Fuente: La Razón
La desnutrición representa un gran problema para las personas de edades más avanzadas. En recientes estudios se ha observado que esta afección es hasta tres veces más frecuente a partir de los 70 años. ¿Por qué? En ellos son más frecuentes los problemas de masticación, de deglución, la depresión y la soledad, entre otros factores relacionados con el envejecimiento.
Según la doctora Nieves Fernández Letamendi, especialista en Geriatría del Hospital Quirónsalud Zaragoza, la nutrición y la actividad física representan las dos principales armas para envejecer de una forma más saludable.
“La desnutrición puede llegar a deteriorar la calidad de vida de las personas mayores, y además se relaciona con el aumento de ciertos problemas, como el aumento del riesgo de mortalidad, una mayor tasa de infección, más posibilidades de sufrir caídas y fracturas, el descenso de masa muscular, más dificultad para la cicatrización de heridas o el empeoramiento de enfermedades crónicas y agudas”, alerta.
El poder de la dieta mediterránea
Por todo ello, la doctora Letamendi ve fundamental detectar a tiempo esta carencia de nutrientes en los más mayores y también motivar su prevención. Defiende en este sentido que la dieta mediterránea puede servir de guía en estos casos, ya que incluye el consumo de frutas, de verduras, de frutos secos, de legumbres, así como el aceite de oliva y el pescado. “El aporte calórico debe ser el suficiente para que se pueda continuar con la actividad diaria, así como mantener el peso. Por lo tanto, debe haber un equilibrio entre el consumo energético y el gasto de calorías”, subraya la geriatra.
Resalta también que se deben incorporar las recomendaciones médicas necesarias para adaptar la alimentación a ciertas patologías como la diabetes, la hipertensión, la insuficiencia renal, los problemas para masticar y tragar, y con la toma de ciertos medicamentos: “No hay que olvidar que es importante revisar las pautas de medicación de forma periódica, especialmente en los mayores polimedicados, que pueden sufrir alteraciones del gusto y del olfato e incluso perder el apetito”.
Falsos mitos sobre la alimentación de los mayores
Con ello, la doctora Letamendi advierte sobre estos falsos mitos en relación con la dieta de los mayores:
Alimentos prohibidos y otros consejos
La especialista de Quirónsalud Zaragoza remarca que, aunque los mayores con un buen estado de salud pueden digerir casi todos los alimentos, sí es cierto que pueden tolerar peor las comidas demasiado abundantes, los fritos, los asados, los guisos y las salsas, a causa del enlentecimiento fisiológico de la digestión, que es frecuente a edades más avanzadas.
“Recomendamos limitar el consumo de azúcar, alcohol, bebidas carbonatadas o con estimulantes, sal, especias y condimentos (máximo 6 gramos de sal al día) o embutidos (solamente se deben consumir un par de días a la semana)”, agrega la geriatra, al tiempo que resalta que si lo que queremos conseguir es un verdadero equilibrio dietético, en estos casos se debe combinar la alimentación saludable con la actividad física regular.
“Por eso, nosotros proponemos menos pastillas y más zapatillas. Siempre que sea posible, recomendamos dos paseos al día de media hora cada uno, con un ritmo que permita caminar sin fatigarse, pero que sea complicado mantener una conversación a esa intensidad”, agrega la doctora Fernández Letamendi.
Por otro lado, advierte de la suplementación en mayores, dado que cada vez son más los familiares que preguntan a los geriatras acerca del uso de la suplementación de preparados nutricionales, que se adquieren en la farmacia. Estos suplementos deben ser recomendados siempre tras una evaluación médica previa, para valorar si están indicados y cuáles, ya que en ocasiones pueden ser origen de hiperproteinemias que pueden empeorar la función renal, diarreas o suplir a la alimentación, saciando demasiado al paciente y sin aportar la misma carga proteico-calórica que la dieta normal, por lo que obtenemos el beneficio contrario al esperado.