Fuente: La Razón
En la lucha contra el cáncer la detección precoz resulta esencial. Sin embargo, y pese a que la evidencia científica ha demostrado que a través de los programas de cribado se pueden aumentar los índices de supervivencia del tumor de mama, del colorrectal y de cérvix, la realidad es que un importante porcentaje de la población no ha tenido acceso.
Así, en el caso de la prueba de sangre oculta en heces, la principal herramienta para la detección del cáncer de colon, el porcentaje de la población de entre 50 y 69 años que se ha realizado alguna vez este «screening» no es similar en todas las regiones.
En concreto, pese a que las comunidades autónomas propusieron una implementación universal de esta medida de cribado en el año 2019, «no sólo el porcentaje de personas de entre 50 a 69 años que se la han realizado en los últimos dos años apenas llega a un tercio de la población, sino que si se observa el porcentaje de personas que nunca se han realizado la prueba atendiendo a su clase social, hay una diferencia de más de 10 puntos porcentuales entre los directivos y gerentes y los trabajadores no cualificados», tal y como recoge el informe el «Impacto del cáncer en España» de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), que será publicado hoy.
De ahí que resulte esencial «atender a este gradiente social a la hora de diseñar y evaluar los protocolos de cribado de cada comunidad autónoma para evitar barreras de acceso (materiales y culturales) a las personas de estratos socioeconómicos más bajos», recoge el estudio.
Por otro lado, en los últimos años se han ido incorporando territorios progresivamente a los programas de cribado poblacional de cáncer de colon de las distintas comunidades autónomas. Sin embargo, en «el porcentaje de personas en las edades objetivo que nunca se han realizado la prueba, encontramos una diferencia de más de 70 puntos porcentuales entre los territorios que tienen peores indicadores aquellos que tienen mejores datos».
Así, en Ceuta, el 96% de personas de entre 50 y 69 años nunca se han hecho esta prueba. Le siguen Melilla y Extremadura, con un 91 y un 87%, respectivamente. En el otro lado de la balanza se sitúan Navarra y País Vasco, con un 22 y un 24%.
Unidades de radioterapia
La Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) estima en 60 minutos el tiempo de viaje por trayecto máximo a partir del cual se puede hablar de un problema de inequidad entre los pacientes de cáncer de los diferentes territorios nacionales. Estos desplazamientos para poder recibir el tratamiento implican numerosos costes, tanto directos como indirectos, que han de realizarse durante varios días a la semana a lo largo de varias semanas o meses, con lo que llegan a ser muy significativos y una fuente de vulnerabilidad económica para los pacientes que han de someterse a tratamiento de radioterapia en España. Desde la AECC recogen que hay unidades en todas las provincias, salvo en Ávila, Huesca, Palencia, Segovia, Soria, Teruel y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
Es por ello que en estos lugares, los pacientes tienen que hacer largos desplazamientos o buscar alojamiento cerca de su hospital de referencia, lo que implica un esfuerzo económico que no todas las familias pueden soportar. Además, esto implica que cerca de un 30% de los ciudadanos que acuden a su tratamiento en vehículo propio tarde más de una hora; un porcentaje que aumenta al 60% en el caso de los que tienen que trasladarse en ambulancia.
Apoyo psicológico
A su vez, el diagnóstico suele ser un mazazo para el paciente y sus seres queridos. Estrés, nerviosismo, tristeza, ansiedad, miedo, depresión, rabia o incluso culpa son algunos de los cambios que sufren no sólo el día de la noticia, sino durante todo el proceso. De hecho, cerca del 50% de los pacientes presenta malestar emocional y el 30% necesita atención psicológica especializada.
Estos datos son aplicables también a un porcentaje significativo de sus familiares y cuidadores, que en algún momento de la enfermedad van a necesitar la intervención psicológica. Pese a eso, en el 48% de los hospitales que participaron en un estudio del Observatorio del Cáncer de la AECC de 2020 no se dispone de personal propio que realice atención psicológica para pacientes y familiares con cáncer.
En el 52% de los centros hospitalarios restantes sí se ofrece algún tipo de atención; ahora bien, el informe recoge que esta es insuficiente. Además, en siete de cada 10 hospitales el personal hospitalario no brinda ningún tipo de atención psicológica a los familiares de las personas con cáncer. En definitiva, «la atención psicológica es insuficiente en más del 90% de las comunidades autónomas», denuncian desde la AECC.
Reembolso de gastos
Para poder hacer frente a los gastos de los desplazamientos de personas que tienen que trasladarse de su domicilio habitual para recibir tratamiento, la administración pública cuenta con diferentes servicios y ayudas que se enmarcan en la Cartera de Servicios Comunes del Sistema Nacional de Salud y en la cartera complementaria de las autonomías. Sin embargo, según el citado informe, en ocho comunidades autónomas no han revisado la normativa de reembolso de los gastos por traslado para recibir asistencia sanitaria desde hace unos cuantos años. Así, Andalucía desde 1981, Asturias (2006), Cantabria (2007), Comunidad Valenciana (2010), Galicia (2001), La Rioja (2005), Murcia (2012) y País Vasco (2007).
Destaca el caso de Andalucía, donde es «inaccesible la información para las personas que necesitan dicho servicio». Algo esencial, ya que no son precisamente pocos los afectados que ven mermados sus recursos económicos tras el diagnóstico. A ello hay que sumar que muchos familiares han de dejar su trabajo para cuidar a su ser querido.
De hecho, prácticamente en todas las comunidades (excepto en Andalucía y en Galicia) se cubren los tres conceptos cuando se trata de traslados a otra región: desplazamiento, alojamiento y manutención; pero existen diferencias sustanciales en las cantidades de reembolso. Por ejemplo, el reembolso del concepto de manutención en la Comunidad Valenciana (30 euros por día) y el de Castilla-La Mancha (4,50 €/día). Ahora bien, siempre a posteriori se tenga la situación económica que se tenga, a excepción de Canarias, que contempla en la legislación el anticipo de los gastos de viaje a personas que se encuentren en una situación de especial vulnerabilidad.
Si el desplazamiento es dentro de la misma región, sólo en nueve comunidades autónomas (Andalucía, Aragón, Castilla la Mancha, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia y Baleares) se contempla el reintegro de gastos en una provincia diferente. Y si el traslado se realiza dentro de la provincia, solo en 10 contemplan el reembolso: Andalucía, Aragón, Castilla la Mancha, Castilla y León, Cataluña, Galicia, Baleares, Canarias, La Rioja y Región de Murcia.
A todas estas diferencias hay que sumar que no es lo mismo un diagnóstico que otro. Así, hay cánceres de elevada carga social (incidencia y mortalidad en España) como el cáncer de aparato urinario, de páncreas, estómago o hígado que han recibido, en los últimos diez años, un volumen de financiación para proyectos de investigación sustancialmente menor que otros tipos de cáncer con menor impacto epidemiológico.
A su vez, pese a que los índices de supervivencia se han elevado en muchos tipos de tumores, otros siguen siendo bajos o bien están estancados, afectando a las posibilidades de sobrevivir de las personas que los padecen.
Los cánceres de páncreas, esófago, hígado y pulmón son los tipos de cáncer con los índices de supervivencia más baja, pues no alcanzan el 20% de supervivencia media a cinco años, y afectan tanto a hombres como a mujeres. Todos ellos son tipos de cáncer que necesitan más investigación para seguir avanzando en su supervivencia.