FUENTE: Diario Médico
Un equipo de investigación del Instituto de Neurociencias de la Universidad Autónoma de Barcelona (INc-UAB) ha demostrado que la inhibición, a través de un fármaco, del circuito neuronal Tac2, implicado en la formación de la memoria del miedo, tiene efectos opuestos en la capacidad de recordar eventos aversivos en ratones según el sexo: la reduce en los machos y la aumenta en las hembras.
Es la primera vez que se ve que un fármaco produce este efecto contrario en la memoria de los ratones macho y hembra y se evidencia que, en función del sexo, se pueden dar mecanismos moleculares y comportamientos opuestos en la formación de la memoria. El estudio se ha publicado en Nature Communications.
El grupo de investigación sobre mecanismos traslacionales de la memoria del miedo que lidera Raül Andero, profesor y investigador de ICREA en el INc-UAB, estudia el funcionamiento de este tipo de memoria con el fin de encontrar tratamientos para patologías asociadas a vivencias traumáticas, como el estrés postraumático y las fobias.
Los investigadores habían identificado que el circuito Tac2, situado en la amígdala cerebral, podía ser bloqueado temporalmente por el efecto de un fármaco que están estudiando, el Osanetant, y que este bloqueo conseguía reducir la capacidad de recordar eventos aversivos en ratones macho. En el estudio publicado ahora han descubierto que el mismo fármaco produce el efecto contrario en las hembras, aumentando su memoria del miedo.
El efecto opuesto se explica porque al bloquear la vía Tac2 el fármaco interactúa con los receptores neuronales de dos hormonas sexuales: la testosterona en los machos y los estrógenos en las hembras. Además, han observado que las fluctuaciones hormonales durante el ciclo estral de los ratones hembra, equivalente al ciclo menstrual en mujeres, hacen variar los efectos del medicamento sobre la capacidad de recordar los eventos aversivos.
“Los resultados demuestran la capacidad de las hormonas para modular la formación de la memoria del miedo y evidencian la necesidad de tener en cuenta las diferencias entre sexos, así como la monitorización rutinaria de las diversas fases de ciclos hormonales, en el diseño de tratamientos farmacológicos para trastornos psiquiátricos”, señala Antonio Florido, investigador predoctoral del Inc-UAB y primer autor del artículo.
Los investigadores señalan que en los últimos años solo se ha publicado un estudio sobre el cerebro en hembras por cada 5,5 hechos en machos y que las investigaciones sobre la vía Tac2 se han hecho también mayoritariamente en machos hasta ahora.
Incluir el sexo femenino
“Entender cómo y por qué difieren los procesos de memoria entre sexos es clave en el diseño de tratamientos para los trastornos del miedo, sobre todo teniendo en cuenta que las mujeres son las que más a menudo presentan este tipo de trastornos. Algunos fármacos que se utilizan actualmente podrían no tener los efectos esperados en ellas”, señala Raül Andero, que ha coordinado el estudio. “Nuestro hallazgo puede ayudar a concienciar sobre la necesidad de hacer investigación diferenciando por sexos y a promover estudios básicos y clínicos que incluyan el sexo femenino”, añade.
El fármaco estudiado en este trabajo existe desde hace años. Se ha comprobado que es seguro en humanos, aunque no se administra para ninguna enfermedad. El grupo de Andero investiga ahora su potencialidad para tratar los trastornos del miedo de forma diferenciada por sexo.
En esta investigación, hecha en colaboración con varios grupos del INc-UAB y del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), los investigadores dejan claro que hay que apostar cada vez más por la medicina personalizada. “Los fármacos en salud mental que tenemos hoy en día, no solo para los trastornos relacionados con la memoria, no son suficientemente específicos y pueden estar provocando efectos contrarios a los deseados”, concluyen.