Resolvemos las dudas sobre un problema que afecta al 16% de los niños menores de 5 años

Los niños pueden tener terrores nocturnos, pesadillas e incluso llegar a mojar la cama, situaciones todas ellas que entran dentro de lo posible. No obstante, a los padres les surgen dudas sobre hasta cuándo es normal mojar la cama o qué pueden hacer para ayudar a los hijos. Por ello, a lo largo de este post relataremos todos los aspectos relacionados con la enuresis nocturna para ayudar a despejar cualquier interrogante sobre este tema.

¿Qué es?

La enuresis nocturna o la acción de “mojar la cama” es la pérdida involuntaria de orina durante el sueño que ocurre después de la edad en la que casi todos los niños han aprendido a controlar la vejiga. Generalmente tiene lugar por la noche y no debe confundirse con el término incontinencia urinaria, en referencia a los “escapes” diurnos o diurnos y nocturnos asociados con micciones anormales que pueden tener implicaciones orgánicas.

Es motivo de consulta al ser un trastorno que, aunque no pone en peligro la salud del niño, puede llegar a resultar un problema importante en su calidad de vida. Además, puede provocar ansiedad crónica, problemas de autoestima y retraso en la esfera social.

Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Asociación Americana de Psiquiatría y la Sociedad Internacional de Continencia de los Niños, tres sociedades científicas relevantes, presentan criterios diagnósticos diferentes para la enuresis nocturna en dos puntos: la edad y la frecuencia de los escapes nocturnos.

  • OMS: a partir de los 5 años, una vez al mes durante 3 meses de forma involuntaria en la cama. Las situaciones excluyentes son enfermedades del aparato urinario, anatómicas o neurológicas.
  • Asociación Americana de Psiquiatría: a partir de 5 años, al menos dos veces por semana, con una duración total de 3 meses. Puede ocurrir in/voluntariamente en la cama siempre que el niño no tenga diabetes mellitus, epilepsia, enfermedades nefrourológicas/neurológicas o esté en tratamiento con medicamentos diuréticos.
  • Sociedad Internacional de Continencia de los Niños: a partir de los 5 años, una vez por semana, con un periodo de duración de 6 meses que se produce durante el sueño de forma involuntaria, siempre que no presente enfermedades del aparato urinario, anatómicas o neurológicas.

Clasificación

La enuresis nocturna se puede clasificar según el momento de aparición y las afecciones a las que se asocia.

Por un lado, en la enuresis nocturna primaria no se ha producido un periodo previo prolongado en el que el niño se levante “seco”, mientras que la secundaria aparece tras 6 meses de continencia urinaria consecutivas.

Por otro lado, la enuresis nocturna monosintomática o no complicada, indica que no existe una sintomatología diurna que sugiera la existencia de enfermedades. Por el contrario, la no monosintomática o complicada el niño puede tener síntomas urinarios diurnos, es decir, urgencia miccional, cambios en la frecuencia de las micciones, pérdidas, bajo flujo urinario y dolor.

Evolución en el control de las micciones

Inicialmente, los niños pequeños no tienen control de los esfínteres urinarios ni de la vejiga, lo que da lugar a micciones involuntarias con un vaciado incompleto. En la mayoría de los casos, los niños comienzan a controlarlo entre los 3 y 4 años. Y en aquellos aún más pequeños que hay suerte y sí que son capaces de controlar la micción durante el día -en niñas se produce más precozmente respecto a los niños- significa que empieza a desarrollarse el control. En consecuencia, se les puede retirar el pañal y dejarlo solamente durante la noche.

¿Cuándo consultar al pediatra?

La enuresis nocturna afecta alrededor del 16% de los niños de 5 años, a los mayores de 6 años un 10% mientras que a los de 10 años un 7,5%. A pesar de estos valores, se cree que está infradiagnosticada por la falta de consultas por parte de los progenitores. Además, se produce una resolución espontánea del 15%, sin embargo, el problema persiste en adolescentes de 15 años en adelante que afecta entre el 1% y el 3%. Debido a que puede ocurrir a cualquier edad, surge la duda de cuándo se debe consultar a un profesional sanitario.

La preocupación suele surgir pasados los 5 años, pero es urgente cuando el niño es mayor de 9 años y moja la cama casi todas las noches ya que es posible que el niño precise de medicación para poder curarse. Además de la edad, otros motivos de visita pueden ser:

  • La enuresis nocturna aparece tras 6 meses seguidos de no orinarse.
  • Cambios en el número o frecuencia con la que va al servicio.
  • Estreñimiento o encopresis (defeca en la ropa puesta).
  • El aspecto de la orina cambia (turbia, maloliente o con sangre) y también experimenta dolor, escozor o dificultad para orinar.
  • Tiene pequeñas pérdidas de orina diurnas a excepción de situaciones de mucha concentración.
  • Aparece simultáneamente a cambios de personalidad o estados de ánimo.

Una vez en el pediatra, este preguntará acerca del problema y la salud del niño, además de solicitar un diario miccional, es decir, llevar un registro diario de la cantidad y frecuencia con la que orina a lo largo de varios días. Posiblemente también realice una exploración del abdomen, genitales y espalda, común en enuresis primaria, sin embargo, cuando haya sospecha de una enfermedad solicitará pruebas más específicas como un análisis, radiografías, ecografías, etc.

¿Cómo puedo ayudarle?

Si bien es cierto que en ocasiones el problema se resuelve solo, no debemos esperar demasiado antes de consultar al pediatra ya que, como hemos mencionado con anterioridad, generalmente a partir de los 9 años precisará de un tratamiento para poder superarlo.

Uno de los pilares fundamentales para que supere la enuresis es el apoyo emocional por parte de la familia. Por ello, recomendamos los siguientes #consejosMICOF para ayudar al niño:

  • Transmítele seguridad.
  • Evita que se sienta culpable.
  • Nunca burlarse cuando ocurra.
  • Asegurarse de que orina y no ingiere líquidos antes de acostarse.
  • Cuando se empiece a controlar, cambia los pañales por protectores o absorbentes.
  • Hacer que el niño participe en el cambio de la ropa de cama.
  • Motiva al niño y muestra satisfacción con cada pequeño progreso.

Además del apoyo emocional existen dos tratamientos eficaces. El primero se trata de la alarma de enuresis. Este es un dispositivo que consiste en emitir una alarma (sonido, luz o vibración) tras la aparición de gotas de orina en la ropa. Aunque precisa de concentración, motivación y colaboración por parte de todos los miembros de la familia, es con el que mejores resultados se obtiene.

El segundo es la desmopresina, un medicamento que disminuye la producción de orina durante la noche. Entre sus indicaciones está no beber líquidos entre 1 hora antes y 8 horas después de su administración ya que esto puede provocar intoxicaciones. Por supuesto, como con cualquier medicamento, es precisa la supervisión de un adulto para evitar las sobredosis accidentales. Eso sí, en cuanto aparezcan síntomas como aumento brusco de peso, edema, náuseas, vómitos, cefalea o convulsiones es imprescindible consultar de nuevo al pediatra.

La enuresis suele resolverse tras varios meses después del tratamiento, aunque es posible que haya recaídas una vez finalice el mismo, pero siempre pueden combinarse tratamientos o realizar nuevos ciclos.

En definitiva, la enuresis aparece con frecuencia en niños pequeños y suele resolverse espontáneamente. Sin embargo, si persiste a medida que el niño va creciendo, se recomienda consultar al pediatra para que resolverlo lo antes posible.

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