La descamación de la piel los primeros días de vida es muy normal, ocurre en alrededor del 40% de los reciñen nacidos.
Fuente: 20 Minutos
No son pocos los recién nacidos que presentan descamaciones en la piel a los pocos días de nacer, especialmente en las zonas de las extremidades. Aunque puede preocupar, especialmente a los padres primerizos, se trata de un problema bastante habitual que no molesta el bebé ni supone un riesgo para su salud.
Con unos cuidados básicos, lo normal es que la piel del bebé, si no existen otros problemas, esté bien en pocos días.
¿Por qué se descama la piel después de nacer?
Durante la gestación, la piel del bebé está recubierta de lo que se conoce como vérnix caseoso, una capa de grasa que sirve para proteger la piel del líquido amniótico y la mantiene hidratada una vez fuera del útero. Cuando el bebé nace, para no quitar esta protección, lo mejor es esperarse unas horas, e incluso un día para bañarlo. Aun así, el cambio tan brusco que se produce en la piel del bebé -cambian de ambiente, temperatura…- puede provocar que esta se reseque y se descame. Esto se conoce como descamación fisiológica (DF), es superficial y se presenta en alrededor de un 40% de los nacidos, generalmente a partir de las 48 horas de nacer, y puede durar unos días e incluso semanas. Se puede presentar en cualquier parte del cuerpo, pero es más común en las extremidades.
Según un estudio publicado en la revista Actas Dermo-Sifiliográficas la publicación oficial de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), hay algunos factores de riesgo que predisponen a los bebés a padecer esta descamación fisiológica. Sobre todo, las semanas de gestación y el peso al nacer, pues cuanto más tardío sea el parto -y más pese el bebé- más probabilidad de descamación, por eso es más habitual en bebés postérmino y menos en prematuros. Esto ocurre porque, cuanto más tardío es el parto más probable es que nazcan con menos vérnix caseosa. De hecho, en los bebés prematuros que aparece esta descamación, suele hacerlo más tarde, después de unas semanas. Además, es más frecuente en madres jóvenes y con algún hábito tóxico y si el bebé nace por parto vaginal.
Cómo se trata la descamación en los bebés
Lo normal es que la descamación desaparezca por si sola a las pocas semanas, pero podemos ayudar a que el bebé mantenga la piel sana con algunos cuidados específicos, como:
Aplicar cremas hidratantes a diario, si es espesa o específica para piel seca, mejor.
Bañarlo siempre con jabones neutros específicos y en agua tibia. Hay que secarlo con cuidado, pero muy bien y los baños no deben superar los 10 minutos ni tienen por qué ser diarios.
Mantener al niño en una temperatura estable, sin que pase frío, pero tampoco valor, así que debemos poner atención y evitar abrigarlo mucho.
Secarle muy bien tras salir del baño y utilizar crema hidratante específica para bebés y para piel seca, que sea muy emoliente.
Evitar la exposición solar. Esto hay que hacerlo siempre, pero con más motivo si el bebé tiene la piel descamada y seca, pues el sol la deshidratará aún más.
Nunca debes tirar de las pielecillas o frotarlas para que caigan antes, pues se puede dañar la piel del bebé. Se caerán de manera natural en pocos días.
Si la descamación non se ha resuelto en las primeras semanas, hay que consultar con el pediatra, pues puede tratarse de otras enfermedades que también provocan descamación, como alguna forma de ictiosis o de displasia ectodérmica hipohidrótica. Se trata de enfermedades poco frecuentes que van asociadas a trastornos genéticos y que aparecen junto con otros síntomas además de la descamación, por lo que es muy improbable que esto ocurra.
También debemos estar atentos las primeras semanas de vida del bebé a la presencia de enrojecimientos, picor, eccemas… pues pueden ser signos de dermatitis atópica, también muy frecuente en los bebés.