No importa la frecuencia con la que lavemos nuestra ropa interior, ya que estos artículos pueden llegar a albergar bacterias que ni siquiera nuestro detergente puede eliminar

Existen varios signos visibles que nos pueden indicar que es el momento de renovar una prenda de vestir. Quizás el elástico se haya aflojado, la tela haya comenzado a rasgarse o el color se haya desvanecido. Sin embargo existen ciertos signos que pueden pasar desapercibidos. Resulta que no importa la frecuencia con la que lavemos nuestra ropa interior, ya que estos artículos pueden llegar a albergar bacterias que ni siquiera nuestro detergente puede eliminar. Por tanto, y teniendo esto en cuenta, ¿con qué frecuencia deberíamos reemplazar nuestra ropa interior?

La ropa interior es un caldo de cultivo para las bacterias, lo que significa que tanto la edad como la limpieza general de nuestra ropa interior, la forma en que la lavamos y almacenamos puede contribuir a la aparición de gérmenes. La ropa interior sucia puede tener implicaciones de gran riesgo tanto para hombres como para mujeres. Aunque específicamente en las mujeres, ya que aumenta el riesgo de infecciones urogenitales, incluidas infecciones del tracto urinario, vaginitis por levaduras y vaginosis bacteriana.

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