FUENTE: 20 Minutos
El virus respiratorio sincitial (VRS), causante de la bronquiolitis en niños sobre todo de hasta dos años, acostumbraba a aparecer cada año entre octubre y marzo, pero llegó la pandemia de covid-19 y lo cambió todo. También la incidencia de otros virus, a los que el coronavirus agazapó como un tsunami es capaz de engullir un pueblo costero. Y es ahora, cuando la incidencia de covid-19 se mantiene a la baja, cuando otros virus empiezan a emerger. Esto es lo que está pasando con el VRS, causante de un resfriado común en los niños más mayores y en los adultos, pero la principal causa de ingreso entre los lactantes y más pequeños, especialmente menores de seis meses.
En la temporada prepandémica de 2019-2020, la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica identificó 4.578 casos de VRS. Luego llegó el barrido de la covid-19, que causó que el pasado otoño-invierno de 2020-21, en plena segunda y tercera ola de la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 en España, prácticamente desaparecieran otros virus respiratorios. Según el citado informe, el porcentaje de positividad de la gripe "ha descendido más de un 99% comparado con temporadas previas".
Por otro lado, tal y como recoge el último informe epidemiológico semanal de la Comunidad de Madrid, relativo a la semana 21, "la vigilancia centinela de la infección respiratoria aguda ha mostrado un incremento en la incidencia, en población infantil, paralelo al nivel de casos de VRS". En datos, en la última semana analizada se han diagnosticado 8 casos en la población centinela en atención primaria (de un total de 13 desde la semana 46 de 2020) y 13 casos de 21 desde el inicio de la temporada en ingresos hospitalarios urgentes. Estos datos suponen un incremento del 37,4% que afecta al grupo de menor edad, de cero a cuatro años, respecto a la semana anterior.
"Estamos en una situación complicada"
La jefa del Servicio de Pediatría Hospitalaria, Enfermedades Infecciosas y Tropicales del Hospital Universitario La Paz de Madrid, Cristina Calvo, asegura que la situación que están viviendo "desde finales de abril" es "muy rara" y "ha sorprendido mucho" porque el VRS es un "virus de invierno". "Estamos todos muy desconcertados", afirma. Este mismo jueves cuenta con entre 15 y 20 pequeños ingresados en planta y entre 5 y 6 en la UCI.
"Las urgencias están llenas. No tenemos camas para ingresar. No estamos como en diciembre de 2019 (cuando se registró el último pico normal de VRS, antes de la pandemia), pero nos acercamos peligrosamente en todo Madrid. Esta noche no había camas para trasladar, aunque por la mañana se dan altas y se quedan camas libres, estamos en una situación complicada", lamenta.
La misma situación describe la jefa de Urgencias Pediátricas del Hospital Gregorio Marañón, también en la capital, Paula Vázquez, que habla de un "brote pequeño que sube lentamente" desde hace unas cuatro semanas que "no esperábamos", pues en mayo lo habitual es atender alergias y gastroenteritis, y que les "ha llamado mucho la atención".
Su colega, el intensivista de la UCI del Hospital Pediátrico Niño Jesús, Alberto García-Salido, también confirma que "efectivamente hay un aumento de casos" y el pediatra de Atención Primaria en la Comunidad de Madrid, Gonzalo Oñoro, asegura que "estamos ahora como en octubre o noviembre de un año normal, con muchos más catarros, anginas, gastroenteritis y bronquiolitis, además tras invierno relativamente tranquilo en la consulta".
Causas de este cambio
Los expertos consultados por 20minutos coinciden al señalar varias posibles explicaciones a que el VRS haya emergido en plena primavera. Una de ellas podía ser la falta de inmunidad adquirida hacia este patógeno tras un disciplinado invierno con mascarilla y lavados de manos convertidos en un ritual de casi cada hora en los centros escolares. "En el momento actual hay una población infantil que no dispone de inmunidad desarrollada frente al virus. Esto incluye a todos aquellos niños que nacieron más tarde de marzo de 2020 hasta el momento de su recirculación. Son niños 'naive' para este agente lo cual les hace susceptibles a ser infectados y por lo tanto participar en su transmisión", apunta García-Salido.
La doctora Vázquez añade que este pasado otoño no se administró inmunoglobulinas, como habitualmente se hace para proteger a los bebés prematuros, que son especialmente vulnerables a este virus junto a los menores de tres meses y los bebés con patologías de base. Se prescindió de esta prevención porque el VRS "no estaba circulando".
Este virus se transmite por gotitas y no por aerosoles, expone Oroño, y en gran medida "por contacto directo con secreciones", lo cual aplica a los bebés que con el moco colgando comparten juguetes en la guardería, en un parque infantil o con sus hermanos mayores.
A la falta de inmunidad también han contribuido las mamás y los papás, que gracias a las mascarillas se han evitado numerosos catarros este invierno y por consiguiente tampoco han transmitido a sus pequeños. La doctora Calvo comenta en este sentido que la relajación de las medidas actuales no considera que haya determinado este brote de bronquiolitis porque esta enfermedad afecta principalmente a los lactantes y menores de dos años, que nunca han tenido que llevar mascarilla.
Posible cambio del ciclo epidemiológico
Preguntados por un posible cambio del ciclo epidemiológico del VRS para presentarse fuera de su época habitual, los médicos consultados señalan la teoría de desplazamiento del nicho ecológico, es decir, que el coronavirus haya desplazado al VRS y otros virus de invierno como la influenza o el bocavirus a otros meses del año. Sin embargo, todavía es pronto para ponerse de acuerdo. "Debemos asumir que quizá no seamos capaces de comprender completamente por qué ocurre esto ahora. Está claro que debemos buscar respuestas pero quizá seamos incapaces", reconoce García-Salido.
"Las epidemias invernales duran unos dos meses y estamos quizá pasando el ecuador. No sé cómo evolucionará porque es nuevo. En Australia, donde pasó algo parecido, la epidemia de VRS fue en primavera-verano y superó a las epidemias previas invernales. Espero que eso no nos pase porque va a ser un problema", reconoce Calvo. Según un estudio de febrero, los casos de VRS aumentaron a partir de septiembre de 2020, cuando se empezaron a relajar las medidas contra la covid.
La doctora Vázquez apunta también que hay virólogos a favor y otros en contra de la teoría del nicho ecológico y señala que "ha bajado la incidencia de coronavirus y parece que ha dado lugar a bocavirus, parainfluenza y VRS".
Mientras que la doctora Calvo cree que, si bien este año el VRS ha conseguido adaptarse, este cambio no será permanente, el pediatra Oñoro recuerda que en el norte de España "siempre ha habido casos esporádicos durante el verano".
Con todo, Oñoro recalca que es necesario seguir con las medidas de prevención de contagios de la covid (que sirven para las enfermedades respiratorias) y recuerda que "no hay que relajarse cuando los pequeños dan negativo en SARS-CoV-2 y mantener las precauciones para evitar contagios de bronquiolitis", al tiempo que recuerda que pueden darse casos de "coinfección".