Fuente: 20 Minutos
Muchos padres advierten con preocupación que sus niños, en determinadas situaciones, hacen rechinar sus dientes produciendo un sonido poco agradable. Este problema se llama bruxismo, y aunque existe también en los adultos, en los niños puede tener varias causas distintas.
¿Es preocupante?
El bruxismo es especialmente común en los niños, aún más que en los adultos pero hay que destacar que en la mayoría de los casos acaba por remitir con la edad.
En la instancia infantil, el bruxismo puede aparecer por varios motivos diferentes. Por ejemplo, es posible que el niño no tenga bien alineadas las mandíbulas, provocando que los dientes no encajen como deberían. También, el estrés (ante situaciones como exámenes) o el dolor pueden hacer que el niño rechine los dientes; y ciertas afecciones como la parálisis cerebral, la hiperactividad y algunos medicamentos.
Normalmente, el bruxismo no es grave y suele ser más molesto para la familia que para el propio paciente; aunque en algunos casos puede causar dolor de cabeza, mandíbula, cuello o dientes.
Si detectamos que nuestro hijo padece bruxismo, lo más adecuado es llevarlo a un médico (más concretamente, a un dentista) para que examine los dientes en busca de posibles daños que aparezcan como consecuencia de este problema. A largo plazo, el bruxismo puede conllevar un elevado desgaste del esmalte dental que dañe seriamente las piezas, con complicaciones como caries, erosión o una mayor propensión a las infecciones gingivales.
Por ello, en las instancias más graves, es común un tratamiento de v carácter ortopédico consistente en el uso de una férula de descarga, especialmente cuando el bruxismo se produce durante el sueño. La férula de descarga es un dispositivo adaptado individualmente a los dientes de cada niño y que impide que los dientes choquen, de manera similar a un protector dental como los que se usan en deportes de contacto.