FUENTE: La Razón
La crisis sanitaria originada por el coronavirus ha provocado la desatención y retraso en el tratamiento y prevención de otras patologías no menos graves, según advierten los profesionales sanitarios. Uno de los problemas más frecuentes que se atiende en las consultas de oftalmología es el de los párpados caídos. que habitualmente suele estar asociada a la edad, puede surgir por otros motivos y no solo en personas mayAunque es una patologíaores.
“Generalmente”, asegura el doctor Javier Fernández, oftalmólogo del Instituto Pitiuso de Oftalmología, “el paciente percibe que se ven los ojos de diferente tamaño, siendo uno más pequeño que el otro, o que se ve un ojo más cerrado o simplemente que tiene dificultad en su campo de visión porque el párpado le tapa parcialmente el mismo. A veces, podemos incluso detectar mecanismos compensatorios como la elevación de la ceja o del mentón para tratar de mantener el campo de visión lo más despejado posible”.
Y es que al problema de la falta de visión se une un problema estético. En estos casos, la exploración que realizan los oftalmólogos va enfocada a detectar un problema en el músculo elevador del párpado superior, que es el encargado de subir y mantener en posición nuestro párpado.
Uno de los síntomas de ojo vago en niños
El párpado caído o ptosis palpebral puede aparecer a cualquier edad, incluso en niños, y por diferentes causas. “En niños suele ser congénita”, continúa Fernández, “y es debida a una alteración en el desarrollo y estructura del músculo, el cual no tiene la suficiente fuerza para realizar su acción. Es importante tener en cuenta que la ptosis palpebral detectada en niños por debajo de los 6 años puede ser una causa de ojo vago o déficit en el desarrollo visual. En estos casos, va a ser imprescindible realizar una corrección de la posición del párpado para permitir que el campo de visión quede libre y, por tanto, la visión del niño se desarrolle simétricamente en ambos ojos sin interferencias”, explica el especialista.
Durante los primeros años de vida es importante observar si el niño presenta alguna dificultad para mantener los ojos abiertos mientras realiza tareas como dibujar, leer, o escribir, en cuyo caso es necesario acudir sin demora a un especialista.
Cirugía ambulatoria
En adultos, la causa más frecuente suele ser la desinserción del músculo, de manera que éste, a pesar de tener suficiente fuerza, no tiene una acción eficaz ya que ha perdido su punto de anclaje sobre el que traccionar el párpado.
El tratamiento de la ptosis palpebral, independientemente de la causa, suele ser quirúrgico. Existen diferentes técnicas según el grado de la ptosis y la fuerza que tenga el músculo elevador. Todas ellas son cirugías ambulatorias y, siempre que la edad del paciente lo permita, con anestesia local.
Según el doctor Fernández: “La cirugía más empleada es la reinserción o resección del músculo elevador, en la que, mediante un corte a nivel del pliegue del párpado, localizamos el músculo elevador y lo volvemos a anclar en su posición original (en caso de ser un músculo con suficiente fuerza que ha perdido su anclaje natural, más habitual en adultos) o lo tensamos acortándolo (en caso de ser un músculo con poca fuerza, más habitual en niños). Tras la intervención quirúrgica, “los puntos a nivel del pliegue del párpado se retiran a la semana, dejando una cicatriz prácticamente imperceptible al estar en un pliegue natural de la cara”, detalla Fernández.
Blefaroplastia para corregir la estética del párpado
En adultos, es una cirugía que se puede realizar de manera combinada con la blefaroplastia (eliminación de la piel redundante del párpado), ya que al subir la posición del párpado es habitual que el paciente se vea más piel sobre el mismo tras la cirugía. No es más que piel redundante que permanecía estirada al estar el párpado más caído y que al subir el párpado, se pliega sobre el mismo haciendo evidente la redundancia de piel que ya existía. El párpado caído o ptosis parpebral no se puede prevenir, pero sí se puede detectar fácilmente en sus etapas iniciales, incluso antes de que se haya empezado a perder campo visual. Desde el Instituto Pitiuso de Oftalmología insisten en la importancia de no demorar las revisiones periódicas ya que resultan clave para diagnosticar esta y otras patologías oculares y, por supuesto, acudir al especialista ante alguno de los síntomas descritos.