Fuente: 20 Minutos
A medida que los niños crecen, van tomando conciencia y control de sus funciones corporales. Esto no sucede de la noche a la mañana, sino que más bien es un proceso lento, que se da a distinto ritmo en cada niño. Sin embargo, a veces un niño que en principio tiene edad para controlar su vejiga (y, probablemente, la controla correctamente durante el día) orina cuando está en la cama. Esto se conoce como enuresis.
¿Cuándo es un problema?
La enuresis se define como la emisión involuntaria de orina en los niños mayores de cinco años, normalmente durante la noche, de manera frecuente durante un periodo de al menos entre tres y seis meses.
Se trata de un problema que conviene consultar en todo caso con el pediatra, ya que la severidad de los episodios tiende a aumentar con la edad, lo que puede causar importante malestar al niño.
En función del modo en el que aparece, se pueden distinguir dos formas: una primaria, cuando el niño nunca ha dejado de orinarse en la cama, y una secundaria, cuando un niño que ya controlaba adecuadamente sus esfínteres comienza a presentar este problema. También puede presentarse con y sin síntomas asociados.
¿Por qué se produce?
Al contrario de lo que podríamos pensar, la mayoría de las veces el motivo de la enuresis tiende a ser fisiológico. Por ejemplo, puede estar causada por una sobreproducción de orina durante la noche, por un retraso en la maduración de la vejiga o porque esta es demasiado pequeña. Muchas veces, de hecho, la enuresis es hereditaria.
Menos habitualmente, el estreñimiento severo (especialmente si es recurrente), la diabetes insípida o la hiperactividad pueden provocar enuresis en los niños.
En una minoría de casos, la enuresis puede estar propiciada por factores psicológicos. Cuando esto sucede, suele tratarse de la vivencia de experiencias traumáticas o, al menos, muy chocantes para el niño: problemas conyugales entre los padres, el nacimiento de un hermano, el fallecimiento de un progenitor, inicio escolar, cambio de centro o acoso escolar, abuso sexual, hospitalización...
¿Qué se puede hacer?
El tratamiento de la enuresis va a depender, en todo caso, de la causa. Sin embargo, como medida preliminar, es importante no ridiculizar ni castigar al niño por ello, como en ocasiones se ha hecho en el pasado cuando se creía que el comportamiento respondía a un intento por parte del niño de llamara la atención. Es importante mantener una actitud positiva, y si el problema es hereditario, hablarlo con el pequeño puede ayudarle a no sentirse mal.
Una vez diagnosticada la causa última, será el pediatra el que indique el tratamiento a seguir. En los casos fisiológicos, puede incluir ejercicios vesicales (como interrumpir el flujo de orina durante unos segundos para luego reanudarlo), la ingesta de poco líquido por las tardes y noches o incluso enfoques farmacológicos.
Por el contrario, cuando no exista una causa orgánica, y si la situación persiste, puede ser adecuada la evaluación por un psicólogo especializado en niños e incluso el tratamiento psicoterapéutico si se revela que existe un problema de tipo psicológico o emocional.