Mantenerse activas, seguir una dieta equilibrada y tener un buen aporte de calcio y vitamina D al llegar la menopausia reducen el riesgo de fracturas óseas derivadas de la porosidad de los huesos

Resulta invisible a los ojos de cualquier persona. Y, precisamente por ello, su peligro es incluso mayor, pues el desconocimiento juega en contra de quien lo sufre. Hablamos de la osteoporosis, una una enfermedad metabólica crónica que puede tratarse, pero no curarse, y que hoy 20 de octubre celebra su Día Mundial, una efeméride todavía muy necesaria, pues sirve para dar visibilidad a una patología silenciosa que merma la calidad de vida de cerca de tres millones de españoles, fundamentalmente mujeres posmenopáusicas, pues equivalen a ocho de cada diez pacientes, según el último informe de la Fundación Internacional de Osteoporosis.

En concreto, esta patología causa la pérdida de resistencia ósea, lo que se traduce en que los huesos resultan más frágiles y, por tanto, existe un alto riesgo de fractura. Asimismo, empeora la gravedad de las mismas y la recuperación resulta más compleja. Prueba de ello es que algunas personas no son conscientes de que tienen esta enfermedad hasta que un movimiento tan normal como ponerse de pie o caminar les provoca una fractura ósea.

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