Fuente: EFE Salud
El objetivo es que la nueva ley sea “más eficaz y más eficiente para prevenir que los jóvenes se inicien en el consumo de tabaco, facilitar que los fumadores dejen de fumar y, sobre todo, proteger la salud de los no fumadores frente al aire contaminado del consumo de tabaco”, asegura el doctor Carlos A. Jiménez Ruiz, presidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
Cada vez que se ha reformado la legislación antitabáquica ha habido un descenso de la prevalencia de tabaquismo, que llegó a situarse en el 31 por ciento de la población con la ley de 2010 y siguió disminuyendo, hasta que en 2017 experimentó un repunte, hasta el 34 % de fumadores, según los datos existentes.
SEPAR defiende que la nueva reforma legislativa contra el tabaco que prepara el Gobierno incluya cinco medidas irrenunciables para ser efectiva.
Cinco medidas “irrenunciables” para la nueva ley antitabaco
Este aumento de precios debe abarcar a todas las formas de consumo de tabaco: cigarrillos, puros, tabaco de liar, pipas de agua, cigarrillos electrónicos y tabaco calentado.
Se pretende instaurar la prohibición de fumar en terrazas, estadios deportivos, playas, parques, plazas de toros, etc. Además, la ley debe contemplar la estricta vigilancia del cumplimiento de esa prohibición y debe definir un sistema punitivo a aquellos que la incumplan.
La implantación de esta medida supone la desaparición de los logos e imagen de las compañías tabaqueras y se ha traducido en menos ventas y una menor tasas de tabaquismo en los países que la han implantado, como Australia y Nueva Zelanda, con tasas de tabaquismo muy bajas.
Los cigarrillos electrónicos y de los dispositivos que calientan pero no queman tabaco deben tener la misma regularización que tienen los cigarrillos.
En este sentido es fundamental que se potencie la creación y desarrollo de unidades de tabaquismo en todo el sistema sanitario público y que se financien todos los tratamientos que han demostrado ser seguros y eficaces para ayudar a dejar de fumar.
Todos los fumadores que hagan un serio intento por dejar de fumar, y que lo realicen en el contexto de un programa de asistencia sanitaria, deben tener acceso financiado a este tipo de tratamientos sin ningún tipo de restricciones.