Fuente: 20 Minutos
La gastroenteritis agua (GEA) es una de las afecciones más frecuentes en los niños, sobre todo los más pequeños. En la mayoría de las ocasiones están causadas por virus (generalmente rotavirus o enterovirus), bacterias o parásitos. Lo normal es que en pocos días el niño se recupere sin tratamiento específico, pero para aminorar los síntomas, que mejore antes y evitar complicaciones, hay que asegurarse que el bebé está bien hidratado y darle de comer adecuadamente.
¿Qué síntomas provoca?
Las gastroenteritis en una inflamación de la mucosa del estómago (gastro) y del intestino (enteritis). El síntoma más habitual es la diarrea, varias deposiciones al día y líquida, pero también en habitual que presenten síntomas como dolor de estómago y tripa, vómitos y fiebre. Dado que en los niños de un año todavía como que hagan varias deposiciones al día -hasta cuatro-, para considerarlo GEA tendrán que ser superior en número y ser líquidas, o tendremos que haber observado que el hábito intestinal del niño ha cambiado de repente. En algunos casos, las deposiciones pueden tener sangre o moco. Otro síntoma habitual es la pérdida de apetito.
¿Qué le doy de comer?
Una de las preguntas más comunes entre los padres cuando sus hijos pequeños tienen gastroenteritis es qué darles de comer. Hasta pocos años, se recomendaba lo que conoce como ‘dieta blanca’, que consistía básicamente en arroz blanco, pollo a la plancha o jamón de york… Hoy, esta recomendación esta muy obsoleta y los pediatras coinciden en que, para que el niño se recupere pronto, lo mejor es -con algunas excepciones- que retome su dieta habitual cuanto antes y en función de su apetito.
Además, lo más importante será siempre mantenerlo hidratado para evitar las temidas y peligrosas deshidrataciones. Para ello, deberemos ofrecerles suero de rehidratación oral a menudo y en pequeñas cantidades.
Lo normal es un bebé de un año es que todavía tome mucha leche, incluso más que alimentos sólidos. Si, además, toma leche materna, mejor. Si tiene fiebre y se encuentra mal, es normal que pida teta más a menudo. No solo no debemos negársela, sino que deberemos incluso ofrecerle más a menudo. La leche de fórmula tampoco está contraindicada. Solo en algunos casos poco habituales en los que la diarrea dure mucho, puede darse el caso de que el niño haya perdido parte de la lactasa -enzima que ayuda a digerir la lactosa-. Si esto ocurre, y bajo supervisión médica, sí sería recomendable que dejara de tomar leche de vaca unos días, como nos explican Dos pediatras en casa en su blog y la Asociación Española de Pediatría en su web En Famila.
Si el niño tiene apetito, podemos ir ofreciéndole comida en pequeñas cantidades para comprobar que la tolera, pero sin grandes restricciones. Podemos ofrecerle alimentos astringentes, como arroz, zanahoria… pero sobre todo cosas que le apetezcan, incluso patatas, pasta o fruta… ya sea enteros, o en puré, como se lo ofrezcamos habitualmente. Las únicas excepciones son alimentos muy grasos, ácidos o muy ricos en azúcar, aunque estos últimos conviene evitarlos siempre. Podemos acompañar la dieta con algún antitérmico si tiene fiebre o malestar.
¿Qué debemos evitar darle de comer o beber?
Como comentábamos, lo más importante es que no se deshidrate, pero no por ello debemos darle cualquier líquido. Aún es habitual escuchar a gente que ofrece bebida isotónica o incluso agua con limón casera. Estos líquidos, no solo no ayudan, sino que incluso pueden agravar los síntomas, y más en niños pequeños. Por eso hay que evitarlos siempre. Así, lo ideal es que, de beber, no demos más que sueros de la farmacia adaptados a su edad, y leche. Si es materna, mejor.
En cuanto la comida, hay que darle la que tolere en función de su apetito y edad y evitar alimentos muy grasos, que irriten la mucosa -como los ácidos- o los que tiendan a tener un efecto laxante, como las ciruelas o los kiwis. Tampoco hay que forzarles nunca a comer, debemos adaptarnos a su apetito.
Cuándo consultar al médico
Las GAE causadas por virus, que son la mayoría, se resuelven sin problemas en algunos días, pero debemos estar atentos a los signos de deshidratación y a otros signos que podrían hacer sospechar que la gastroenteritis tiene otra causa. En estos casos deberemos consultar al pediatra lo antes posible: