Fuente: 20 Minutos
El pescado es por lo general un alimento muy beneficioso para nuestro organismo, y las dietas ricas en él suelen relacionarse con mayores esperanzas de vida y mejor salud cardiovascular. No obstante, ciertos tipos pueden esconder un riesgo oculto si se consumen en exceso.
Y es que algunas especies, en concreto los depredadores más longevos y más grandes, tienden a acumular mercurio (concretamente en forma de metilmercurio): un metal pesado que puede dañar el sistema nervioso y la función renal.
Los niveles peligrosos de mercurio
Es por eso que la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) no recomienda el consumo de ciertos pescados a los menores de 10 años, ya que en esas etapas su desarrollo neurológico puede verse severamente afectado por el mercurio.
Concretamente, son cuatro los pescados que la institución desaconseja a esta demografía: el pez espada o emperador, el atún rojo, cualquier especie de tiburón (las más habituales en España son el cazón, el marrajo, las mielgas, la pintarroja y la tintorera) y el lucio.
Los niveles concretos de mercurio que contiene cada pescado son difíciles de determinar, ya que pueden variar ampliamente en función de factores como la edad y el tamaño del animal o el área geográfica de la que procede.
No obstante, y de acuerdo con los valores registrados por la Administración de Alimentos y Medicamentos norteamericana (FDA), el pez espada contiene de media 0,995 partes por millón; el atún rojo se mueve entre las 0,35 ppm y las 0,65 ppm y los tiburones rondan las 0,979 ppm, aunque con variaciones en función de la especie.
En el caso del lucio es aún más difícil de determinar, ya que habita aguas tanto dulces como saladas, con lo que los niveles pueden ser tremendamente dispares. No obstante, continúa siendo un depredador de grandes dimensiones, por lo que por seguridad se categoriza entre las especies con mayor contenido en mercurio.
Se recomienda el consumo habitual de pescado
Como decíamos, los niños menores de 10 años, las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia deberían abstenerse por completo de consumir estos pescados para evitar daños neurológicos permanentes.
Los adultos, similarmente, deberían evitar el consumo demasiado frecuente: la AESAN recomienda que estas especies se tomen menos de una vez por semana.
Sin embargo, hay que destacar de nuevo que el pescado, de acuerdo con el consenso científico actual, es un alimento muy saludable cuyo consumo está recomendado entre 3 y 4 veces por semana. Es una fuente de proteínas de alto valor biológico y proporciona nutrientes esenciales como el yodo, el selenio, el calcio, las vitaminas A y D o los ácidos grasos omega-3. También, en contra de lo que se podría pensar, el consumo habitual de pescado con bajo contenido en mercurio durante el embarazo se asocia con efectos beneficiosos sobre el desarrollo neurológico en niños y con una reducción en el riesgo de mortalidad por enfermedades coronarias en los adultos.
Los pescados con bajo contenido en mercurio son: Abadejo, Anchoa / Boquerón Arenque, Bacalao, Bacaladilla, Berberecho, Caballa, Calamar, Camarón, Cangrejo, Cañadilla, Carbonero / Fogonero, Carpa, Chipirón, Chirla / Almeja, Choco / Sepia / Jibia, Cigala, Coquina, Dorada, Espadín, Gamba, Jurel, Langosta, Langostino, Lenguado europeo, Limanda / Lenguadina, Lubina, Mejillón, Merlan, Merluza / Pescadilla, Navaja, Ostión, Palometa, Platija, Pota, Pulpo, Quisquilla, Salmón atlántico / Salmón, Salmón del Pacífico, Sardina, Sardinela, Sardinopa, Solla, y Trucha.