Fuente: 20 Minutos
Hace unos días nos encontrábamos con la terrible noticia de un niño que falleció en un coche en Miami debido a un golpe de calor. Hasta la fecha, se han producido cerca de 414 muertes por esta causa en nuestro país. Las temperaturas extremas y sofocantes se han vuelto peligrosas. Por eso, debemos saber cómo proteger a los más pequeños de la casa.
¿Qué es un golpe de calor?
A pesar de que hablamos mucho últimamente sobre las olas de calor, pocas personas saben cómo definirla. Cuando hace demasiado calor nuestro cuerpo empieza a sudar para poder regular la temperatura. Es una manera de evitar que alcancemos una temperatura similar a la que podríamos llegar si tuviésemos fiebre, pero sin estar enfermos.
Estar en un lugar mal ventilado (como es el caso de los coches), haber hecho ejercicio a las 16:00 horas o no beber suficiente agua puede causar un golpe de calor. Una situación en la que la temperatura corporal empieza a elevarse generando un sobrecalentamiento. Llegar a los 42 grados es potencialmente mortal para cualquier ser humano.
Señales de alerta de un golpe de calor
A veces, los niños no saben bien cómo decirnos qué es lo que les ocurre. Por eso, conviene prestarles ahora más atención que nunca para detectar algunos de los síntomas que pueden alertar de que están sufriendo un golpe de calor. El primero de ellos es el dolor de cabeza que empieza a molestar de forma repentina tras la exposición al calor y al sol.
Otra de las señales de alarma serían los vómitos e, incluso, la pérdida de conciencia. También, según la Asociación Española de Pediatría (AEPED), los niños pueden mostrarse más irritables e, incluso, informar a los padres que notan cómo su corazón late muy rápido (taquicardia).
Tomarles la temperatura a los niños es una manera de confirmar si esta está muy por encima de los parámetros normales (37ºC). Si, además, comienzan a respirar agitadamente y de forma superficial hay que tomar medidas cuanto antes. Aunque la prevención es lo más eficaz, cuando el golpe de calor se ha iniciado hay que actuar rápido.
¿Cómo actuar ante un golpe de calor en niños?
Cuando un niño empieza a tener dolor de cabeza o mareos por el calor conviene llevarlo a un lugar con sombra y tumbarlo. Asimismo, hay que proporcionarle agua y quitar las prendas que no le son necesarias. Puede ser positivo mojar alguna toalla o camiseta en agua fría y colocársela en la frente o la nuca para que la temperatura empiece a descender.
En el caso de que el niño se desmaye, no reaccione o empiece a vomitar sin parar, conviene llamar a emergencias de inmediato. A través del número 112 se informará a los padres sobre lo que deben hacer, dependiendo de las circunstancias en las que se encuentre el niño, y se acercarán cuanto antes para ofrecerles la ayuda que necesita.
A pesar de todo esto, la prevención es la mejor manera de evitar un desenlace fatal por un golpe de calor en niños. Usar ropa holgada y fresca, no dejarles dentro del coche, vigilar que beban agua con frecuencia y limitar el ejercicio durante las horas de mayor calor es vital. Nos encontramos en plena ola de calor que es una de las más duraderas y es importante tomar medidas para que los niños estén bien.