Fuente: 20 Minutos
Los trastornos de la conducta alimentaria, conocidos como TCA, especialmente la anorexia nerviosa y la bulimia, llevan con nosotros varias décadas, desde que un canon de belleza basado en una delgadez muchas veces extrema se convirtió en un modelo a seguir para los más jóvenes. Este tipo de trastornos, sobre todo a raíz de la pandemia, no han dejado de crecer y tienen una gran prevalencia en este grupo de edad. De hecho, según datos de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), afectan a entre el 4,1% y el 6,4% en las jóvenes de 12 a 21 años, es la primera causa de mortalidad por enfermedad mental en la adolescencia y la tercera enfermedad crónica en este grupo de edad. El uso que hacen los adolescentes de las redes sociales tiene mucho que ver con el aumento de estos trastornos.
Mismo trastorno, distintos medios
Aunque con algunos trastornos nuevos -como la vigorexia o la ortorexia- estos trastornos no han cambiado en las últimas décadas, pero sí lo han hecho los modelos en los que fijan los jóvenes hasta llegar a estos trastornos. Como nos cuenta, Pilar Conde, Directora técnica de Clínicas Origen, “ha habido ligeras modificaciones en los criterios diagnóstico, pero lo más significativo, los síntomas principales de lo que son los principales trastornos, que son la anorexia y la bulimia, se mantienen. La diferencia es que antes los modelos de influencia venían de la televisión, revistas, cine, de top models y famosos y ahora viene por más canales -redes sociales- y hay más personajes que pueden impactar”.
Se podría decir que, aunque el trastorno es el mismo, las personas vulnerables a padecer estos trastornos, están más expuestos a los riesgos. Y las personas más vulnerables son los adolescentes -de edades entre los 12 y los 21 años- y las mujeres, pues son chicas en el 90% de los casos, “el impacto de las personas jóvenes por parte de las redes sociales es muy elevado, pues son los que más las utilizan, y las personas más vulnerables a padecer estos trastornos reciben impactos constantemente, sobre todo si se siguen cuentas en las que se potencia este tipo de delgadez extrema”, afirma Pilar Conde.
Además, la adolescencia, sobre todo si se trata de personas predispuestas -inseguras, con tendencia a la ansiedad...-, es una etapa de la vida en la que se busca la aceptación y admiración por parte de sus iguales. Esta aceptación puede pasar por cumplir unos determinados cánones de belleza y por buscar los ansiados ‘likes’ en los contenidos que comparten.
Por otro lado, las redes sociales sirven de caldo de cultivo para crear comunidades en las que se fomentan tendencias peligrosas e incluso se comparten consejos para lograr la tan ansiedad delgadez. Y este se produce a menudo bajo hashtags y abreviaturas que pasan desapercibidas para sortear las denuncias. Esto convierte a las redes sociales, no en culpables por sí mismas del aumento de estos trastornos, pero sí en un importante factor de precipitación.
Cuentas que fomentan, sin saberlo, los TCA
El universo de los ‘influencers’ es inmenso, y a veces es difícil discernir entre las cuentas que fomentan un estilo de vida sano de las que ayudan a fomentar TCA. Así, muchas veces, aunque la intención de un influencer del fitness no sea, ni mucho menos, fomentar conductas peligrosas entre los jóvenes, terminan atrayendo a jóvenes en riesgo de padecer TCA.
En este sentido, Pilar Conde aconseja que se eviten todo tipo de cuentas que “proyecten una idealización de la delgadez y en las que incluso se falsee con filtros, retoques… Además de que se idealiza un modelo de belleza poco saludable, se generan modelos que además no son reales y que pueden generar expectativas falsas y frustración respecto a lo que se puede llegar a alcanzar en la belleza”.
Cómo huimos de las malas ‘influencias’
En este sentido, el control parental es importante, tanto de las cuentas que siguen sus hijos sobre cómo se comportan con respecto a la comida, pero, a grandes rasgos, para evitar que las redes sociales inciten a conductas alimenticias inadecuadas, Pilar Conde aconseja:
Sin embargo, no todo es negativo, pues, por suerte, “cada vez son más las famosas que publican fotos sin filtros para ser referencia de cuerpos reales y no de una utopía. Las redes sociales también están dando lugar a otros modelos de belleza, no solo asociados a la delgadez. Además, cada vez existen más cuentas que son una influencia positiva y que promueven un estilo de vida sano, algo que antes no existía”, aclara Conde.