Fuente: La Razón
Según la OMS, los problemas respiratorios se encuentran entre las primeras causas de consulta y hospitalización pediátrica en los servicios de salud y entre las primeras cinco causas de mortalidad en menores de cinco años. Son muy frecuentes durante los primeros años de vida, sobre todo en invierno y si el niño va a la guardería.
1. ¿Qué son las infecciones respiratorias?
Son aquellas que afectan a las vías respiratorias de los niños, bien sea en la zona superior como una infección en la garganta (faringitis) o en la zona inferior, en los bronquios y pulmones del pecho. Las enfermedades más comunes que dan lugar a enfermedades respiratorias son: bronquitis, bronquiolitis, neumonía, alergias y asma.
Casi todas las muertes por infecciones respiratorias agudas (IRA) en los niños pequeños se deben a infecciones agudas de las vías respiratorias inferiores, en su mayor parte neumonía. Sin embargo, no todas estas infecciones son graves; por ejemplo, la bronquitis es relativamente común y raras veces es mortal. En el caso de las infecciones agudas de las vías respiratorias superiores producen pocas muertes en los niños, pero causan considerable incapacidad. En el caso de la neumonía, es la responsable del 15% de todas las muertes de menores de cinco años. Algunas neumonías son prevenibles mediante la vacunación, una alimentación adecuada y mediante el control de factores ambientales.
El virus respiratorio sincitial (VRS) es una de las principales causas de las enfermedades respiratorias en los niños pequeños. Este virus infecta los pulmones y las vías respiratorias.
2. ¿Qué síntomas debemos tener en cuenta?
Los síntomas son variables en función de la enfermedad, pero cuando afecta al sistema respiratorio superior, la nariz está congestionada, por lo que en muchas ocasiones los niños respiran por la boca. Otras señales por las que tenemos que estar alerta como padres, son la inquietud, irritabilidad, aumento de tos, falta de apetito, decaimiento, fiebre repentina e incontrolable, aumento de la dificultad respiratoria con cambios en la coloración de la piel.
3. ¿Qué es lo que debemos hacer entonces?
Es importante despejar la nariz de mocos en los niños que saben sonarse, y en aquellos que no lo hacen bien o no pueden, como los lactantes, debemos realizar lavados nasales frecuentes con suero fisiológico, puede ser muy útil tener a mano un aspirador de mocos. Ofrecer líquidos poco a poco, es otra opción a tener en cuenta, no forzando al niño a comer, sino ofreciéndoles pequeñas cantidades de líquidos y alimentos. Durante el sueño con la tos, es recomendable elevar el cabecero de la cuna o cama con ayuda de almohadas. Podría ser útil humidificar el ambiente con humidificadores en ciertas ocasiones.
4. ¿Cómo pueden prevenirse?
Es importante enseñar a los niños a realizar una correcta higiene de manos con agua y jabón y durante un minuto, antes de comer o al entrar en casa tras jugar en el parque. La mejor manera de aumentar sus defensas es mediante una buena alimentación, rica en verduras y frutas, especialmente ricos en vitaminas.