Fuente: La Razón
Aunque una correcta alimentación es crucial durante el embarazo, una de cada cuatro españolas (26,7%) no adapta sus hábitos alimenticios durante la gestación o incluso los empeora, según el VIII Estudio CinfaSalud «Percepción y hábitos de las mujeres españolas durante el embarazo», avalado por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).
Para el doctor Julio Maset, médico de Cinfa, esta cifra revela que la sociedad todavía no ha interiorizado la importancia de una correcta nutrición en esta etapa: «Solo una alimentación variada y equilibrada, libre de alimentos considerados de riesgo y sin consumo de tóxicos como el alcohol o el tabaco, aportará al bebé los nutrientes necesarios para su correcto desarrollo y aumentará la vitalidad de la madre y mitigará los trastornos y molestias típicos como el estreñimiento, la acidez o la tensión alta», recalca el experto.
Salvo algunas excepciones motivadas por la seguridad alimentaria o posibles problemas de obesidad, no existe una dieta específica para el embarazo, sino que la futura madre debe comer de forma variada con moderación, siguiendo la dieta mediterránea y la pirámide alimentaria.
No comer por dos
A pesar de las creencias populares, durante el embarazo no se debe comer por dos ni más cantidad, pero sí con mayor frecuencia –seis veces al día– y procurando masticar despacio. La mujer gestante debe evitar los periodos largos de ayuno, ya que los aportes regulares de glucosa facilitan su aprovechamiento óptimo y la protección de las reservas de energía y proteínas de la madre. Por esta razón, se recomienda a las embarazadas hacer tres comidas principales, dos o tres pequeñas tomas a lo largo del día, cenas moderadas y no acostarse inmediatamente después de las comidas. «Tan importante es lo que come la mujer embarazada, como el cómo y el cuándo lo hace, aunque ella misma es quien ha de saber reconocer sus necesidades y regularse a sí misma», asegura el experto.
El VIII Estudio CinfaSalud indica que solo tres de cada diez (30,8%) embarazadas cuida su hidratación, otro aspecto clave durante esta etapa pues, como apunta Maset, «ayuda a combatir el estreñimiento, a controlar las náuseas y los vómitos, a evitar la sequedad de la piel, así como a prevenir las infecciones urinarias».
Si bien existe bastante concienciación sobre la necesidad de evitar tóxicos como el alcohol y el tabaco, sigue habiendo un importante desconocimiento de los alimentos que pueden suponer un riesgo para las embarazadas. Concretamente, el VIII Estudio CinfaSalud desvela que solo seis de cada diez (58,3%) mujeres evitan aquellos considerados como conflictivos o de riesgo.
«Durante el embarazo ha de tenerse un especial cuidado con alimentos que podrían ser fuente de transmisión de microorganismos y provocar infecciones como la toxoplasmosis, la listeria o la salmonelosis, que pueden revestir una especial gravedad durante la gestación», recuerda Maset. Entre los productos a tener en cuenta se encuentran las carnes o pescados y mariscos crudos, marinados, ahumados o poco hechos, los lácteos no pasteurizados, patés y embutidos y los huevos poco cuajados. Además, cobra gran importancia la forma de limpiar y preparar determinados platos, como ensaladas y frutas.
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