FUENTE: Valencia Plaza
La pandemia por la Covid-19 ha empeorado los trastornos del movimiento en los niños de la Comunitat Valenciana, según la Sociedad Valenciana de Pediatría (SVP).
Como ha explicado la doctora Sara Hernández, neuropediatra en el Hospital Universitario Doctor Peset de València, en un comunicado, durante el confinamiento y los meses posteriores los niños con trastornos del movimiento han visto reducidas sus terapias, "lo que se ha traducido en una pérdida de habilidades, un empeoramiento de la marcha o una evolución de deformidades, entre otros síntomas".
Esta situación será expuesta durante el XXXVI Congreso de la Sociedad Valenciana de Pediatría, que comienza hoy y reunirá a más de 350 pediatras de la región de forma virtual para tratar diferentes temas de actualidad relacionados con la salud en la infancia.
La principal causa de este empeoramiento es la falta de terapias presenciales que, en palabras de la doctora Hernández, aún están en vías de recuperación.
La pediatra ha señalado que "los niños con trastornos del movimiento necesitan tratamiento a nivel de fisioterapia para disminuir la alteración del tono o de la postura y terapia ocupacional para intentar recuperar la funcionalidad de sus movimientos. Además del tratamiento farmacológico pautado por el especialista".
A pesar de que muchos centros han mantenido las visitas online como alternativa y complemento a la presencialidad, los datos de los que dispone la SVP demuestran que las familias se encuentran con largas listas de espera en los programas de atención temprana para los niños que requieren una valoración inicial para empezar a tratarse.
Actualmente, los trastornos del movimiento más prevalentes en la infancia son los tics, que afectan aproximadamente a entre un 5 y un 20% de los niños antes de la adolescencia. También son frecuentes otros trastornos como la corea, caracterizada por el movimiento involuntario de pies y manos, o las discinesias, movimientos anormales que afectan a diferentes partes del cuerpo, incluidos los rasgos faciales. Estos suelen ser síntomas de patologías neurológicas que es necesario diagnosticar para orientar el tratamiento adecuado.
"Estos trastornos en la infancia pueden llegar a ser muy limitantes. Algunos son intermitentes y de curso fluctuante, pero otros son continuos y de curso progresivo, lo que provoca en los niños posturas anormales y la imposibilidad de realizar correctamente movimientos voluntarios", ha expuesto la doctora Sara Hernández.