Como con todos los temas relacionados con el aspecto físico, la caída del cabello también se suma al gran número de preocupaciones ya existentes. Sin embargo, se puede afirmar que no solo es un problema estético, sino que acarrea un problema de salud mental en las personas manifestando una autoestima minada y, en situaciones más extremas, depresión.
Este problema no solamente afecta a una gran mayoría de hombres, sino que también cada vez son más mujeres las que sienten que su melena poco a poco se ha ido desvaneciendo. Y, aunque hay personas atrevidas que, antes de dejar unos pocos mechones de pelo irregulares, prefieren mostrar su cuero cabelludo rapándose la cabeza al cero, otras optan por buscar un tratamiento al menor signo de pérdida de cabello.
El ciclo capilar
Cuando observamos atentamente nuestra piel, percibimos los folículos pilosos. A partir de estos, crece más de un pelo que cuya “vida” se estima que dura entre 25 y 30 ciclos capilares. Asimismo, cada cabello tiene un ciclo capilar, pero ¿qué es un ciclo capilar? Este corresponde a la “vida” aproximada de cada pelo, es decir, el periodo que transcurre desde que el pelo crece hasta que cae y crece otro en su lugar. Este se divide en 3 fases:
1ª. Fase anágena o de crecimiento (2 - 6 años). El folículo está sano y sus células tienen una actividad permanente.
2ª. Fase catágena o de transición (3 semanas). El pelo deja de crecer y se separa de la papila.
3ª. Fase telógena o de reposo (3 - 4 meses). El folículo descansa y el pelo comienza a caerse.
Aunque todos los cabellos siguen el mismo ciclo, no todos ellos se encuentran en la misma fase a la vez.
Tipos de alopecia
A diario, tanto si nos tocamos el pelo como si lo cepillamos, algunos pelos se desprenden, hasta el punto de que pueden llegar a caerse entre 80 y 100 pelos al día. Sin embargo, si observas una disminución o pérdida del cabello localizada, de forma general o durante un tiempo determinado, se considera alopecia.
Por un lado, está la alopecia no cicatricial: cuando no se muestra ningún tipo de inflamación en los tejidos, cicatrización o atrofia en la piel y se caracteriza por ser reversible. Por otro, la alopecia cicatricial que, al ser irreversible, sí que existen signos de destrucción del tejido cuyos signos son la inflamación, atrofia y cicatrización.
La alopecia androgenética es la forma más frecuente de las alopecias no cicatriciales y está causada por una predisposición genética junto con la acción de los andrógenos sobre los folículos pilosos. De hecho, los hombres la desarrollan tanto durante la pubertad como más adelante entre los 40 y 50 años, mientras que en el caso de las mujeres un 40% la experimenta entre los 60 y 70 años.
Una pregunta que ronda muchas cabezas es si existe alguna diferencia entre la alopecia que experimentan los hombres y las mujeres; la respuesta es sí. La alopecia de patrón masculino, según Hamilton, se clasifica en diferentes tipos, del I al V según la gravedad:
En cualquier caso, las zonas laterales (por encima de las orejas) nunca se ven afectadas y conservan el pelo.
Cuando se trata de la alopecia de patrón femenino, la clasificación de Luidwing va desde el grado I hasta el III.
Por su parte, a diferencia de la alopecia androgenética, el efluvio telógeno tiene lugar cuando se produce una caída muy llamativa durante un corto periodo de tiempo. Aparece con frecuencia en mujeres jóvenes, aunque también puede afectar a personas mayores. Una característica que cobra gran importancia es el hecho de que es reversible, por lo que es un gran incentivo para tranquilizar a todas aquellas personas a las que se les haya diagnosticado.
Ahora bien, esta situación se puede revertir, pero para ello es imprescindible conocer las situaciones que han ocasionado el efluvio telógeno. Su origen puede estar relacionado con las siguientes causas:
Además de los dos tipos ya mencionados, la alopecia areata también aparece con frecuencia y pertenece a las alopecias no cicatriciales. Entonces, ¿cómo puedo diferenciarla de la alopecia androgenética y del efluvio telógeno? Esta diferenciación se basa en que la pérdida del pelo se da en zonas redondeadas u ovaladas sin inflamación que puede afectar a la cabeza, barba, cejas, pestañas e incluso el pelo púbico. En estas zonas puede crecer el pelo y desaparecer, y reaparecer en otras partes de la cabeza. Existen diferentes tipos:
Una gran mayoría de veces la persona no nota ninguna diferencia salvo la evidente, pero en otras ocasiones puede ir acompañada de parestesias leves, prurito, sensibilidad, escozor o dolor.
Aunque no se conoce su origen, se ha observado que es autoinmune y se relaciona con enfermedades de esta misma etiología. Asimismo, puede aparecer si otro familiar ha tenido este problema anteriormente o por factores precipitantes como el estrés. Se da cuando el sistema inmunitario ataca a los folículos pilosos en el que los cabellos pueden llegar a la fase anágena del ciclo capilar pero no superar las siguientes fases.
Tratamiento y consejos
El tratamiento para cada tipo de alopecia depende también de las situaciones que la han causado; no se tratará la alopecia de la misma forma si está causada por estrés o si es por cambios hormonales.
En cualquier caso, los siguientes #consejosMICOF son siempre recomendables:
Cuando se trata de la alopecia androgenética, algunos tratamientos pueden emplearse para la enlentecer el proceso o restablecer parcialmente el cabello que se ha perdido. El minoxidil (2% o 5%) es el tratamiento de elección al ser una solución o espuma que se aplica 1ml en el cuero cabelludo 2 veces al día. En cuanto a los tratamientos por vía oral se incluyen la finasterida así como medicamentos antiandrogénicos (espirnolactona, acetato de ciproterona, flutamida y cimetidina) específicos para mujeres, en ningún caso para hombres. Todos ellos precisan de receta médica, con el fin de que estén bien diagnosticada la alopecia y asegurar que se toma de forma correcta.
También está la opción de los tratamientos quirúrgicos, en el que las personas con grado III-IV de alopecia androgenética, pueden someterse a un trasplante por unidad folicular; un trasplante de pelo en el que los resultados son naturales y las cicatrices son menos visibles.
Recuerda que tu farmacéutico puede ayudarte cuando te surjan dudas sobre la alopecia o si experimentas una pérdida del cabello; no tengas reparos y consúltale.
FUENTES: