Los niños cuyas madres se expusieron a la contaminación del tráfico en la gestación tienen un riesgo de asma hasta un 25% mayor

FUENTE: ABC.

El asma se corresponde con una de las enfermedades crónicas más comunes en todo el mundo, muy especialmente entre los menores. De hecho, la mayor parte de los 300 millones de personas afectadas a nivel global son niños –hasta un 5-12% en el caso de nuestro país– y adolescentes. Además, la prevalencia de la enfermedad sigue creciendo cada año. Y una de las razones para este aumento es la contaminación del tráfico. Así lo muestra un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de la Columbia Británica en Vancouver (Canadá), en el que se constata que los niños cuyas madres se expusieron al humo del tráfico durante el embarazo tienen un riesgo hasta un 25% mayor de desarrollar la enfermedad durante sus primeros cinco años de vida.

Como explica Hind Sbihi, directora de esta investigación publicada en la revista «European Respiratory Journal», «nuestro estudio llama la atención sobre la importancia de la exposición a la contaminación cuando el niño todavía está en el vientre de su madre. La polución del aire causada por el tráfico, incluso en aquellas áreas urbanas con bajos niveles de contaminación, aumenta el riesgo de asma del niño antes de que tenga edad para ir al colegio».
Desde la concepción

Para llevar a cabo el estudio, los autores analizaron los historiales médicos de 65.000 niños canadienses desde su nacimiento hasta que cumplieron la edad de 10 años y, en caso de diagnóstico de asma, evaluaron la posible exposición de sus madres al humo del tráfico durante el embarazo.

Concretamente, los autores analizaron los contaminantes asociados al tráfico rodado –entre otros, el monóxido de carbono, el óxido de nitrógeno y el óxido nítrico– en cada una de las áreas en las que residían las madres durante la gestación.

Los resultados mostraron que la exposición a la contaminación del tráfico en el embarazo aumenta hasta un 25% el riesgo de que el hijo desarrolle asma durante sus primeros cinco años de vida. Un incremento del riesgo del que no escapan aquellas áreas urbanas que presumen de tener unos niveles relativamente bajos de contaminación y que, además, crece paralelamente con la intensidad del tráfico. De hecho, los niños con mayor probabilidad de padecer la enfermedad fueron aquellos cuyas madres vivían cerca de una autopista.

Es más; el riesgo es mayor cuanto más elevados sean los niveles de monóxido de carbono y dióxido de nitrógeno y cuanto menor sea el peso del niño al nacer.


Como apunta Dan Smyth, director de la Fundación Europea del Pulmón (ELF), a propósito de los resultados, «la contaminación afecta al 100% de la población, y este estudio alerta sobre los efectos perjudiciales de la polución del aire desde el mismo momento en que somos concebidos. Una gran proporción de ciudadanos europeos viven en áreas con un aire insalubre, por lo que resulta fundamental una mayor concienciación sobre los peligros de la contaminación. Necesitamos que se tomen medidas con carácter urgente, y pensamos que la Directiva de la Unión Europea sobre los Límites Nacionales de Emisiones (NEC), iniciativa ciertamente ambiciosa en la que se revisan los valores máximos para el aire y que se encuentra en la actualidad en fase de negociación por las instituciones comunitarias, puede resultar esencial para alcanzar este objetivo».
Vigilar dónde paseamos

Entonces, las mujeres embarazadas que viven en las ciudades, ¿qué pueden hacer para evitar el mayor riesgo de asma de sus futuros hijos? Pues, simplemente, minimizar su exposición al humo del tráfico.

Como concluye Hind Sbihi, «hay algunas medidas que se pueden tomar a nivel individual para reducir este riesgo. En primer lugar aconsejamos que instalen filtros de partículas de aire de alta eficiencia, o filtros HEPA, en sus casas y que eviten dar paseos por las zonas en las que haya más tráfico. Asimismo, las mujeres pueden consultar los niveles de calidad del aire y posponer toda actividad física de alta intensidad hasta que las condiciones ambientales hayan mejorado».

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