FUENTE: EFE Salud
A Ruth le diagnosticaron cáncer de mama durante su embarazo y, en ese momento, su mundo se vino abajo, según relata. No obstante, después de la dura noticia, Ruth decidió enfrentarse a la situación con una actitud positiva.
“Lo primero que piensas es que tu mundo se viene abajo y, en este caso, la vida que llevas dentro, lo que te hace hundirte en el desánimo y el pesimismo. Pero estoy convencida de que tratar de desarrollar una actitud positiva lo antes posible es fundamental”, destaca.
Al igual que Ruth, Ingrid vivió esa misma experiencia cuando estaba en la semana 36 del embarazo. En su caso, fue la alegría de poder tener antes a su hija en brazos lo que le dio fuerzas para seguir hacia adelante, tal y como rememora.
“Recibí el diagnóstico de cáncer de mama, un carcinoma ductal infiltrante en estadio II. En ese momento, tuve una intensa mezcla de sensaciones. Entre ellas, miedo por no saber a lo que me estaba enfrentando y por la incertidumbre, y felicidad porque podría tener a mi hija en brazos antes de lo previsto”, cuenta.
Tras el parto, se sometió a una operación, seis meses de quimioterapia y uno de radioterapia.
“Estoy convencida de que todos los efectos secundarios de la quimioterapia y el aturdimiento que produce este proceso se aliviaron por la alegría que me producía la maternidad”, asegura.
Ambas son participantes de la campaña campaña ‘Haz historia con tu historia’, lanzada por el Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama en conmemoración, en el marco del Día de la Madre.
Profundizar en el conocimiento
Esta campaña, según explican desde GEICAM, persigue animar a mujeres que han tenido un cáncer de mama
durante el embarazo o un año después del mismo, a que participen con su historia clínica en el proyecto ‘Cáncer de mama y el Deseo de ser Madre’.
Asimismo, también incluyen en el estudio a aquellas mujeres que, tras haber tenido un cáncer de mama, desean ser o hayan sido madres después del cáncer.
El proyecto ‘Cáncer de mama y el Deseo de ser Madre’, por su parte, tiene el objetivo de recabar información clínica a través de las experiencias y, así, profundizar en el conocimiento sobre las relaciones que existen entre el embarazo y el cáncer de mama.
“Se está estudiando la relación entre los cambios fisiológicos que se producen en la gestación y en la lactancia con el desarrollo del tumor”, explica el doctor Juan de la Haba, director de la Unidad de Mama e Investigación Clínica del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba y miembro de GEICAM.
“No disponemos de datos oficiales sobre este tipo de pacientes ni existe un registro nacional, por lo que el estudio permitirá tener una foto de la realidad del cáncer de mama y el embarazo”, añade la doctora Begoña Bermejo, del Grupo de Investigación de Biología en Cáncer de Mama de INCLIVA y del Departamento de Oncología Médica del Hospital Clínico de Valencia, miembro de la junta directiva de GEICAM.
Análisis del tumor
En ambos casos, detallan desde GEICAM, el propósito final del estudio es prever esta situación y diseñar estrategias encaminadas a lograr tanto embarazos como gestaciones seguras.
En palabras de la doctora Bermejo, gracias a la información clínica de estas mujeres, el proyecto analizará datos moleculares del tumor y de sangre.
Con ello, expone, se podrá determinar alguna característica biológica o genética que diferencie los cánceres de mama.
“O saber si genéticamente estas mujeres tienen un riesgo superior de desarrollar este tumor durante el embarazo”, prosigue la doctora Bermejo.
Conservar la fertilidad
Con el retraso de la edad del primer embarazo y la incorporación de la mujer a la vida laboral, los expertos advierten de que ha aumentado el número de casos de mujeres que, cuando reciben el diagnóstico de cáncer de mama, aún no han cumplido su deseo de ser madres.
Para hacer frente a esta situación, desde GEICAM recuerdan que existen técnicas de preservación de la fertilidad para aquellas mujeres que van a recibir un tratamiento que puede limitar las posibilidades de ser madres.
“La preservación de óvulos, la utilización de fármacos para mantener en reposo el ovario, o la criopreservación de tejido ovárico son algunas de las que han demostrado ser más eficaces”, concluye el doctor De la Haba.