Las ITUs, y concretamente las cistitis tanto en invierno como en verano y que son igual de frecuentes en adultos como en niños, ocurren cuando algunas bacterias patógenas, generalmente la E. coli (Escherichia coli), que se encuentra en nuestro intestino, coloniza la piel que rodea la uretra y a través de esta accede a la vejiga urinaria e incluso a los riñones.
El cambio de hábitos y la mayor exposición al frío, que puede conllevar una mayor necesidad de ir al baño y multiplicar las posibilidades de infección, suponen un aumento de este tipo de afecciones en invierno.
Así, los síntomas de las infecciones urinarias, incluida la cistitis de invierno, en los más pequeños son muy variados, desde mojar la cama o tener dolor al orinar hasta fiebre, falta de apetito o vómitos, entre otros.
Las ITUs son más frecuentes en niñas, debido a que su uretra es más corta y favorece la transmisión de bacterias desde el exterior hacia el tracto urinario.
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