Fuente: El Mundo
El medicamento oral baricitinib (Olumiant, de Lilly) ha generado una gran expectación debido a los buenos resultados frente a la alopecia areata, hasta el punto de haber recibido el sobrenombre de pastilla milagrosa. Pero la investigación en medicamentos prepara nuevas promesas para este y otros tipos de alopecia.
El fármaco, que ya recibió el visto bueno tanto de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) como de su homónima americana (FDA), es un inmunomodulador que procede del vademécum de la artritis reumatoide, se utiliza en Covid-19 y tiene una indicación reciente en dermatitis atópica. En el caso de la alopecia areata ha sido el primer inhibidor de la janus quinasa (JAK) en demostrar eficacia. Estos medicamentos bloquean la actividad de una familia específica de enzimas que interfieren en la vía que conduce a la inflamación.
Los ensayos de fase III en pacientes con alopecia grave, que tenían al menos un 50% de pérdida de cabello en el cuero cabelludo por más de seis meses, muestran que es capaz de lograr una cobertura del cabello de al menos el 80% en entre el 35% y el 32% de los pacientes con la dosis de 4 mg, y de en torno al 22% y el 17% con la dosis de 2 mg. En estos ensayos, las tasas con el placebo alcanzaron el 5% y el 3% respectivamente. El detalle de los estudios se publicó en The New England Journal of Medicine.
"La aprobación de baricitinib supone un hito en esta enfermedad, ya que es el primer tratamiento específico para esta alopecia, y va a permitir disponer de una herramienta terapéutica de gran utilidad", interpreta Sergio Vañó, coordinador del Grupo Español de Tricología de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y director de la Unidad de Tricología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid. "Se trata de un medicamento con un perfil de efectividad y seguridad favorable, según lo mostrado en los ensayos clínicos".
La dermatóloga Andrea Combalia, especialista en Tricología del Clínic de Barcelona, considera que "marca un antes y un después" para estos pacientes. "La alopecia areata, pese a ser una enfermedad autoinmune, ha sido durante muchos años una gran olvidada en cuanto al desarrollo de fármacos", explica. "Hasta ahora, lo que más utilizamos son los corticoides, el minoxidil y los tratamientos inmunosupresores. Sin embargo, a veces, en alopecias areatas extensas o universales no logramos un recrecimiento completo o cuando lo conseguimos, no logramos que esa repoblación se mantenga en el tiempo".
Sin olvidar la cuestión de la seguridad: "Los tratamientos con corticoides e inmunosupresores tienen efectos secundarios asociados a largo plazo, y siempre debemos hacer una correcta valoración riesgo-beneficio. Sobre todo teniendo en cuenta que es una enfermedad autoinmune que en principio afecta solamente al folículo piloso".
Tampoco baricitinib está exento de efectos secundarios. En Estados Unidos, el medicamento se presenta con un recuadro de advertencia sobre el riesgo de infecciones graves, mortalidad, cáncer, eventos cardiovasculares adversos mayores y trombosis.
En Dermatología, baricitinib ya se usa en España para el tratamiento de la dermatitis atópica, así como en pacientes seleccionados con alopecia areata gracias al uso fuera de indicación. "Tiene la ventaja de que ya conocemos su perfil de seguridad y cómo debe ser el manejo de los pacientes", afirma Combalia.
¿Para quiénes?
Una cuestión a tener en cuenta a la hora del acceso será su coste (el precio fijado por Sanidad para dermatitis atópica ronda los 1.000 euros mensuales). Vañó comprende que de obtener la financiación en España, los primeros beneficiados serán "pacientes seleccionados", según criterios como la gravedad de la alopecia y la falta de respuesta a otros tratamientos.
"En principio estará indicado para aquellos pacientes con alopecias areatas extensas, totales o universales, que no hayan respondido a los tratamientos previos", abunda la dermatóloga del Clínic.
La alopecia areata es una enfermedad frecuente, con una prevalencia estimada de entre el 1% y el 2%, teniendo en cuenta que en esta definición entran tanto los pacientes con una pequeña placa como los que presentan una pérdida total del pelo. Pero la eventual disponibilidad de un tratamiento efectivo puede aumentar los diagnósticos y la demanda de atención: "Cuando llegan nuevas terapias, muchos pacientes que llevaban años sin tratamiento vuelven a consultar, con la esperanza de recibir un tratamiento que pueda ser exitoso".
Combalia resalta la importancia de obtener mejores tratamientos para una enfermedad que tiene un alto impacto emocional: "En mayor o menor medida la calidad de vida de los pacientes con alopecia areata siempre se ve afectada", advierte. "Además, sabemos que, en pacientes genéticamente predispuestos, la aparición de la alopecia areata se asocia con estrés y ansiedad, y el hecho de perder el pelo empeora esta rueda".
I+D
Junto con baricitinib, hay más medicamentos de la misma familia en desarrollo para alopecia areata. "Existen muchos fármacos inhibidores de la vía JAK en las fases finales de ensayos clínicos previos a su probable aprobación, como el ruxolitinib deuterado y ritlecitinib", indica Vañó. "Junto con estos fármacos, muchas compañías están apostando por nuevas terapias en alopecia areata, que permitirán disponer de nuevas herramientas terapéuticas".
Entre estas resalta la familia de los moduladores del receptor de esfingosina fosfato, "concretamente, el fármaco etrasimod".
En cuanto a la investigación y desarrollo en otros tipos de alopecia, Vañó destaca en alopecia androgénica el uso de minoxidil oral y sublingual, y las microinyecciones de dutasterida y bicalutamida.
Por último, en alopecias cicatriciales, el experto de la Academia de Dermatología subraya "el uso de los inhibidores JAK para liquen plano pilar y foliculitis decalvante, así como el uso de minoxidil oral y plasma rico en plaquetas".
Uno de los avances recientes más destacados en el tratamiento farmacológico de las alopecias es el minoxidil oral para androgenética: "Ha aumentado mucho su uso con una respuesta muy positiva", sostiene Vañó.
"Se puede decir que es el momento de las alopecias, por los avances que se están produciendo", afirma Combalia. "Por ejemplo, en alopecia androgenética hemos pasado del tratamiento tópico con inhibidores de la alfa 5 reductasa a utilizar muchas otras terapias y combinaciones, como la mesoterapia con inhibidores de la alfa 5 reductasa, estimuladores de crecimiento capilar por vía oral o el plasma rico en plaquetas, que nos permiten alcanzar en muchas ocasiones el éxito terapéutico y retrasar la necesidad de un trasplante capilar".
Alopecias huérfanas
La alopecia areata se ha considerado uno de los tipos con más necesidad de nuevos tratamientos efectivos, por eso, "la llegada de los fármacos inhibidores de la vía JAK va a suponer una auténtica revolución", indica Vañó.
También se echan en falta mejores opciones terapéuticas para las alopecias cicatriciales, coinciden los dermatólogos. En especial en alopecia frontal fibrosante, afirma Combalia. "Es un tipo que estamos viendo mucho, cuya etiopatogenia no está clara, y la terapéutica no está muy definida", expone la dermatóloga. "Hay que investigar más para determinar cuál es la causa y poder ofrecer a los pacientes más soluciones terapéuticas".