FUENTE: La Razón
Los niños con un índice de masa corporal, presión arterial o lípidos ligeramente elevados y aquellos que comienzan a fumar en la adolescencia pueden tener un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular cuando sean adultos. Es la advertencia que hace el Comité de Promoción de la Salud de la Asociación Española de Pediatría (CPS-AEP) basándose en los datos de un estudio multicéntrico internacional.
En esta investigación se ha encontrado por primera vez una relación directa entre los factores de riesgo presentes en la infancia y la aparición de eventos cardiovasculares en la etapa adulta. La enfermedad cardiovascular afecta a más de 126 millones de personas al año en todo el mundo y sigue siendo la principal causa de muerte en el mundo desarrollado.
Es bien sabido que los factores de riesgo en los adultos, como el colesterol alto, conducen a ataques cardíacos y otras enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, “la evidencia específica que relacionaba la presencia de factores de riesgo en la edad pediátrica con la enfermedad clínica no se había demostrado hasta ahora”, apuntan desde el CPS-AEP. Apoyándose en estos resultados, el Comité de Promoción de la Salud de la AEP incide en la importancia de trabajar en la prevención y la promoción de un estilo de vida saludable en la infancia y la adolescencia con el fin de lograr una salud cardiovascular plena en la etapa adulta.
La investigación, publicada en “The New England Journal of Medicine”, revela que la prevención de la enfermedad cardiovascular debe comenzar ya en las edades pediátricas evitando los factores de riesgo. Así, existe un vínculo entre los siguientes factores de riesgo cardiovascular infantil y el desarrollo de problemas cardiovasculares en adultos, con el 75% de los eventos antes de los 53 años:
Muchas de las personas que tuvieron eventos cardiovasculares en la etapa adulta eran niños con alguno de estos factores de riesgo cardiovascular. Incluso niveles ligeramente elevados de alguno de ellos en edades tempranas pueden provocar problemas cardiovasculares pronto en la vida adulta. Sin embargo, también se ha demostrado que cuando estos factores de riesgo son más bajos en la infancia (por ejemplo, dejar de fumar entre la niñez y la edad adulta o llegar a la adolescencia con un peso adecuado), la probabilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular en la edad adulta es menor.
Los resultados de este estudio deben ser una llamada de atención para que la práctica de un estilo de vida saludable se fomente desde los primeros años de vida y se mantenga durante toda la vida. Además, apuntan el valor positivo de las estrategias preventivas de salud pública en la reducción de los factores de riesgo durante la infancia, como la promoción de una alimentación saludable y la actividad física en el hogar y la escuela.