Fuente: EFE Salud
Aunque los oídos no precisan de una precaución especial durante la mayor parte del año, el calor y el agua refrescante de los chapuzones en verano pueden favorecer la aparición de problemas, como el picor, un eccema ótico o inflamación de la piel del oído externo.
El picor de oídos es un tipo de dermatitis muy común e incómoda. Con la llegada de la temporada estival se puede intensificar, ya que la humedad y los cambios de temperatura de esta época favorecen su aparición.
Esta patología suele presentar síntomas de descamación y enrojecimiento. En ocasiones, se puede cronificar, por lo que es recomendable seguir ciertas pautas para prevenir su aparición.
La doctora Rocío González Aguado, miembro de la comisión de Otología de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), explica a EFEsalud que el picor de oídos se suele intensificar en verano “porque son más frecuentes los baños, principalmente en la playa o en la piscina”.
Además, la experta avisa que “tener los oídos con humedad puede favorecer un cambio en el pH del conducto auditivo externo” y, de esta manera, se produzcan otras patologías como una otitis externa, conocida como otitis del nadador.
¿Cómo evitar el picor de oídos?
El picor de oídos o eccema ótico es una patología que puede afectar a personas de todas las edades, siendo recurrente, incluso crónico, en ocasiones.
Realizar una limpieza excesiva del canal auditivo o no secar bien los oídos después de un baño o ducha pueden ser causantes de este problema. Asimismo, al ser una patología con mayor incidencia estacional, en verano puede aparecer con más frecuencia e intensidad.
Ante los primeros síntomas es vital acudir a un profesional, ya que puede alterar la calidad de vida de quienes lo sufren de forma importante.
Para evitarlo, la otorrinolaringóloga propone una serie de consejos a seguir:
Mantener los oídos secos.
Ser muy minuciosos al salir del agua y secar por el exterior con toalla.
Secar con aire tibio del secador desde lejos.
No introducir ningún objeto o bastoncillos.
Si el eccema es severo, la doctora González destaca que “habría que plantearse utilizar tapones tanto en la ducha como en los baños en playa y piscina”.
“Cualquier eccema que afecte a la entrada del conducto auditivo externo puede ser fuente de infección; todo depende del grado de afectación. Si es un eccema leve y controlado es posible que no presente episodios de infección, pero si es severo la probabilidad es más alta”, puntualiza.
Otros cuidados en verano
Si no tenemos patologías que afecten al oído, no es necesario llevar tapones para bañarse. En casos de perforación timpánica, algunas cirugías de oído o infecciones de repetición, la experta recomienda su uso.
“Si notamos que se ha quedado el agua dentro, se puede inclinar la cabeza hacia ese lado y con una toalla mover la oreja hasta que salga; también, es efectivo dar algún pequeño salto para que por efecto de la gravedad sea expulsada”, señala González.
Cuando la piel de nuestro conducto está en óptimas condiciones, es decir, que su pH no está alterado, y la membrana timpánica está íntegra, la probabilidad de tener problemas por el agua del mar es muy baja.
“El cerumen que se produce para mantener el pH en rango se genera en la zona más externa y es continuamente expulsado, junto con las partículas que hayan podido entrar en el oído”, recalca.
La doctora describe que “no debemos preocuparnos por la entrada de arena porque los oídos tienen un mecanismo de autolimpieza”.
Como señala la experta, “no se precia ningún cuidado más que el sentido común” para los oídos en verano.
“No obstante -recuerda-, en casos específicos de problemas dermatológicos del conducto auditivo, como los eccemas, será el especialista quien tenga que pautar unas recomendaciones o un tratamiento adecuado para mantener la higiene de dicha zona”.