Con frecuencia se suele mantener a los nietos ajenos a la situación de sus abuelos con demencia, pero los especialistas recomiendan todo lo contrario

Fuente: Efe Salud

Así lo defiende Andrea Trujillopsicóloga de BluaU de Sanitas, que anima a fomentar la relación entre los abuelos que padecen algún tipo de demencia y sus nietos.

En su opinión, es especialmente importante involucrar a los más pequeños en las tareas de atención a sus abuelos y “es que, aunque la mayoría de las veces se les suele mantener ajenos a la situación, hacerles comprender qué les ocurre a sus abuelos y cómo deben acercarse a ellos no solo es beneficioso para su propio desarrollo, sino también para mejorar la calidad de vida de los mayores”.

De acuerdo con la especialista estos serían los principales beneficios del contacto entre nietos y abuelos con demencia:

1.- Mejora del estado de ánimo: Las relaciones sociales son beneficiosas para los mayores con demencia puesto que les permite seguir activos, manteniendo sus funciones cognitivas.

Además, la alegría y vitalidad de los niños les aporta un plus de energía que repercute en un mejor estado de ánimo.

2.- Incremento de su nivel de actividad: En la medida en que sea posible, pasear, ir al parque, jugar con los nietos o ayudarles en sus tareas les permite mejorar su estado físico, pero también el mental al estimular su rendimiento cognitivo y habilidades de aprendizaje a través, por ejemplo, del manejo de las nuevas tecnologías.

3.- Refuerzo de vínculos familiares: Para los mayores, la familia es una pieza clave de su estructura social y la importancia que le otorgan es mayor a medida que avanza su edad.

Para las personas con demencia, tener a su alrededor personas que reconocen y a las que quieren, les ayuda a mantener su tranquilidad, felicidad y, por tanto, su salud mental.

Abuelos con demencia, cómo actuar

Pero para obtener todos estos beneficios es esencial ofrecer a los niños ciertas pautas que les permitan entender cómo deben actuar en cada situación.

Los expertos de Sanitas ofrecen algunos consejos:

1.- Identificar síntomas y situaciones: el hecho de no reconocer a los nietos puede ser impactante para los niños.

Para evitar que se sientan desconectados de sus abuelos y puedan seguir manteniendo una buena relación con ellos, habrá que advertirles de las posibles situaciones que pueden encontrarse cuando los visiten.

Los episodios de irritabilidad, la falta de interés o la pasividad pueden ser frecuentes y los pequeños deben aprender a normalizarlas sin que eso suponga un trastorno para ellos.

2.- Hablar del presente y no insistir: en la medida de lo posible, siempre será mejor hablar sobre cosas actuales o futuras que sobre el pasado.

No recordar eventos sucedidos puede generar frustración en los mayores por lo que, al evitarlos, se garantiza una mayor tranquilidad.

Tampoco es aconsejable rebatirles cuando insisten en hechos o realidades que no son como las recuerdan puesto que solamente incrementa sus niveles de estrés.

3.- Respetar su espacio: la actividad de los niños puede ser, en ocasiones, un motivo de alteración para los pacientes con demencia.

Por ello, es esencial enseñar a los pequeños a mantener una actitud tranquila y calmada y evitar elevar el tono de voz.

La demencia se caracteriza por ser una patología que, si bien presenta ciertos patrones comunes, se puede llegar a manifestar de una manera muy distinta en cada persona.

“Asimismo, a medida que avanza la enfermedad los pacientes tienen diferentes necesidades en función del grado de afectación y la velocidad del desarrollo de los síntomas. Es una enfermedad cuya evolución es difícil de prever a largo plazo, hay que tratarla día a día”, señala David Curto, director médico de Calidad e Innovación de Sanitas Mayores.

La complejidad de esta enfermedad genera también un importante desgaste psicológico y emocional en el entorno familiar, por ello es importante contar con las herramientas adecuadas para tratar con ellos y seguir reforzando vínculos familiares entre los abuelos con algún tipo de demencia y sus nietos.

Datos sobre la demencia

-Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de personas que viven con demencia está creciendo: se calcula que más de 55 millones de personas (el 8,1% de las mujeres y el 5,4% de los hombres mayores de 65 años) viven con demencia.

Se estima que esta cifra aumentará a 78 millones para 2030 y a 139 millones para 2050.

La demencia está causada por una serie de enfermedades y lesiones que afectan al cerebro, como la enfermedad de Alzheimer o la apoplejía. Afecta a la memoria y a otras funciones cognitivas, así como a la capacidad de realizar tareas cotidianas.

La discapacidad asociada a la demencia es un factor clave de los costes relacionados con esta enfermedad. En 2019, y según la OMS, el costo mundial de la demencia se estimó en 1,3 billones de dólares.

Se prevé que el costo aumente a 1,7 billones de dólares para 2030, o a 2,8 billones de dólares si se tiene en cuenta el aumento de los costes de la atención.

En 2019, los cuidadores pasaron una media de cinco horas al día proporcionando apoyo para la vida diaria a la persona con demencia que cuidaban; el 70% de esos cuidados fueron proporcionados por mujeres.

Dado el estrés financiero, social y psicológico al que se enfrentan los cuidadores, el acceso a la información, la formación y los servicios, así como el apoyo social y financiero, es especialmente importante.

Demencia, impulso a la investigación

Una serie de ensayos clínicos infructuosos sobre tratamientos para la demencia, junto con los elevados costes de la investigación y el desarrollo, hicieron que disminuyera el interés por los nuevos esfuerzos.

Sin embargo, y de acuerdo con la OMS, recientemente se ha producido un aumento de la financiación de la investigación sobre la demencia, principalmente en países de ingresos altos como el Canadá, el Reino Unido y los Estados Unidos de América.

Este último aumentó su inversión anual en la investigación de la enfermedad de Alzheimer de 631 millones de dólares en 2015 a unos 2.800 millones en 2020.

Un punto importante de los futuros esfuerzos de investigación debería ser la inclusión de las personas con demencia y sus cuidadores y familiares.

En la actualidad, dos tercios de los países que proporcionan información al Observatorio Mundial de la Demencia «rara vez» involucran a las personas con demencia o no lo hacen en absoluto.

 

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