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Una sola bebida alcohólica puede incrementar rápidamente el riesgo de fibrilación auricular, la arritmia cardíaca más común observada clínicamente, según una investigación reciente de la Universidad de California en San Francisco. Así, este estudio proporciona la primera evidencia de que la ingesta de alcohol, aunque sea una copa de vino, puede aumentar la posibilidad de que la afección del ritmo cardíaco ocurra en pocas horas.
Este descubrimiento podría ir "en contra de la percepción predominante de que el alcohol puede ser cardioprotector", señalan los autores en un comunicado. Por tanto, el estudio sugiere que eliminar el consumo de alcohol o reducirlo podría contribuir a mitigar los efectos dañinos.
¿Qué factores determinan cuándo aparece este episodio?
"Contrariamente a la creencia común de que la fibrilación auricular está asociada con el consumo excesivo de alcohol, parece que incluso una sola bebida alcohólica puede ser suficiente para aumentar el riesgo", indica Gregory Marcus, MD, MAS, profesor de medicina en la División de Cardiología de la UCSF.
Hasta el momento, la investigación de esta afección del ritmo cardíaco se había centrado únicamente en los factores de riesgo de su aparición, y "no en los factores que determinan cuándo y dónde puede ocurrir un episodio".
Para llevar a cabo la investigación, que ha sido publicada en la revista 'Annals of Internal Medicine', el equipo evaluó el seguimiento de 100 pacientes con fibrilación auricular que consumían, al menos, una bebida de alcohol cada mes. Sin embargo, se excluyo a personas con antecedentes de trastornos por consumo de alcohol u otras sustancias, así como a aquellas que padecían alergias o que habían cambiado de tratamiento para su patología.
A más alcohol, más riesgo de desarrollar esta afección cardíaca
Cada paciente utilizó un monitor de electrocardiograma durante cuatro semanas y debían presionar un botón cada vez que ingerían una bebida alcohólica. "Los investigadores encontraron que un episodio de fibrilación auricular se asoció con probabilidades dos veces más altas con una bebida alcohólica y probabilidades tres veces más altas con dos o más bebidas en las cuatro horas anteriores". Asimismo, estos episodios también se relacionaron con un incremento de la concentración de alcohol en sangre.
"Los efectos parecen ser bastante lineales: cuanto más alcohol se consume, mayor es el riesgo de un evento de FA agudo", señala el autor del estudio. "Estas observaciones reflejan lo que han informado los pacientes durante décadas, pero esta es la primera evidencia objetiva y medible de que una exposición modificable puede influir de forma aguda en la probabilidad de que ocurra un episodio".
En todo caso, los autores también han destacado las limitaciones que tiene la investigación, y además se limitó a pacientes con fibrilación auricular, no a la población general, concluyen.