Fuente: 20 Minutos
El análisis de orina es una prueba común que se realiza como parte de el proceso diagnóstico de problemas de naturaleza muy variada. Se trata de un proceso muy sencillo, en el que en la mayoría de casos el paciente podrá realizar en su propio domicilio la recogida de la muestra.
Cuestiones a tener en cuenta
De todas formas, hay que señalar que para que el análisis pueda realizarse correctamente y arroje un resultado válido es necesario tener algunas cuestiones en cuenta.
No se requiere ninguna preparación previa, aunque lo ideal es recoger la prueba tras unas ocho horas de ayuno. Para garantizar esto, vale con cenar ligero el día anterior. Los medicamentos pueden seguir tomándose con normalidad, aunque es necesario informar al médico sobre todos los que se usen.
Como hemos dicho, la recogida de la muestra de orina no requiere acudir al hospital, ni mucho menos un ingreso hospitalario. En condiciones normales, debe realizarla el propio paciente en su domicilio, empleando para ello unos botes especiales que pueden adquirirse en farmacias o que, en ocasiones, suministra el propio médico que nos prescribe el análisis.
Por otra parte, es importante el horario. Se prefiere la primera orina de la mañana, aunque hay que evitar el primer chorro. Respecto a la cantidad a recoger, lo ideal es que sean al menos 10ml; aunque si no fuera posible recoger tanto (por ejemplo, en el caso de niños pequeños) puede ser posible realizar el análisis con menos cantidad.
Otro aspecto es que, para que el resultado sea lo más fiable posible, la orina debe de ser reciente cuando llegue al centro. Por ello, conviene llevarla lo más pronto posible (concretamente, se recomienda que se deposite en el hospital en el plazo de dos a tres horas). En este tiempo, no deberá darle la luz directa ni el calor. El papel de plata sólo se empleará cuando se indique.