Fuente: La Razón
1. Los estudios indican que el 80% de las embarazadas desea amamantar, pero solo el 65% lo hace. ¿Tantas no pueden?
Paloma de Miguel (P. M.): Las causas de ese fracaso se deben a la falta de información en esos primeros momentos donde si surge una dificultad, se puede actuar para ayudar al buen establecimiento de la lactancia. La falta de preparación y los protocolos hospitalarios obsoletos hacen que no se puedan abordar esos problemas y se prescriban de forma muy prematura los biberones de fórmula.
La mayoría de madres puede amamantar. Hay muy pocas contraindicaciones: que la madre sea VIH positivo, que tenga leucemia humana de células T tipo I o lesiones activas de herpes en el pezón. Pero en este último caso, se puede amamantar del otro y extraer del afectado. En cuanto a los fármacos, son muy pocos los que contraindican la lactancia.
También oímos que algunas mujeres «se quedaron sin leche». Esto suele deberse a una mala técnica. La hipogalactia es muy rara. También podría ocurrir que la mujer presente insuficiencia de tejido glandular. En estos casos, tan poco comunes, la madre tendrá que suplementar con leche de fórmula. A su vez, cuando el aumento de peso del bebe es insuficiente suele ser por una mala técnica de la lactancia y no a la falta de leche.
2. ¿Cómo debe la madre coger al bebé para amamantarle y que no le haga daño en el pezón?
P. M.: Lo ideal es llevar el bebé al pecho y no al contrario. Si el bebé va de frente al pecho de forma que antes de abrir la boca tiene el pezón en la zona de debajo de la nariz facilitaremos que el agarre sea adecuado. No debe haber separación entre madre y bebé y éste debe estar pegado de nariz a barbilla al pecho, con la boca muy abierta, la cabeza algo hacia detrás y el pezón dirigirse en dirección paladar coronilla (como si trazásemos una línea imaginaria desde la comisura, que pasa por encima de su oreja y sale por la coronilla).
Es normal que podamos notar una ligera molestia, pero pasados unos 35 segundos la toma debería ser indolora. Si hay dolor el pezón se está traumatizando y al bebé le va a costar más obtener la leche. Las posiciones que más ayudan son aquellas en las que la mujer está reclinada y el bebé en prono con todo el cuerpo encima de su madre. Puede ayudar colocar cojines en la zona lumbar.
3. ¿Se deben dar uno o los dos pechos por toma? ¿Y cuántas tomas al día?
P. M.: Es necesario esperar a que el bebé suelte el pecho antes de ofrecerle el otro. En cuanto a las tomas, estas han de ser a demanda del bebé. Un niño amamantado puede hacer de 10 a 12 tomas al día. Hay que tener en cuenta que la composición de la leche varía en la toma, entre ellas y a lo largo del día.
4. ¿Se da agua al lactante?
P. M.: No, la lactancia debe ser exclusiva hasta los seis meses. Está contraindicado darles agua, infusiones o sueros glucosados.
5. ¿Qué alimentos hay que evitar comer cuando una da el pecho?
P. M.: Debería evitar los pescados grandes como el pez espada/emperador, el atún rojo, tiburón (tintorera, cazón, pintarroja) y lucio pues presentan mayores cantidades de tóxicos y mercurio. También evitar el alcohol y tener precaución con ciertas algas, ya que una sola ración (ocho gramos) podría aportar entre un 630 y 43.000% de las necesidades de yodo diarias.
La cafeína también pasa a la leche y aunque hay bebes más sensibles que otros, dos cafés al día no parecen causar problemas pero cantidades más elevadas podrían producir irritabilidad e insomnio en el bebé.
Las infusiones que a priori parecerían inocuas no lo son tanto. Ojo con esas infusiones que se venden para la lactancia... Los ingredientes activos de los extractos de plantas son sustancias químicas similares a las de los medicamentos. Todo esto lo podemos consultar en e-lactancia.org, una web de referencia internacional.
6. ¿Cómo conservar la leche?
P. M.: La leche materna recién extraída y en un recipiente cerrado de uso alimentario se puede conservar en una nevera portátil con placa de hielo (-15º) durante 24 horas. A temperatura ambiente, entre 19 y 22º, seis horas. En la nevera, a entre 0 y 4º, ocho días (lo ideal son 72 horas). En el congelador incluido dentro del frigorífico, unas dos semanas. Si el congelador forma parte de la nevera pero en compartimento separado, a -18º, cuatro meses. En caso de congelador separado a -20º, seis meses. Una vez descongelada, a temperatura ambiente, una hora. Pero si permanece en nevera, aguanta 24 horas.
7. ¿Es necesario que la madre tome yodo en la lactancia?
P. M.: Un tercio de la población española presenta déficit de yodo. Las necesidades en la mujer lactante son casi el doble de las de un adulto sano. La leche materna contiene una cantidad variable según la ingesta. Por ello, y según las recomendaciones de la Guía de práctica clínica de atención en el embarazo y puerperio del Ministerio de Sanidad, se aconseja que las mujeres que amamantan reciban 200 μg de yodo al día en forma de yoduro potásico si no alcanzan las cantidades diarias recomendadas en su dieta.
8. ¿Para qué lo necesita el bebé?
Para la síntesis de sus hormonas tiroideas, esenciales para el correcto desarrollo de su cerebro.
9. ¿Hay diferencias entre el sueño de la madre lactante y la que da fórmula?
Dr. Gonzalo Pin (G. P.): Aunque el número de despertares de los niños amamantados y los que toman biberón son más o menos los mismos, las madres que amamantan duermen media hora más y presentan mayores periodos de sueño profundo que las que dan fórmula por la prolactina y otros factores.
10.¿Cómo influye el tipo de alimentación en el sueño del bebé?
G. P.: La leche materna contiene numerosos componentes bioactivos que se liberan con un ritmo circadiano. Como ejemplo, en la noche se encuentran grandes cantidades de melatonina que es la hormona del sueño entre otras cosas. Sin embargo, por la mañana se elevan los niveles de cortisol en leche, lo que ayuda a mantenerse más activo. El niño que es amamantado consolida antes sus patrones del sueño y su reloj biológico.