FUENTE: 20 Minutos
Llega el verano y los campamentos de verano son una opción ideal para que los más pequeños puedan estar atendidos al tiempo que disfrutan de sus vacaciones, al aire libre, con juegos y actividades y rodeados de amigos. No obstante, y aunque no es lo común, a veces pueden sufrir algún que otro percance, como una lesión, una enfermedad o una picadura. Este año, además, hay que tener en cuenta el riesgo adicional provocado por la pandemia de coronavirus, que también determinará las precauciones que deberán tomarse con los niños.
Los problemas más comunes
Por ejemplo, en los campamentos pueden darse brotes de enfermedades infecciosas comunes como las que en general pueden surgir en concentraciones grandes de niños que pasan tiempo juntos: enfermedades leves de las vías respiratorias altas (resfriados), diarreas y gastroenteritis, impétigo y micosis (hongos) cutáneas (pie de atleta) o conjuntivitis, tal y como recoge la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria (SEPEAP).
Por otra parte, especialmente si el campamento es en el campo, los niños podrían mostrar reacciones a plantas o insectos (en forma de asma o alergias), sufrir picaduras de diversos animales, e infestaciones de parásitos como piojos o garrapatas.
Finalmente, algunas actividades entrañan ciertos riesgos específicos. Un caso así es el de las piscinas, que aumentan la probabilidad de contraer otitis externas; de igual manera, la exposición al sol puede derivar en quemaduras solares o insolaciones, y durante la práctica de deportes y juegos pueden producirse heridas o lesiones mecánicas.
Cómo prevenirlos
Desde la SEPEAP consideran "imprescindible" que los niños que vayan a un campamento presenten una valoración médica de su salud antes de ir, especialmente en el caso de aquellos con historias clínicas significativas como asma, intervenciones quirúrgicas, antecedentes de convulsiones, diabetes o lesiones ortopédicas.
Además, señalan que es importante que los campamentos "tengan normas y protocolos sanitarios por escrito, que hayan sido aprobados por un médico". Adicionalmente, destacan que los responsables deberían asegurarse de que los niños tengan al día su pauta de vacunación.
Desde casa, por otro lado, también es conveniente tomar algunas medidas, como proporcionarles un calzado cómodo para minimizar los riesgos de esguinces, caídas y otro tipo de lesiones. De forma similar, es importante proporcionar cremas solares y gorros que sirvan como protección contra el sol.
Precauciones específicas para niños con alergias o asma
Los pequeños con alergias y asma requieren tomar algunas precauciones adicionales. Por una parte, resulta vital, como señalan desde la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) que los monitores estén formados sobre alergias y reacciones, así como que el campamento cuente con algún servicio de enfermería.
También deberían conocer la situación específica de cada niño, así como los síntomas que puede presentar y tener disponibles las medicaciones pertinentes (inhaladores, antihistamínicos o autoinyectores de adrenalina). En el caso de alergias alimentarias, también deben conocer bien como evitar el alérgeno concreto.
Por último, la SEICAP recomienda que el protocolo incluya canales de comunicación entre monitores, padres y profesionales sanitarios.
Campamentos en tiempos de pandemia
Este verano, como ya pasó el anterior, estará marcado además por un riesgo adicional: el provocado por la pandemia de coronavirus. Teniendo en cuenta que se va a producir una concentración de niños, resultará muy importante que se tome una serie de medidas para evitar que pueda darse un brote.
Lo cierto es que el grueso de estas medidas dependerá del territorio en el que se realicen y de los organizadores. Sin embargo, con carácter general, se pueden establecer algunas pautas generales.
Será importante el uso y la disponibilidad de mascarillas, especialmente en momentos de proximidad y en espacios cerrados; los monitores deberían procurar que los niños mantengan la distancia de seguridad y se laven las manos a menudo, y los pequeños deberán poder disponer de gel hidroalcohólico.
También, los niños deberían realizarse alguna prueba antes de ir al campamento (lo que podría ser un requisito para algunos organizadores o en algunos territorios, a medida que las Comunidades Autónomas definan sus requerimientos en este sentido) y es importante que el campamento cuente con estancias y un protocolo para aislar a los menores que puedan mostrar síntomas.
Desde casa, una buena forma de maximizar la seguridad de los niños es instruirles en medidas de prevención, y concienciarles en la medida de lo posible, de manera que este año puedan disfrutar de su verano y pasarlo bien de la manera más segura posible.