Fuente: El Mundo
Es posible que un grupo de científicos haya encontrado una explicación para la hepatitis infantil que ha afectado gravemente a algunos niños en todo el mundo. Dos equipos de investigadores, uno afincado en Londres y otro en Glasgow, han llegado a la misma conclusión sobre el origen de esta enfermedad y han descartado que el Covid haya tenido algo que ver en su desarrollo.
LAS TRES CAUSAS DETECTADAS: DOS VIRUS Y UN GEN
Tras analizar los casos de niños diagnosticados con hepatitis infantil han detectado que los pequeños se infectaron simultáneamente de dos virus: un adenovirus o HHV6 (un virus común que normalmente causa resfriados y molestias estomacales) y un virus AAV2 que normalmente no causa enfermedades por sí solo, pero al atacar al cuerpo junto con el adenovirus sí que muestra síntomas. Además, han descubierto que los menores analizados no sólo eran positivos en estos dos virus, sino que tenían una variante específica de un gen que les hacía susceptibles a padecer una hepatitis grave.
Se trata de una variante genética encontrada en ocho casos (de los nueve examinados por uno de los dos estudios), que sólo está presente en el 15,6% de la población general. Por eso, aunque los dos primeros virus implicados son muy comunes, el desarrollo de una hepatitis grave infantil sigue siendo raro.
LA INFLUENCIA DEL CONFINAMIENTO
Se calcula que más de 1.000 niños, muchos de ellos menores de cinco años, se han visto afectados por esta hepatitis grave en al menos 35 países. Algunos -entre ellos 12 en Reino Unido- han necesitado incluso un trasplante de hígado para salvar su vida.
Los científicos han descartado cualquier relación de esta enfermedad con las vacunas contra el Covid o con el propio virus del SARS-Cov-2. Sin embargo, los confinamientos impuestos a raíz del coronavirus sí que pueden haber afectado al desarrollo de esta hepatitis. Según estas dos investigaciones, en estos periodos de encierro los niños, que no podían ir al colegio ni juntarse con otros niños, no han creado inmunidad a infecciones comunes como los adenovirus. Por eso, cuando se levantaron las restricciones los virus comenzaron a circular libremente y, de repente, los pequeños se vieron expuestos (sin inmunidad previa) a una gran cantidad de nuevas infecciones.
En cualquier caso, estos estudios tienen limitaciones. Una de las principales es que han analizado muestras muy pequeñas (en uno de ellos 28 casos y en otro, nueve) y que asocian factores sin una patogenia clara. Sin embargo, han sido aclamados por la comunidad científica, que los considera importantes para desarrollar futuras líneas de investigación.