % en hospitalizaciones por gastroenteritis, en un periodo de 5 años.
10.- Se estima que la vacunación contra 10 enfermedades en 73 países de ingresos bajos y medios, realizada en el periodo comprendido entre 2001 y 2020, evitará 20 millones de muertes, y ahorrará 350.000 millones de euros en costes de las enfermedades.
Esto representa un valor social y económico de 820.000 millones de euros, como resultado de una mayor esperanza de vida con mejor calidad de vida .
El valor del medicamento
La citada investigación, que ha contado con el apoyo de Farmaindustria, señala como principal conclusión que el medicamento es uno de los bienes “más valiosos que tienen las sociedades modernas”.
Y benefician a la sociedad en su conjunto porque “potencian la eficacia y eficiencia del sistema sanitario”, permiten una mayor productividad laboral y contribuyen a la economía.
Por patologías -hasta 17 distintas analiza el informe-, destaca el consumo de medicamentos cardiovasculares, que puede llegar a ahorrar en hospitalizaciones 3,7 veces más que lo invertido en fármacos.
Se apunta también al uso de medicamentos innovadores, y su beneficios “especialmente relevantes” en dolencias relacionadas con las edades avanzadas, como la demencia, la enfermedad de Alzheimer o el Párkinson.
Los efectos, añade, afectan a otros costes sociales, como las pérdidas por bajas laborales.
A este respecto cita un estudio estadounidense en el que se refiere que el uso de nuevos medicamentos entre 1997-2000 y 2006-2010 redujo en un 6,3% la proporción de enfermedades que causan pérdidas laborales y el número de días de trabajo perdidos.
Sobre la covid-19, el presidente de la Fundación Weber ha considerado que no hay mejor ejemplo “para poner de manifiesto el valor social de encontrar una cura para el causante de la mayor pandemia global de los últimos cien años”.
En cuanto al cáncer, las fuentes informan que ha dejado de ser una sentencia de muerte para muchos pacientes, gracias al mayor conocimiento sobre la enfermedad y a los avances en su diagnóstico y tratamiento.
En los últimos 25 años se han aprobado más de 140 nuevos principios activos para tumores sólidos, y “un 70 % de la mejora en supervivencia por cáncer es atribuible a los nuevos tratamientos“.
Por lo tanto, el valor social de la innovación farmacéutica debe medirse conjuntamente a través del efecto sobre los resultados en salud y la calidad de vida de los pacientes.
También en relación al impacto sobre los gastos individuales y sociales evitados, incluyendo las mejoras en productividad laboral, y la contribución que supone el sector para la economía en su conjunto, concluye el informe.
Otro ámbito que analiza el informe es el papel de la industria farmacéutica como uno de los principales sectores generadores de valor añadido, empleo de calidad y competitividad de las economías desarrolladas.
Es un sector líder en I+D, con casi 154.000 millones de euros de inversión en todo el mundo, una inversión que no ha dejado de crecer en los últimos 25 años.
Elaborado a partir de una revisión narrativa de literatura, incluye publicaciones científicas y documentos de organismos relevantes como asociaciones empresariales, la OCDE o la Comisión Europea, con evidencia publicada hasta mayo de 2020.
Para el capítulo de contribución a la economía se recurrió a bases de datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística, Eurostat y SABI, entre otras.