Fuente: La Razón
Comenzó forzada por las circunstancias pero el paso del tiempo está demostrando que puede ser, probablemente, otro de los hitos científicos de la pandemia. Hablamos de la vacunación mixta –o heteróloga, como se la denomina formalmente– es decir, la que emplea vacunas de diferentes laboratorios y tecnologías en vez de poner dos dosis de una misma.
Aunque en un principio tuvo una acogida digamos fría, la evidencia recabada en los últimos meses no solo avalan su seguridad, sino que se está demostrando que la protección que confiere frente al coronavirus es mayor que la estrategia estándar de dos dosis de una misma vacuna.
«Es de las cosas que nos hemos visto obligados a hacer por la coyuntura y que han salido bien», reconoce Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI). Y es que su puesta en marcha se vio forzada por el problema con los efectos secundarios de la vacuna de AstraZeneca (AZ) y de disponibilidad de los sueros. Pero el resultado no pudo ser mejor, literalmente.
Varios estudios han refrendado no solo su seguridad (como también se observó en el ensayo CombiVacs español), sino también las ventajas añadidas de esta pauta, como una respuesta inmunitaria significativamente mayor que los que reciben las dos de AZ e incluso que las dos dosis de Pfizer, Moderna además de una mayor protección frente a la variante Delta.
Efecto sinérgico
¿Por qué sucede esto? «El sistema inmunitario, al activarse con vacunas diferentes, pone en marcha distintos mecanismos de respuesta, por lo que hay un efecto sinérgico entre ellas, que es superior a cada una por separado. Es importante el orden de las vacunas que se pongan. El mecanismo que emplea un vector viral y un ARN mensajero, aunque ambos lleven la proteína viral del SARS-CoV-2, activa de forma diferente cada uno de ellos la respuesta inmunitaria», explica la catedrática de Inmunología del Cinbio, de la Universidad de Vigo, África González.
Vistos los buenos resultados ahora surgen varias preguntas: la primera si se convertirá en el nuevo estándar; la segunda, si, en los casos de una tercera dosis de refuerzo, se buscará el que sea de una vacuna distinta a las anteriores. Y es que, aunque los expertos siguen insistiendo en lo innecesario de un tercer pinchazo para la población general, ya se ha aprobado esta opción en determinados colectivos vulnerables. Sin embargo, tal y como se alerta en un estudio del CSIC, suministrar una tercera dosis de la misma vacuna podría provocar una hiperespecialización de las defensas frente a un antígeno concreto y este hecho restaría capacidad de adaptación ante nuevas variantes.
Combinar las vacunas produce un efecto sinérgico que es superior a cada una por separado:
«En pacientes inmunodeprimidos donde la vacunación con dos dosis no fue suficientemente eficaz (por estar en tratamiento inmunosupresor, trasplantados, personas con determinados tipos de cáncer, inmunodeficientes graves…) la tercera administración puede en realidad ser un refuerzo muy positivo, y también para personas con inmunosenescencia. Pero es cierto que para el resto de personas, una tercera dosis podría incrementar mucho la respuesta solamente a una parte de la proteína S e impedir que nuestro sistema inmunitario pueda ver otras partes del virus si, posteriormente, una persona se infecta. Hay un estudio reciente en “Lancet” que indica que no está por ahora justificado, en base a los datos que existen, el administrarla de forma indiscriminada a la población general», confirma González.
Es por ello que, únicamente en los casos señalados, optar por la vacunación mixta no solo potenciaría las defensas, sino que se presenta como una de las opciones más factibles para evitar este problema. «Para esta tercera dosis nos podemos plantear, ya que la mayoría de la gente ha recibido una vacuna de ARNm (Pfizer, Moderna), sumar una de adenovirus (AstraZeneca, Janssen), incluso una de proteínas como la de Novavax (pendiente de aprobación en Europa), podría ser hasta más potente. Me consta que hay estudios en marcha. Es importante y relevante estudiar otra construcción de vacuna que induzca una respuesta más potente –añade López Hoyos–. Así se logra una respuesta inmune frente a más componentes que solo a la proteína S que generan las de ARNm».
La combinación más potente
En el caso de Europa, en la mayoría de ensayos la vacunación mixta se está probando con AZ más una de ARNm. Así lo hizo el español CombiVacs del que hablamos al principio, que sumó Pfizer a AZ; lo que miró más profundamente un trabajo británico, que combinó con todas las opciones posibles (AZ+ARNm; PF+AZ, 2 de las mismas) «y se vio que usar la de AZ primero y Pfizer después era la combinación más potente», explica el presidente de la SEI.
Pero también se están estudiando combinaciones con vacunas de otros laboratorios que no están protegiendo bien frente a las nuevas cepas, fundamentalmente las chinas. En algunos países, de hecho, las están administrando ya. En sudamérica y en los países árabes, por ejemplo, se han usado mucho la chinas, especialmente Sinovac, que es de virus atenuado, que no han conseguido la protección de las que se han empleado en Europa, y por eso allí, para hacer frente a la variante Delta, se está dando una dosis de refuerzo con una de ARNm y potenciar la respuesta inmunitaria.
Y es que, como señala González, el orden y tipo de vacunas a emplear es crucial. También se está estudiando la combinación CanSinoBIO y Sinovac. Un reciente ensayo desarrollado por investigadores chinos sugiere que administrar una dosis de refuerzo de la vacuna contra la Covid-19 CanSino después de inocular una o dos de la de Sinovac genera una respuesta de anticuerpos mucho más fuerte que si el suero empleado para el refuerzo es Sinovac.
¿Y en niños?
Hasta ahora nos hemos referido en todo momento a aplicar esta estrategia en los casos en los que sea necesaria una dosis de refuerzo, dado que el 75% de la población española (la mayoría de los adultos) ya ha recibido las dos dosis. Pero ¿podría ponerse en práctica en el caso de niños y adolescentes, que son los que faltan y evitar de esta forma una hipotética tercera inyección? «Con los niños no hay aún aprobada una vacuna y la FDA acaba de tirar el estudio de Pfizer porque tiene que probarse en más niños. Y es que hay que tener mucho cuidado con su sistema inmune porque es muy diferente del nuestro y va cambiando con la edad. Además, los padres son reticentes a que se ensaye con sus hijos», apunta Matilde Cañelles, inmunóloga e investigadora del CSIC. López Hoyos por su parte descarta también esta opción entre los adolescentes dado que «no tenemos posibilidad de aplicar las de adenovirus en ellos por los efectos secundarios (el riesgo de trombosis trombocitopénicas) observados en los jóvenes».
Lo que está claro es que la vacunación mixta ha sido todo un descubrimiento de la pandemia. «No estábamos muy avanzados en ese tema y ahora se nos ha abierto un mundo de posibilidades para encontrar la estrategia mejor. Estamos avanzando a pasos agigantados. La vacunación heteróloga es sin duda un paso importante en la Biotecnología», concluye Cañelles.