FUENTE: 20 Minutos
Las arañas están sin duda entre los animales que más rechazo generan a la mayoría de las personas. En parte por su aspecto, que puede resultar algo amenazante, y en parte por su fama (cierta en la gran mayoría de los casos) de poseer veneno, suelen provocar expresiones de repugnancia o el instinto de aplastarlas inmediatamente.
No obstante, hay que decir que en realidad se trata de seres por lo general muy tímidos, que preferirían evitar el contacto con nosotros y que, aunque pueden picarnos, sólo lo suelen hacer cuando se sienten muy amenazadas y siempre intentan huir previamente. Por otra parte, cumplen con un papel ambiental muy importante como depredadoras de otros animales que nos resultan molestos, como moscas y mosquitos.
Además, y aunque en ocasiones haya surgido cierta alarma al respecto por el tratamiento mediático de algunos casos muy concretos, hay que subrayar que en España no existen arañas que representen un peligro serio para la gran mayoría de personas y sólo en situaciones excepcionales su picadura representa una verdadera amenaza para la salud.
Lo que si es cierto es que las mordeduras de araña pueden ser dolorosas y molestas, en muchos casos comparables a las de una abeja o avispa, por lo que puede ser conveniente aplicar algún tratamiento para aliviar el cuadro o incluso buscar atención médica en algunos casos.
Indicaciones generales
En principio, ante la picadura de cualquier araña, hay una serie de pasos generales que es conveniente seguir y cuya función es evitar complicaciones posteriores (particularmente infecciones) y aliviar las molestias:
Si la mordedura se infecta, se debe acudir al médico y éste podría recetar antibióticos. Además, el facultativo puede prescribir también una dosis de refuerzo de la vacuna del tétanos si no se ha recibido una en los años anteriores.
Casos excepcionales
Algunas arañas, en España principalmente Loxosceles rufescens y Latrodectus tredecimguttatus, pueden producir cuadros específicos de gravedad algo mayor (aunque muy raramente peligrosos) para los que puede ser necesario recibir atención médica. Adicionalmente, como sucede con las picaduras de todos los animales venenosos, existe el riesgo de que se produzca una reacción alérgica que sí puede suponer un peligro real para el paciente.
Así, la picadura de L. rufescens (comunmente conocida como araña reclusa) provoca el cuadro llamado loxoscelismo, que en el caso de las parientes americanas de esta especie (como L. laeta) puede revestir verdadera gravedad. Esta manifestación se caracteriza por edema en la zona de la mordedura, dolor localizado y eritema que en algunos casos puede convertirse en una herida necrótica, llegando a dejar una úlcera que puede requerir cirugía reconstructiva.
También, sin que se haya reportado ningún caso en España, las especies americanas en raras ocasiones pueden provocar loxoscelismo sistémico, con una sintomatología consistente en fiebre, náuseas, vómitos, escalofríos, dolor de cabeza, oscurecimiento de la orina y descenso del hematocrito. A nivel interno, se produce hemólisis y coagulación intravascular diseminada. Incluso, los pacientes más gravemente afectados pueden llegar a presentar insuficiencia renal aguda que puede ser letal.
Por otra parte, la mordedura de L. tredecimguttatus provoca el cuadro conocido como latrodectismo que, tal y como ocurre con L. rufescens, es mucho más grave en las parientes americanas (como L. mactans). El latrodectismo puede conllevar dolor local, eritema, dolores en todo el cuerpo, ardor o escozor en la planta de los pies, calambres y espasmos musculares, hiperreflexia osteotendinosa, rigidez ventral, priapismo, retención urinaria, fasciculaciones, parestesias, cefaleas, náuseas, vómitos, sudoración y ansiedad extrema. En los casos más extremos, puede llegar a producirse delirio, insuficiencia renal, convulsiones y fallo cardiopulmonar. Sin embargo, cabe señalar que en España nunca se ha reportado ningún caso grave, y en América la picadura de L. Mactans sólo se considera que reviste riesgo mortal para niños pequeños, ancianos, personas alérgicas o personas con patologías previas.
Buscando atención médica
Ante la posibilidad de haber sido picado por L. rufescens o L. tredecimguttatus, conviene buscar atención médica, como también si comienzan a presentarse síntomas alérgicos.
En esta situación, es importante capturar al animal o, si no es posible, sacarle una foto en la que pueda identificarse. También se recomienda anotar cualquier síntoma que se esté experimentando.