FUENTE: La Razón
Llega el verano, el calor y con ellos la necesidad de consumir productos frescos, más apetecibles en esta época. Entre los productos estrella de esta temporada se encuentran las ‘cucurbitáceas’, una familia de plantas herbáceas y trepadoras, entre cuyos frutos destacan las frutas de verano, como el melón, la sandía; y hortalizas, como el pepino, la calabaza y el calabacín.
¿Te pica la garganta o la boca a veces cuando las consumes en esta época? Puede que se trate de alergia y, en concreto, de una reacción cruzada entre frutas, verduras, y pólenes, según explica la doctora Ana Pérez Montero, jefa del servicio de Alergología del Hospital Universitario Quirónsalud de Madrid.
“Es frecuente que nuestros pacientes alérgicos a pólenes nos refieran que les pica la boca en verano cuando comen melón, y en algunas ocasiones sandía. Esto es debido a que se han sensibilizado a la profilina, una proteína que comparten estas frutas con los pólenes. Esta proteína suele destruirse con el aumento de la temperatura y la digestión gástrica por lo que las reacciones sistémicas suelen ser poco frecuentes. En la mayoría de las ocasiones los síntomas se localizan en la orofaringe”, aclara la experta.
Y es que, según precisa la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), como las profilinas son proteínas poco resistentes a la digestión gástrica y al aumento de temperatura, esto explicaría, según prosigue, que los alérgicos a profilinas no suelan presentar reacciones sistémicas, sino sólo localizadas en el área de la orofaringe.
“Son consideradas como verdaderos panalérgenos, y la causa de la reactividad cruzada entre frutas, verduras y pólenes”, afirma la entidad científica española, a la vez que recuerda que la alergia a frutas es la causa más frecuente de alergia a los alimentos en los niños mayores de 5 años y en los adultos.
¿Qué síntomas son los más frecuentes?
Así, la alergóloga de Quirónsalud Madrid resalta que el melón es la fruta que con más frecuencia se asocia al síndrome de alergia oral (SAO), cuya forma clínica de presentación más característica corresponde a manifestaciones locales consistentes en picor oral, orofaríngeo, u ótico.
“La clínica consiste habitualmente en picor localizado en la boca, labios y garganta. En ocasiones el picor es bastante intenso, por lo que suelen rechazar la ingesta de estas frutas. La ingesta de melón puede llegar a producir edema en labios, lengua, urticaria o molestias digestivas”, subraya la doctora Ana Pérez Montero.
A su vez, indica que la ‘cucumisina’, una proteína presente en el jugo del melón, es la causante de la alergia a esta fruta: “Cuanto más madura está la fruta, más síntomas produce. Es por eso por lo que pueden tolerar mejor estas frutas si están más verdes”.
En concreto, la SEAIC resalta que la alergia no es más que una respuesta inmunitaria exagerada del organismo frente a cualquier sustancia capaz de desencadenar una reacción: “El hecho de que ocurra una reacción alérgica más o menos intensa no depende siempre de la cantidad del alimento ingerido, pero sí del contenido proteico o de la presencia de carbohidratos u otras moléculas, provengan de una fuente natural o no”.
Es decir, explica que en el caso de tener alergia a algún vegetal, el sistema inmune se defiende reaccionando exageradamente contra él. “Este fenómeno se asocia a la presencia del anticuerpo IgE, que se encuentra en las personas con alergia. Este anticuerpo puede producirse aun cuando el vegetal se haya comido varias veces en el pasado sin ningún problema”, advierte la entidad científica española.
Es más, la SEAIC insiste en que la reacción alérgica puede ocurrir a pesar de que la persona alérgica ingiera una cantidad mínima del alimento, lo haya tolerado previamente, sea de origen natural o haya sufrido manipulación.
Diagnóstico y tratamiento
En última instancia, la jefa del servicio de Alergología del Hospital Universitario Quirónsalud de Madrid subraya que para diagnosticar alergia a estos alimentos los especialistas deben basarse en:
La doctora Pérez Montero resalta además que si la clínica presentada por el paciente es importante, con prurito intenso, molestias digestivas, edema de labios, o sensación de ocupación en la faringe se deben retirar estos alimentos de la dieta y, cuanto antes, consultarlo con un especialista en Alergología.
Aquí recuerda que los centros sanitarios son hoy en día instalaciones seguras frente al contagio de la COVID-19, fundamentalmente porque han diseñado espacios de atención y circuitos libres del virus, por lo que los pacientes ante el menor síntoma de sospecha en estos casos no deben tener miedo de acudir a una consulta, pese a la pandemia.