Fuente: ABC
La viruela del mono cogió por sorpresa al mundo. Pero esta vez se contaba con una vacuna eficaz para contenerla, a diferencia de lo que ocurrió con el coronavirus. El problema ahora es otro: solo hay un laboratorio que la fabrica y es incapaz de atender la demanda de Estados Unidos y Europa, donde se concentran la gran mayoría de casos. Ni siquiera para las personas con un mayor riesgo de infección.
Desde hace semanas, en el Reino Unido y en los países de la Unión Europea, las dosis se reparten con cuenta gotas. También en Estados Unidos, el país con más afectados y donde ya hay más de 8.900 infectados. La solución que ha dado el Gobierno estadounidense para resolverlo es utilizar minidosis de la vacuna, es decir reducir la cantidad de vacuna por paciente para multiplicar el número de beneficiarios. En la práctica, supondrá inyectar una quinta parte de la dosis habitual.
Para no perder eficacia protectora se utilizará un sistema diferente de administración que consiste en profundizar menos con el pinchazo (inyección intradérmica) en lugar de hacerlo con una inyección subcutánea, la vía habitual. La administración intradérmica es relativamente rara, porque lo normal es hacerlo en el tejido subcutáneo o en el músculo. Aunque no sería la primera vez que se administra. El método ya se ha utilizado en campañas de vacunación contra la polio, la tuberculosis o la rabia.
La FDA, la Agencia del Medicamento de Estados Unidos, ha dado luz verde a esta propuesta con carácter de emergencia. Ha aprobado la nueva pauta de administración con menos cantidad del fármaco y con pinchazo intradérmico, pero manteniendo dos dosis por paciente, como se estaba haciendo. Hasta ahora la vacuna de la viruela del mono se administraba en dos pinchazos de 0,5 mililitros con 28 días de diferencia. La protección inmunitaria alcanza su máximo poder de protección 14 días después de la segunda dosis.
Ante la falta de vacunas, en otros países como España, se ha optado por poner una única dosis para poder llegar a mayor número de personas. Los técnicos de la FDA opinan, sin embargo, que para alcanzar una protección de larga duración son necesarias dos inyecciones aunque tengan menos cantidad. «Sin esas dos dosis, no se puede lograr una protección de larga duración, como la que necesitamos para el control del brote actual», argumenta la FDA en el comunicado publicado ayer.
Los candidatos a inmunizarse, como también se ha decidido en Europa, son personas que han estado expuestas a la viruela del mono y aquellas con mayor riesgo de contraerla. En esta última categoría se incluye a los que fueron contactos de personas infectadas o tienen varias parejas sexuales porque la principal vía de contagio es el contacto muy estrecho e íntimo.
Mejor que una sola dosis
El Gobierno de Estados Unidos respalda esta suerte minidosis con base en un único estudio de 2015. En este trabajo se demostró que cuando el fármaco se inyecta entre las capas más profundas de la piel, la respuesta inmune que provoca es comparable a la de una inyección estándar en la grasa debajo de la piel. Sería mejor opción que administrar una de las dos dosis recomendadas, como hacen ahora algunos países. Con una única inyección no se consigue una respuesta inmunológica tan fuerte como con dos, se justifica.
Los técnicos de la FDA han consultado con grupos de expertos sobre este cambio de pauta, incluida la Sociedad de Enfermedades infecciosas de Estados Unidos. Entre las cuestiones que se han valorado es que el método intradérmico puede ser más complicado para el personal sanitario. Se debe estar entrenado para guiar la aguja en un ángulo de 15 grados e introducir lentamente el fármaco. La inyección debe ser poco profunda en la dermis, una capa de piel que se encuentra entre la epidermis y la hipodermis. Si se inserta la dosis en la grasa, es posible que el paciente no reciba una cantidad óptima para estar protegido. Pero si la aguja no se inserta lo suficiente, parte del líquido podría volver a filtrarse. Para el paciente son menos dolorosas, aunque causa más enrojecimiento e hinchazón.
Respuesta desesperada
«Se trata de una respuesta desesperada ante la falta de vacunas. En una situación excepcional caben medidas excepcionales», asegura Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología. El experto matiza que para dar ese paso tiene que haber dos condiciones previas: evidencia científica para hacerla y el permiso de la agencia reguladora. «Si la FDA da su luz verde es que ha visto suficiente evidencia científica para autorizarlo. Insisto, si se da el paso es porque estamos en una situación excepcional».
Si la experiencia de Estados Unidos es positiva, la Unión Europea podría dar un paso similar, aunque para aplicarse se necesitaría la autorización de la EMA, la agencia europea que regula el uso de medicamentos en el continente.
Madrid sin vacunas
En España, el segundo país con más casos del mundo después de Estados Unidos, se esperan con inquietud las dosis prometidas por la UE. A primeros de agosto deberían llegar 5.300 dosis más, tal y como prometió el Ministerio de Sanidad, pero aún se está a la espera. La Comunidad de Madrid, el epicentro de la infección, ha advertido que si no llegan esta semana no podrá seguir vacunando.