Aceite de oliva, sardinas o aguacate pueden ser considerados superalimentos por sus múltiples ventajas nutricionales
Una buena alimentación va a ayudar a cuidar también nuestros músculos y articulaciones. El Hospital IMSKE es un centro focalizado en la prevención y atención de patologías que les afectan. En este sentido, la atención a la nutrición se integra en una visión multidisciplinar gracias a la cual, en la consulta de nutrición de IMSKE no solo se dan pautas para mejorar la alimentación; también se trabaja de forma estrecha con preparadores físicos que elaboran planes ajustados a las necesidades de cada paciente y que buscan afianzar hábitos de vida saludables, fundamentales para consolidar, entre otros muchos beneficios, un peso saludable.
Relación coste/beneficio de los superalimentos
Durante los últimos años se han ido acuñando conceptos novedosos en torno a la nutrición. Ayuno intermitente, superalimentos…. existe una saturación informativa que no siempre cuenta con bases científicamente probadas.
Los superalimentos, como el bimi o la chía, han tenido una gran repercusión en los últimos años. Esta repercusión se debe a las propiedades específicas a nivel nutritivo, que en muchos casos se califican como “milagrosas”. Y aunque es cierto que muchos de estos superalimentos presentan el nutriente específico que les caracteriza y ejercen efectos beneficiosos en la salud, “su precio elevado no está justificado”, afirma Álvaro Dominguez, responsable de la consulta de nutrición en el Hospital IMSKE, farmacéutico y graduado en Nutrición y Dietética.
Un ejemplo de ello es la relación nutricional que existe entre el brócoli, el kale y el bimi. Los tres aportan muy pocas calorías (menos de 50 en 100 gramos) y son ricos en minerales -principalmente hierro, calcio, potasio y magnesio- y vitaminas -A, C, B6, B12, D- fibra y agua. Y así, nutricionalmente son muy parecidos. Sin embargo, la diferencia de precio es abismal. Tomando como referencia una conocida cadena de supermercados, el brócoli, a 1,19 euros el kilo, es el más barato; el kilo de kale sale a 6,20 y el de bimi a 11,25 euros.
“Realmente”, explica Álvaro, y “se atribuye ese precio como un reclamo comercial al vender propiedades exclusivas de estos alimentos haciendo entender que no se puede conseguir de otros. Pero estos nutrientes, pueden encontrarse, a su vez, en otros alimentos de consumo cotidiano”.
Otro ejemplo de desfase entre las propiedades nutricionales de un alimento y su precio es el de la chía, que se vende como superalimento por su aporte en w-3, un ácido graso esencial que nuestro cuerpo no sintetiza, por lo que se debe conseguir mediante los alimentos.
Sin embargo, afirma Álvaro Domínguez, “este w-3 también podemos encontrarlo en pescados azules, y además, el aporte con este alimento será mayor que con lo que normalmente podemos añadir de chía a un yogur; por ello, y como la mayoría de nutrientes que contiene aparecen en otros alimentos comunes, se podría decir que su precio no está justificado”.
Superalimentos naturales
Al hilo de la moda de los superalimentos, los nutricionistas ponen el foco en opciones mucho más comunes, y sobre todo mucho más asequibles, que siempre han estado en nuestra cesta de la compra. “Aunque el consumo cotidiano de ellos nos ha hecho no darles la importancia que se merecen, nuestra cesta de la compra se ha llenado desde siempre con superalimentos tales como el aceite de oliva, el pescado azul como los boquerones, sardinas, caballa, el aguacate,…. El aceite de oliva virgen extra, se puede clasificar como el superalimento estrella y más consumido por todos desde hace años.
Se puede considerar como tal por ser una grasa saludable, con efecto antioxidante y antiinflamatorio. Otro de estos alimentos es el cacao, al que se le pueden atribuir las mismas propiedades que al aceite de oliva virgen extra por la presencia de componentes como los polifenoles. Los pescados azules nombrados, por ser de carácter salvaje (no criados en piscifactorías y consumidores de placton marino) ricos en proteínas de calidad y grasa de calidad del tipo Omega 3”.
Falsas creencias en torno a la alimentación
La falta de respaldo científico que justifique la distancia entre algunos superalimentos y su valor añadido frente a otros alimentos, se extiende también, desde siempre, a otra serie de falsas creencias instauradas en la sociedad.
Estas son algunas que desmiente Álvaro Domínguez:
Esta es una de las creencias más instauradas en nuestra sociedad. Se dice que el desayuno es la comida más importante del día por la energía que nos va a aportar durante todo el día. Como todo, hay que adaptar la toma a cada paciente. Algunos de ellos, no tienen hambre por la mañana, por lo que quitar esta toma no supondría ningún problema. Lo importante es escuchar la sensación de hambre fisiológica de nuestro cuerpo y responder ante ella cuando nuestro cuerpo nos lo pida. A esta justificación se le añade que la mayoría de desayunos no son saludables y tendemos a elegir opciones rápidas como la bollería industrial.
En los últimos años, la población ha cogido miedo al consumo de huevos por pensar que éste nos va a aumentar los niveles de colesterol en sangre. Estudios científicos han concluido que esta afirmación es falsa.
De hecho, el huevo es la proteína de referencia, además de aportar numerosas propiedades beneficiosas a nuestra salud.
Realizar 5 comidas al día no es esencial, sino que hay que adaptar el número de tomas a las necesidades y contexto social de cada paciente. Conocer que cada digestión supone la inflamación del tubo digestivo, y que realizando numerosas comidas al día no dejamos que éste descanse, ya que lo hacemos trabajar continuamente, mucho antes incluso de que el proceso de digestión haya finalizado.
Por ello, no es esencial realizar ese número de comidas al día para considerar que se está llevando a cabo una alimentación equilibrada y saludable.
No, la fruta no engorda. Ningún alimento engorda por sí solo, ya que lo que nos hace aumentar de peso es consumir más calorías de las que quemamos.
Los procesos de detoxificación dependen de nuestros órganos, no de nuestra dieta. Si te gusta tomar agua con limón en ayunas lo puedes hacer, pero no esperes que tu salud vaya a mejorar drásticamente, porque se trata de eso: agua con limón.