Fuente: La Razón
La pandemia provocada por la Covid 19 ha sacado a relucir la gran necesidad de contar con una sociedad saludable. Aunque en los últimos años el ámbito de la salud ha adquirido especial fuerza entre la población en el lado contrario ha habido un hecho negativo que también ha incrementado de forma exponencial, la obesidad.
Las tasas de sobrepeso tanto en España como en el resto del mundo han aumentado significativamente tras varios cambios en la forma de vivir. Uno de ellos ha sido el paso a una vida mucho más sedentaria. Aunque una gran parte de la población realice ejercicio o este apuntada a un gimnasio, por ejemplo, las conductas han derivado en movernos cada vez menos.
Trabajos menos físicos o la aparición de aficiones que reclaman menos esfuerzo han sido dos de los factores que han contribuido a este aumento. La alimentación es otro de los causantes de estas tasas disparadas de sobrepeso y obesidad. Aunque nadie duda de la relación entre salud y alimentación, esta última también ha cambiado considerablemente en las últimas décadas.
La aparición de los ultraprocesados es un claro ejemplo. Aunque en la actualidad se tengan más recursos que nunca en la historia de la humanidad, esto también conllevo la creación de nuevos alimentos que no siempre cuentan con grandes beneficios. Sin caer en la demonización de este tipo de comida, esta prácticamente no aporta valores nutrionales inetresantes y, además, suelen ser bastante calóricas.
Estos, en muchas ocasiones cuentan con grandes cantidades de grasas y azucares, siendo este último uno de los alimentos más perseguidos en las últimas décadas. A principio de siglo, muchas compañías empezaron a vender productos “sin azúcar” pero que al mismo tiempo deben contar con edulcorantes para endulzar y lograr sabores similares.
Azúcar o edulcorante
Bajo esta premisa, ese tipo de alimentos contaban, además, con el reclamo de contener menos o ninguna caloría. Así, se han popularizado para intentar ser más saludables y conseguir no engordar. Esto ha sido un tema de discusión muy popular tanto en la sociedad como dentro del mundo de los especialistas.
Los nutricionistas no cuentan aun hoy en día con un consenso claro acerca de si el azúcar es el gran culpable de lo que la OMS llama “pandemia de obesidad”. Por este motivo, en los últimos años han aparecido estudios que tratan de resolver la duda de si los edulcorantes pueden solucionar este problema de salud.
Cuando hablamos de obesidad hacemos referencia a una enfermedad y es por este motivo que los edulcorantes han sido estudiados para poder tratarla. Esta, se trata de una acumulación excesiva de grasa corporal en un sujeto que deriva en distintos problemas secundarios.
Así, durante las primeras investigaciones realizadas, muchos eran los nutricionistas que desaconsejaban el uso de edulcorantes. Aunque no contasen con calorías, los estudios preclínicos, sobretodo en animales, mostraban ciertos inconvenientes en el uso de estos.
Ante esta situación, el nutricionista Ismael Galancho, hace especial énfasis en una publicación de la red social Instagram de que se deben experimentar también con humanos. Así, las investigaciones realizadas en sujetos humanos si demuestran algunos beneficios de los edulcorantes ante las personas con sobrepeso u obesidad.
Un estudio de 2014 (Miller) demostró que en ensayos controlados y aleatorizados, los sujetos que endulzaban con edulcorantes no calóricos si demostraban una perdida de masa grasa y de la circunferencia de la cintura. Otro, además, en 2018 (Higgins) concluyó que el consumo de azúcar si aumentaba el peso mientras que la stevia o aspartamo no. Incluso, el consumo de sucralosa se asoció a una ligera perdida de grasa.
Además, otros ensayos han investigado sobre los efectos de los edulcorantes sobre el organismo y no han conseguido evidenciar negatividades ni en la glucemia o la insulina. Galancho, que además acaba de publicar un ebook sobre estas sustancias “La era de los edulcorantes, ¿son dañinos?” añade la seguridad de estos aunque insistiendo en la necesidad de seguir investigando otras partes como la microbiota.