Fuente: 20 Minutos
La enfermedad de Lyme es una afección que se contrae a través de lo que se denominan vectores, que pueden ser moscas, mosquitos o, como en el caso de esta patología, garrapatas, según explica la Organización Mundial de la Salud.
La borreliosis, como también se conoce a esta enfermedad, es causada por la bacteria Borrelia burgdorferi y se transmite a los humanos por la picadura de garrapatas infectadas. "Las garrapatas se infectan cuando se alimentan de aves o mamíferos que portan la bacteria en la sangre", detallan desde el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés).
Esta zoonosis es considerada como "una patología emergente en Europa" y, en España, se cataloga como "Enfermedad de Declaración Obligatoria (EDO) de vigilancia endémica regional según la Orden SSI/445/2015", detalla el boletín epidemiológico publicado por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII). De hecho, su incidencia está aumentando en España desde hace varios años pero, ¿a qué se debe?
¿Cuál es la tasa de hospitalizaciones?
Según el citado informe, cuya última versión se publicó el 5 de mayo de 2022, en el periodo comprendido entre 2005 y 2019 se registraron un total de 1.865 casos en España. Este dato supone un incremento de hospitalizaciones por esta enfermedad del 191,80% en estos últimos años. "La tasa de hospitalizados (TH) media durante todo el periodo fue de 0,28 por 100.000 habitantes", añaden en el boletín.
La mayoría de pacientes hospitalizados fueron hombres (58,7%) mayores de 65 años de edad (34,48%). Asimismo, las regiones en las que se detectaron más casos fueron Asturias y Galicia, aunque "se observa un incremento generalizado de los ingresos en todas las CCAA, excepto en Extremadura donde disminuyeron", aclaran.
¿Cuáles son las causas de su aumento?
En el caso de Espala, los datos obtenidos han revelado un incremento progresivo de las hospitalizaciones en los últimos 15 años. ¿Y a qué se debe? Según el informe elaborado por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, este aumento "puede estar asociado a una mayor presencia del vector debido a cambios climáticos, modificaciones en la exposición por adecuación de actividades agroganaderas, por la presencia de un amplio abanico de reservorios, y por el cambio en las rutas de aves migratorias".
Por esta razón, desde esta institución advierten que es necesaria una "mayor investigación y conocimiento de los procesos zoonóticos emergentes". En este sentido, la incorporación de un sistema de vigilancia de la enfermedad de Lyme en España contribuiría a "una mejora en el conocimiento de su epidemiología, así como al aumento de la sospecha clínica, diagnóstico y tratamiento".
Un "aumento disparado" de las plagas
La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) ya ha alertado en más de una ocasión que el incremento de las temperaturas como consecuencia del calentamiento global del planeta está detrás de la proliferación de estos artrópodos y de las enfermedades ligadas a los mismos, como es el caso de Lyme.
"El aumento progresivo de la temperatura de la Tierra, producto del impacto de las actividades humanas sobre el planeta, está trayendo asociadas una multitud de nefastas consecuencias, tales como la extinción de numerosas especies, tanto animales como vegetales o la desaparición de los arrecifes de coral, entre otras muchas", aclara en un comunicado.
A esta situación se suma el "aumento disparado de plagas registrado en los últimos años, con el elevado riesgo asociado de transmisión de enfermedades vectoriales que conlleva", añaden.
Cómo se desarrolla la enfermedad de Lyme
Los signos de alerta de esta enfermedad incluyen fiebre, dolor de cabeza, fatiga y una erupción cutánea característica llamada eritema migratorio. "Este exantema ocurre en aproximadamente 60 a 80% de las personas infectadas y comienza en el sitio de la picadura de garrapata después de un retraso de 3 a 30 días", indican en el ECDC.
Se trata de una afección que sin un tratamiento adecuado "se cronifica" y en la que suele haber un orden de evolución. El periodo de incubación es de 3 a 30 días, aproximadamente, y es cuando aparecen los primeros síntomas. Al principio, "suele acompañarse de un síndrome pseudogripal", subrayan en el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, por lo que a veces pasa desapercibida.
Si no se trata, la enfermedad avanza a un nuevo estadio, que puede ocurrir hasta tres meses después de a picadura, con "manifestaciones neurológicas, cardiacas y/o articulares agudas". En el caso de no administrar un tratamiento, se cronificaría y se caracterizaría por "la presencia de neuroborreliosis terciaria y/o artritis persistente de, al menos, seis meses de duración y/o manifestaciones cardiacas".