Una mala salud mental debilita el sistema inmune y amplía las posibilidades de que aparezcan secuelas a largo plazo, según nuevas investigaciones

La pandemia de la Covid-19 ha puesto «patas arriba» el mundo y, con él, ha trastocado la salud mental de gran parte de la población, una salud mental que, ya de por sí, estaba bastante deteriorada por culpa del estresante y exigente estilo de vida actual. Las cifras no dejan lugar a dudas, ya que la Organización Mundial de la Salud estima que más de 450 millones de personas en todo el mundo tienen algún problema relacionado con su salud mental. Y nuestro país no es ajeno a ello, pues se calcula que más de tres millones de españoles sufren ansiedad y otros tres millones padecen depresión.

Pues bien, ese incierto escenario se convierte en el caldo de cultivo perfecto para aumentar las probabilidades de sufrir covid persistente, según se desprende de un nuevo estudio elaborado por investigadores de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, y publicado hace unos días en la revista científica «JAMA Psychiatry».

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